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Las semanas transcurrían con calma, Erick y Joel por fin habían terminado de empacar todas las cosas de Joel y ya las habían llevando a la casa de Erick, el lugar que seria su nuevo hogar y en el que formarían una linda familia.
Eso era lo que ambos soñaban, pero quizás el destino tenia preparada otra cosa para ellos.
Erick se aferraba a la idea de poner la casa a nombre de los dos, y aun que Joel se negó millones de veces, por fin su novio lo había convencido, ahora si era su casa, su hogar.
—Amor, ¿crees que se vean bonitas estas cortinas en la cocina?— preguntó Joel mostrándole unas cortinas blancas con detalles violetas a Erick.
—Estan muy bonitas, si tu quieres las llevaremos.— contestó Erick con una sonrisa en su rostro.
Y es que en eso se habían resumido esas semanas. Ambos comprando cosas para remodelar todo su casa.
Erick tomo unos pequeños mamelucos entre sus manos, quizás en algunos años estarían comprando ropa para sus hijitos pero ahora estaban comprando ropa para su futuro ahijado, el pequeño bebé que esperan Richard y Yocelyn.
—¿Es cien por ciento seguro que sera hombrecito, verdad?— preguntó Erick.
—Si amor, ¿por qué?— Joel también se encontraba viendo ropita de bebé.
—Bueno, no quiero comprar ropa de niño y que al final acabe siendo niña.
Joel solo soltó una pequeña risita, era tan adorable ver como Erick se miraba tan concentrado mientras escogía algo tan simple como un bebero.
Con el carro lleno de compras regresaron a su linda casa, que poco a poco comenzaba a tomar forma de un hogar.
Al principio había sido difícil, no se acoplaban como quisieran, ambos siempre querían ser el primero en despertar para prepararle el desayuno al otro, por lo cual madrugaban mucho, hasta que un día decidieron turnarse. Hací había sido para casi todo, se turnaban para realizar pequeñas acciones dentro de la casa.
También adoptaron un pequeño cachorrito. Erick jamás quiso a animales viviendo en su casa, los amaba, si, pero no los quería dentro de su casa, pero no pudo negarse cuando Joel lo vio con un tierno puchero y rogándole a Erick que por favor adoptaran al pequeñito. Ahora el pequeño perrito de color negro y una que otra mancha blanca al que le habían puesto el nombre de bizcochito, a petición de Joel se había convertido como en un hijo para ellos.
Los medios de comunicación hicieron un revuelo mundial cuando se enteraron que, la linda pareja que había cautivado al mundo entero cuando apenas tenían dieciséis y dieciocho habían retomado su relación después de mas de siete años. La noticia fue primicia en todos lados, todos hablaban de lo bien que se veían juntos.
Unos cuantos "Te amo" y una que otra caricia era como terminaban sus días, y amaban que fuera de esa simple pero hermosa manera. "El comienzo de algo mejor" pensaban los dos... "El comienzo de algo peor" pensaba alguien mas en algún lugar.
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