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Ninguno de los dos sabian como había terminado en su casa, habían bebido mucho y no recordaban quien los había llevado hasta a su hogar,. Pero ahí estaban, sentados en una mesa junto con otros veintiún hombres. Todos con el mismo aspecto, crudos.
A los dos les dolía horrible la cabeza gracias a la resaca, y al parecer todos estaban en la misma situación.
Había muchos niños corriendo por todos lados, pero a pesar de eso su dolor estaba disminuyendo gracias al rico desayuno que estaban comiendo.
—Y bien, ¿por que hay tantos niños?— pregunto Christopher.
—Bueno, son de nosotros. Algunos están solteros pero los que tenemos hijos tenemos mas de dos.— contesto RK, con naturalidad.
—¿Cuantos niños hay?— pregunto Richard.
—Con los de ustedes han de ser como... ¿treinta?— contesto Paisa dudando de su respuesta.
—¿Okey? ¿Les parece si nos dicen quienes están casados, y quienes con hijos? Son muchos niños y no voy a saber de quien es quien.— dijo Zabdiel.
—Comienzo yo. Estoy casado y tengo dos niñas y un niño.— contesto Pachin.
—Yo solo estoy casado.— Dijo Tatto.
—Yo me divorcie hace unos dos años pero tengo una niña y un niño, son los mas pequeños.— explicó RK.
—Yo, soltero.— dijo Juca.
—Yo también.— contesto Rix.
—Yo estoy casado, y primero tuve gemelas y después nació otra niña.— dijo Saak.
—Yo estoy casado y tengo tres niñas y dos niños, aunque la mayor no quiso venir y se quedo con su mamá.— dijo Mario Bautista.
—Yo estoy casado y tengo una bebé recién nacida.— Paisa.
—Yo me case y después me divorcie, ahorita estoy comprometido y tengo dos hijos hombres.— contesto Sebastian Arango.
—Tengo dos niñas y también estoy casado.— dijo Zurita.
—Yo solo tengo una niña y también estoy casado.— explicó Scremau.
—Yo, gracias a Dios, estoy soltero.— dijo Ro.
—Yo también, chocalas.— dijo Mau y choco su mano con Ro.
Bully río por la acción de sus amigos y después contesto.— Yo si estoy casado y tengo dos niñas y un niño.
—Yo tengo un niño y una niña, y mi esposa esta embarazada.
—Nosotros tenemos tres bebés, la mayor la adoptamos hace unos años y después utilizamos la inseminación artificial y tuvimos gemelos.— contesto Mario Ruiz y le sonrió a su ahora esposo.
—Exacto.— Sebastian Villalobos se acerco a él y le dejó un pequeño beso en sus labios.
—Vaya, son muchos. No me quiero ni imaginar como le hicieron para poder viajar.— dijo Erick mientras tomaba la mano de Joel por debajo de la mesa.