El pálido ser recorrió los alrededores de la caverna y en su mano izquierda fue guardando las pequeñas luces que recogía de los cadáveres que hace poco tiempo conformaban la tribu de Loana. Una por una fue recogiéndolas, en su labor encontró la luz que perteneció a Loana y la puso en su mano sin ningún trato especial. Recorrió la zona varias veces y hasta expandió su recorrido varios cientos de kilómetros, pero no encontró lo que buscaba. Una luz faltaba, una luz que nunca debió existir, un alma que se escapó a su búsqueda.
Luego de años de infructuosa búsqueda la entidad cósmica volvió, se despojó de sus vestimentas y su piel se fundió con el blanco de la nieve y tal como llegó a este mundo desapareció de su faz. Pero no desapareció de la mirada de Maktub.
***
− ¡Mira éstas Paris! – Tania me pasa un montón de fotos al asiento trasero, tuve que hacer un esfuerzo monumental para que no se me cayeran en el proceso
Ya es de noche y hace poco terminamos esta especie de "sesión de fotos" dedicada a mi amiga, miro las que me pasó, hay muchas de Tania mirando a la nada, otras cuantas de espalada y a contra luz, otras sorprendida otras haciéndose la intelectual y un sin fin de poses que ni siquiera sabía que existían
−Sí que están buenas Tania – digo devolviéndoselas – creo que tu cuota de fotos polaroid quedó saldada
Se gira sobre el asiento para poder tomarlas
−Por ahora – me guiña el ojo – Y dime Daniel ¿Cuál es tu favorita? – la sonrisa de Tania es tan grande como su ego
Daniel me mira por el espejo y ambos compartimos corta mirada, pero lo suficientemente larga como para que recuerdos del día en el jardín botánico cuando me sacó la primera polaroid lleguen a mi mente, y claro, recuerdos de la última... ¡No! no pienses en eso Paris
−No podría decidirme – señala encogiéndose de hombros− sales bonita en todas
La mirada de Tania se ilumina y se gira disimuladamente a mirarme con la boca abierta, ruedo los ojos ante su poca disimulada emoción y me entretengo mirando las casas pasar hasta que me doy cuenta que ya casi llegamos porque todo me parece demasiado familiar
Estacionamos fuera de la casa, abro la puerta rápidamente para que puedan entrar los bolsos, lo bueno es que Tania al fin se ha ofrecido a ayudar
La casa está a oscuras, sin embargo percibo que algo ha cambiado, doy una mirada rápida pero no logro descifrar que
−Gracias Daniel por la hermosa tarde que hemos pasado – Tania juega con su pelo como si fuera una colegiala, espero que eso no salga en su libro de jugadas para conquistar- el cual estoy casi segura me regalará para esta navidad - porque no creo que de muchos resultados
−No fue nada – Daniel se revuelve el cabello, dándole un aspecto desaliñado
Tania se le queda viendo completamente embobada, tanto que estoy segura está a nada de comenzar a babear
−Ya deja que se vaya Tania, es muy tarde y si bien recuerdo, Pool tiene cosas que hacer– digo
Parece salir de su aturdimiento porque se apresura en responder
−Oh, claro, no queremos abusar de tu tiempo – aunque estoy segura le gustaría abusar de algo más que su "tiempo"
Se acerca y cubre su cuello con sus brazos dándole un sonoro beso en la mejilla, ruedo los ojos internamente – Nos vemos otro día – dice y se queda a mi lado, esperando a que me despida para así cerrar la puerta
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Las puertas de Paris
Teen FictionParis Ruiz es una estudiante común, hasta que con la llegada de Daniel Pool como estudiante de intercambio a su Universidad, comienza a tener una serie de sueños que la llevan a un extraño desierto habitado por seres cósmicos tan misteriosos como su...