Capítulo 32

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Abrí mis ojos lentamente, mi cuerpo se sentía débil y mis ojos pesaban mucho, a pesar de eso logre abrirlos.

Ahí estaba él, sentado en una silla a mi lado mientras me tomaba de la mano. Su cabeza estaba recargada en mis piernas, seguro esta dormido. Mis muñecas están vendadas pero aun así se puede ver la sangre.

—Joel.— con trabajos pude pronunciar.

Él inmediatamente alzó su cabeza y me miro directo a los ojos.

—Shhh mi amor, no digas nada, tienes que descansar.— poso una de sus manos sobre mi mejilla y deposito un pequeño beso en mis labios.— Vuelve a dormir.

Aun que no quisiera, mi cuerpo me pedía a gritos que volviera a dormir, por más que quisiera  mis ojos se estaban cerrando contra mi voluntad, me deje llevar y volví a caer en un profundo sueño.

[...]

Desperté de nuevo, después de muchas horas. En el reloj de la habitación daban las dos de la madrugada, ya no había luz del día como la ultima vez que desperté y vida a Joel.

¿Todo había sido un tonto sueño? Que idiota soy, él esta muerto y tengo que lidiar con ello, lágrimas comenzaron a salir de mis ojos, lo extraño tanto, ni siquiera se cuantos días estuve inconsciente, ya lo han de haber enterrado y yo no pude despedirme, eso es lo que mas me dolia, jamas me despedi de él y ahora ya no esta y jamas volveré a ver sus ojos ni sus hermosas sonrisas. Ya no podremos casarnos ni formar la familia que queríamos.

Cerré mis ojos, me sentía muy mal, la vida no seria igual sin él. Escuche una puerta abrirse, pero ni me moleste en abrir los ojos, si no era él no quería ver a nadie, y estaba seguro que no era Joel.

Sentí como se sentaban en la misma camilla donde yo estaba. Abrí mis ojos y ahí estaba él.

¿Acaso su fantasma me atormentaría toda la vida? Si esa sería la única manera de verlo no me importaba.

—Hasta tu fantasma es lindo.— dije. Sonreí aunque era una sonrisa triste.

Él soltó una pequeña risita, eso era musica para mis oídos, aunque todo fuera una alucinación o quizás aun este dormido y esto sea un sueño o quizás estaba muerto y esto era el cielo, quizás aquí si podremos ser felices.

—Amor, no soy un fantasma.— dijo y se acerco más a mi.— ¿Por que piensas que soy un fantasma?— tomo mi mano y la entrelazó con la suya.— Vez, puedes sentirme, no soy un fantasma.

—Pero... Pero te vi morir.— susurré.

—No se exactamente que paso, los doctores dijeron que morí, por algunos segundos, y de la nada desperté.— lágrimas comenzaron a salir de sus ojos.— ¿Por qué hiciste esto?— paso delicadamente sus dedos por mis vendas.

—Sentia que sin ti no podía, los meses que estuviste en coma fueron muy difíciles, tenia ataques y... y...

—Ya no digas nada mi amor, ya estoy aquí, he leído todas tus cartas, habías estado inconsciente tres días, perdiste mucha sangre, por suerte Christopher te trajo justo a tiempo, agradecele a Zabdiel que fue él que te dono sangre... Agradezco que estuvieras todos esos días a mi lado. Gracias por escribirme las cartas.

—Joel, hazme saber que esto no es un sueño y que todo esto es real.

Tomo mis mejillas con sumo cuidado y se acerco más a mi, me miro a los ojos y después bajo su mirada a mis labios, unió nuestros labios en un beso tan largo y delicado que podría pasar toda la vida haciendo esto. Extrañaba tanto besarlo, sentir así su cuerpo tan cerca del mio, sentir los latidos de su corazón cerca de mi pecho era lo mejor del mundo.

—Te amo.— pronunció una ves que nos separamos.

—También te amo bebé.— un bostezo se escapo de mis labios.

—¿Aun tienes sueño?— me regalo una tierna sonrisa.

—Si.

—Duerme de nuevo, aquí estaré.— bajo de la camilla y se sentó en la silla de a un lado.

—Acuestate aquí.— di unas palmaditas al colchón.— Esas sillas son muy incomodas.

Así lo hizo, se recostó a mi lado, apoye mi cabeza en su pecho mientras el me abrazaba.

Aun tenia miles de dudas, quería hacerle muchas preguntas, pero ahora solo importaba que él estaba bien y que estaba a mi lado, y quería disfrutar ese momento, después habría tiempo para aclarar mis dudas.

La melodía que provocaba los latidos de su corazón me tranquilizo, haciendo que me quede dormido abrazado a su pecho.

Tenia miedo de que esto no fuera real, tenia miedo de que esto solo fuera producto de mi imaginación y que el si estuviera muerto. Se sentía tan real y a la vez tan ficticio que me hacia dudar, pero el hecho de que me este abrazando me hace olvidarme de todo eso por un momento.





































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