Narra Joel.
Subí a mi auto, tenia que ir a buscar a Christopher y a Zabdiel, tenían que ir a cuidar a Erick, tenía miedo de que pudiera cometer alguna estupidez por mi culpa, no me lo perdonaría jamas si algo malo le llegara a pasar.
Mi corazón aun seguia echo pedazos, mis lágrimas seguían saliendo de mis ojos y no había forma de que cesaran.
En un momento me sentí tan mal, me sentía realmente mal, no podía seguir manejando, mi cuerpo no respondía a lo que yo quería hacer, era horrible. Orille el carro y lo estacione a un lado del camino. Recargue mi cabeza en el volante, llore como nunca, sabiendo que nadie podría verme.
Un carro comenzaba a acercarse a mi, lo reconocía al instante. Limpie rápidamente las lágrimas de mis ojos y de mis mejillas. El carro se estaciono justo alado del mio.
Abrí la puerta y salí, ellos también lo hacían, corrí hacia Zabdiel y lo abrace, el me correspondio al instante.
—¿Donde mierda tienes el puto celular, Joel?— cuestiono Christopher.
—¿Qué?— pregunte confundido.
—Tu maldito celular, ¿por que no nos contestabas?— la voz de Christopher sonaba tan molesta.
Zabdiel solo me pegaba mas a su pecho, mientras acariciaba mi espalda.
—N-no... No lo se.— y era verdad en este momento ni siquiera sabia donde estaba mi cabeza.
—Joel.— hablo Zabdiel en tono suave.— Renato había escapado de la cárcel...
—Si lo se.— dije rápidamente.
—¿Qué?— se acerco a mi Christopher.
—A-ayer...— comencé a llorar de nuevo.— Él me amenazó, yo solo quiero proteger a Erick... Lo amo.
—A ver Joel, calmate. Dinos que paso.— ahora también Christopher sobaba mi espalda.
—Me amenazó, me dijo que si no dejaba a Erick, lo mataria... Yo simplemente no podía permitir eso. Y mierda. É-él me pidió matrimonio, y yo tuve que decirle que no.— mi voz se quebró al decir las ultimas palabras.
—Mierda.— susurro Christopher.— Tenemos que ir rápido a su casa, sabes que él no esta bien. Sube rápido.
Abrió la puerta trasera del carro, subí y Zabdiel subió conmigo, sin dejar de abrazarme.
—Ya lo encontraron.— dijo Zabdiel.
—¿Qué?
—A Renato, por eso tratábamos de comunicarnos con ustedes, pero no respondían, de verdad siento que hallas tenido que hacer esto.
—Pero, él me va a perdonar, ¿verdad?— cuestione entre sollozos.
—Claro, le explicaremos todo. Él entenderá y te perdonara. Descuida.
Y yo en realidad esperaba que eso pasara, quería que Erick me perdonara por lo que dije e hice.
El carro se detuvo, de nuevo estábamos de regreso en casa.
—Iré a hablar primero con él, le explicaré. Haré que entienda, ya veras, tú sólo espera aquí.— Christopher salio del vehículo y entro en la casa.
Los minutos en los que Christopher permaneció dentro, fueron horribles, no sabia que pasaba adentro y eso me atormentaba. Ya no lloraba pero suspiros dolidos aun salían de mi.
Después de lo que pareció ser muchas horas, Christopher por fin salio de la casa, en su rostro no había expresión alguna.
—Quiere verte.— fue lo que dijo al entrar de nuevo en el vehículo.
—¿Esta bien?— pregunte.
—Solo ve, ¿si?
Obedecí, baje del carro y camine al interior de la vivienda, todo estaba tan oscuro y en silencio. Sin vida.
Llegue hasta nuestra habitación, y ahí estaba él, en medio de las sabanas de nuestra cama, sabia que estaba llorando por el movimiento que hacían sus hombros.
—Bebé.— dije al estar cerca de él.
—No me digas así.
—¿Qué? ¿Por qué? Yo puedo explicarte.— dije con la voz temblorosa.
—No necesitó que me expliques nada, Christopher ya lo hizo.
—Pero...
—¡Callate!— voltio a verme y mi corazón se hizo aún mas mierda al verlo así de mal.— No sabes lo mal que me hiciste sentir. No sabes lo mucho que me había esforzado en preparar toda esa mierda para ti. No sabes lo feo que sentí cuando dijiste que no me amabas.— dijo entre sollozos.
—Lo hice para protegerte.— mi voz salía solo en susurros.
—Lo se y no puedo, simplemente no puedo. Se supone que estábamos tratando de formar una familia, ¿sabes que hacen las familias?— yo solo negué con la cabeza.— Entiendo que lo hayas hecho para protegerme, de verdad lo hago. Lo que mas me duele es que no hayas podido confiar en mi. Hubiéramos buscado otra solución, juntos.
—De verdad lo siento amor.— trate de tocar su mejilla pero él se alejo.
—No me toques, por favor. Joel, no puedes hacer esto cada vez que haya un problema. Si queremos que esto funcione debemos contarnos todo, tus problemas serán mios y mis problemas serán tuyos.
—Te prometo que no volverá a pasar.— mis sollozos eran cada vez mas fuertes.
—Lo sé, sé que no volverá a pasar, pero necesito tiempo para pensar, de verdad me dolió lo que me dijiste.— dijo y se dio la vuelta, dándome la espalda de nuevo.
—Erick...
—Vete, Joel. Mañana podremos hablar mejor.
—Amor...— trate de tocarlo pero él se quitó.
—Joel, por favor vete.
Salí de la habitación, no lo dejaría sólo en la casa, así que me dirigí hasta la habitación de huspedes. "Íbamos a estar bien, yo sabia que íbamos a estar bien. Lo amo y el me ama, todo estará bien." me repetía una y otra vez, tenia que ser de esa manera.
Aunque no quisiera dormir, mis ojos pesaban y comenzaban a cerrarse, sueños horribles y tormentosos era lo único que invadia mi sueño.
Mañana todo estaría bien, él y yo estaríamos juntos.
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