París- Francia
Joel fue el primero en despertar, habían llegado a París durante la madrugada, la boda los había dejado muy cansados, y el vuelo había sido pesado, por lo cual llegaron directos a dormir. Tendrían todo el día de hoy para conocer París.
Joel pidió el desayuno, quería desayunar en la cama con Erick.
Después de algunos minutos llamaron a la puerta, al abrir recibió un pequeño carrito lleno de comida. Dio las gracias y al darse la vuelta vio a Erick bostezando, a punto de despertar.
Se acerco a él y dejo en pequeño beso en sus labios.
—Buenos días bebé.
—Buenos días amor.— contestó Erick.
—Pedi el desayuno.— señaló el carrito con comida.
—Gracias.— Erick se incorporó en la cama hasta que quedó sentado.
Joel acerco la bandeja con comida y la puso en medio de la cama y posteriormente se sentó a un lado de Erick.
—¿Podrias abrir las cortinas antes de que comencemos a desayunar?— preguntó Erick.
—¿Para que quieres que las abra?— preguntó confundido.
—Bueno, anoche cuando veníamos en el taxi te quedaste dormido y no notaste frente a que estamos.— contesto Erick mientras acariciaba delicadamente la mejilla de Joel.
Joel aun seguía confundido, pero aun así se paro de la cama y abrí las cortinas.
Se quedó un momento perplejo, no podía creer que la vista que tenia su cuarto de hotel diera directo a la Torre Eiffel.
—Es... Es hermoso.
—Si. Richard escogió muy bien el hotel.— contesto Erick.
Desayunaron entre pláticas y risas, después de eso ambos se bañaron y arreglaron para salir a conocer las calles de París.
—¿A donde quieres ir primero?— preguntó Joel.
—Podriamos ir al metro, me gustarían ver los letreros art nouveu .
Joel asintió mientras buscaba una dirección en el GPS de su celular.
—Podíamos subir en la siguiente estación.— hizo una pausa.— Y liego bajar aquí.— señalo una parte del mapa.— A dos cuadras de ahí esta el mejor local de todo París para comer macaroons.— dijo con una sonrisa en el rostro.
—Suena genial.— contesto Erick y entrelazó su mano con la de Joel.
Caminaron unas cuantas cuadras hasta que llegaron a la entrada del metro, dentro de este habían muchos letreros artísticos y se tomaron fotos en casi todos.
El local donde vendían macaroons, era una tienda realmente bonita, decorada muy al estilo parisino.
—Bonjour, qu'allez-vous porter (Buenos días, ¿qué van a llevat?)— preguntó la muchacha del otro lado del mostrador.