Las puertas se han abierto, eso es lo primero que noto cuando camino por la arena, me asomo por algunas, notando los diversos lugares hacia los cuales llevan, desde enormes páramos, hasta lugares remotos y sin vida, opto por ayudar un poco en todo este desastre y cierro todas las puertas que encuentro en mi camino, no sé qué sucede, pero de seguro este fenómeno no debe ser muy bueno si logró preocupar a la muerte.
Unos extraños murmullos me hacen detenerme, vienen desde atrás de una de las dunas, así que me dirijo hacia el lugar haciendo el menor de los ruidos.
El cuchicheo se hace intenso, como si se tratase de miles de voces que hablan a la vez, comunicándose en un dialecto que no puedo comprender, el sonido parece meterse a la fuerza por mis oídos, haciendo que deba taparlos para acabar con el malestar que éstas me provocan. Me asomo un poco para ver de qué se trata, pero mi mandíbula se desencaja al ver lo que hay ante mis ojos.
De las puertas abiertas salen un sinfín de criaturas, de todas las formas imaginables, se me revuelve el estómago al ver algunas. Éstas se desplazan, algunas casi flotando y otras con dificultad debido a la arena, pero eso no es lo que me asombra, si no el hecho de que entran y salen de las puertas, con completa libertad aun cuando ésta no sea su puerta de origen.
Me alejo lentamente, debo decírselo a la muerte, si es que no lo sabe aún, pero en cuanto me giro, las voces cesan, aguanto la respiración con miedo a mirar hacia atrás, pero lo hago de todas formas.
Y en ese momento, cuando todas las criaturas se funden formando una avalancha tan negra como el carbón y dirigidos en mi dirección, sé que debo huir de ahí.
Si tan solo fuera tan rápida como ellos.
(...)
El reloj marca las dos en punto, aprieto con fuerza el lápiz entre mis manos, un segundo más en esta clase y explotaré en miles de pedacitos, miro a Fernanda a mi lado, esta mañana le mostré la hoja que pasó bajo mi puerta y hablamos del tema, ¿podrán creer que me reveló que su nombre gótico es Raven black heart? Me reí por horas cuando lo dijo, claro que a ella no le hizo mucha gracia, nada lo hace en realidad, pero dice que en su círculo de amigos gótico-depresivos-unidos, es muy importante ganarse un nombre, y el suyo lo obtuvo con sangre, sudor y lágrimas, literalmente. Lo bueno es que ahora todo está bien entre las dos, y me alegro, no soy muy buena manteniéndome enojada con las personas, no sé si eso sea algo bueno o malo.
La gótica teclea tan rápido en su celular que me asombra, no sé cómo lo hace, yo lo intento y siempre término escribiendo cosas ininteligibles porque se aprieta la tecla del lado. Alza la vista y finge un ronquido, que hace reír a algunos compañeros.
−Dejaremos la revisión de sus proyectos para dos semanas más - anuncia el profesor, tomando sus cosas y preparándose para salir de la sala, al parecer a él también le aburre su propia clase, no lo culpo.
− ¿Qué te parece hacer un cubo? - pregunta Fernanda mientras caminamos hacia la cafetería.
− ¿No hicimos eso en primer año? - cuestiono.
−Sí, pero primero, éramos unas totales inexpertas en se entonces, segundo, obviamente le agregaremos otras cosas para que sea acorde a lo que el profesor quiere y tercero, nah creo que solo eran dos - se encoje de hombros, abriendo la puerta para ambas.
−Creo que podría funcionar, este profesor tiene un fetiche por las figuras geométricas.
− ¡Exacto! - Saca una manzana del mesón y le da un mordisco, la señora del otro lado la mira horrorizada- le daremos a ese hombre lo que quiere - Saca unas monedas de su bolso y se las tiende, calmando la ira de esa pobre señora, aunque no dura mucho porque en cuanto ve la cantidad la ira vuelve a su cara.
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Las puertas de Paris
Teen FictionParis Ruiz es una estudiante común, hasta que con la llegada de Daniel Pool como estudiante de intercambio a su Universidad, comienza a tener una serie de sueños que la llevan a un extraño desierto habitado por seres cósmicos tan misteriosos como su...