Capítulo 34 No necesito un hombre para bailar

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Si, esto está pasando, no lo estoy imaginando

La canción retumba en mis oídos pero no evita que deje de mirar la imagen ante mí, viendo como sus cuerpos se mueven, balanceándose al ritmo de la música y como la chica aprovecha el momento para colgarse del cuello de Pool

Pero no me importa de todos modos o eso es lo que me digo internamente

Porque todos esos extraños y pequeños momentos en que nuestros ojos parecieran no querer dejar de verse es solo un estupidez ¿no? Además Pool no me gusta de todos modos, es solo que me hace sentir, no lo sé... ¿intranquila?, si esa es la palabra y ¿Por qué demonios me doy explicaciones a mí misma?

"Eres hermosa" repito con una vocecita idiota, si claro. Niego con la cabeza, en una mezcla de enojo y decepción conmigo misma por caer en las temidas garras de la cursilería

Aun así debo utilizar toda mi fuerza interior para desviar la mirada de la escena y al hacerlo me topo con Gabriel apoyado en la barra mientras conversa con Tania, lleva puesta una camisa negra con el logo de una empresa así que debe haber conseguido otro trabajo como bartender. Él alza la mirada y me pilla viéndole, levanto la mano saludándolo y una sonrisa se posa en su cara, le susurra algo a Tania, haciendo que esta se de vuelta y luego asienta en mi dirección

− ¿No tienes algo mejor que hacer? Aléjate de mí, odio bailar – Fernanda mantiene la vista fija en el celular, el chico quien amablemente la ha invitado a bailar parece darse por vencido, al parecer ha insistido bastante tiempo, da media vuelta y se aleja

− ¿Por qué todo el mundo se empeña tanto en bailar? No logro entenderlo – rezonga

−Quizás porque es una fiesta – me encojo de hombros− aunque te entiendo, por mí me quedaría cerca de la mesa de comida y no bailaría nada

− ¿Hay mesa de comida?

−Creo que vi una cerca de la entrada

−Adiós, ha sido un placer – se pone de pie – volveré cuando haya arrasado con toda esa mesa ¿Vienes?

Niego con la cabeza, aunque me encantaría comerme todos esos bocadillos

−Alguien debe cuidar las cosas – señalo el bolso y abrigo de Tania tirados en unos de los sillones

−Tú te lo pierdes, comeré en tu honor

Suelto un bufido, sé que debería estar divirtiéndome y quitándome el estrés como Tania dice pero creo que no soy del tipo fiestero, no tengo tanta personalidad para bailar alocadamente ni nada de lo que se hacen en este tipo de cosas, quizás debería probar embriagándome y cruzar los dedos por ser una borracha alegre y no del tipo melancólico, pero a quien engaño, soy conductora designada, no podría aunque quisiera, y todos aquí parecen pasársela bien ¡hasta Pool! Que es un extranjero.... Extranjero... ¡extranjero idiota! ¡Se divierte en mi país y yo no! Yo debería bailar con chicos lindos... o solo con chicos

−Mi radar me dice que alguien no se está divirtiendo por aquí – Un vaso de jugo de piña aparece en mi visión

Tomo el jugo, regalándole una sonrisa a Gabriel

−Tania me dijo que no podías beber esta noche, así que pensé "Hora de ganarme a mi ayudante"− ríe inclinándose hacia mí para que pueda oírle mejor

−Esa táctica nunca falla, puede que le diga a Pool que te apruebe – Agh, maldito Pool.

Sonríe mirando hacia la multitud de cuerpos en movimiento

−No creo que sea difícil convencerlo, lo vi hace un rato bailando con Valeria, esa chica sí que esta buena–comenta – creo que podría aprovecharme de su vulnerabilidad en estos momentos y conseguir algunas ventajas para mi promedio

Las puertas de ParisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora