Narra Joel.
2 días antes.
Ya me encontraba en mi habitación, aún me sentía mal y estaba muy confundido, aún recuerdo las palabras del doctor:
Usted murió, estuvo un minuto completamente sin pulso. Fue un milagro que despertara.
Morí, y lo único que podía ver era a Erick, él me hizo regresar a la vida. Pero ahora no estaba aquí a mi lado, el doctor me dijo que Erick estuvo aquí a mi lado durante estos 5 meses, y que me escribió cartas, me entrego una caja con todas ahí. Ya lo quería ver pero por lo que me dijeron lo tuvieron que sacar para poder salvarme.
Comencé a leer las cartas, aun no podía asimilar que estuve cinco meses en coma. Me perdi de muchas cosas, Richard sera papá y quiere que Erick y yo seamos los padrinos, Thiago logro salvarse, los chicos han venido a verme diario, todo esto parece una locura.
—¿Se puede?— era la voz de Zabdiel del otro lado de la puerta.
—Si, pasen.
Por la puerta entro solo Zabdiel y Richard. Se acercaron a mi y me abrazaron.
—No sabes como te agradecemos lo que hiciste.— dijo Richard.
—Lo tenia que hacer, son mis sobrinos.— conteste.
—Eres un ángel Joel, te mereces el cielo.— dijo Zabdiel y me volvió a abrazar.
—¿Y Erick y Christopher?— pregunte.
Ellos se voltearon a ver entre nerviosos y asustados.
—¿Que pasa?— volví a preguntar.
—Ammh... Nosotros... No sabemos si podemos decirte.— dijo Zabdiel mientras se sentaba en mi camilla.
—¿Por qué?
—No queremos que te pongas mal.— dijo Richard.
—Tienen que decirme, ¿qué paso?
—Estos meses fueron difíciles, y mas para Erick, ya no encontraba la salida. Un día se puso realmente mal y lo tuvieron que sedar, desde ese día a tenido ataques de pánico. El doctor nos advirtió muchas veces que podía cometer una locura si lo dejábamos solo, pero como siempre estuvo aquí en el hospital..., pensamos que estaría bien.— me explicó Zabdiel.
—Pero hoy cuando llegamos no estaba, creemos que él escucho cuando los doctores dijeron que habías muerto, no sabemos donde esta, pero descuida, Christopher fue a buscarlo.— trato de calmarme Richard.
—¿Y si le paso algo?— lágrimas comenzaban a salir de mis ojos.
—No pienses eso, él estará bien.
Un celular comenzó a sonar, era el de Zabdiel, él inmediatamente contesto.
—¿Qué?... ¿Donde están?... Si, yo soy B+... Voy para allá.— dijo Zabdiel al teléfono.
—¿Quien era?
—Chris... Mierda, no se como decirte esto.— sus ojos comenzaron a ponerse rojos.— Erick intento quitarse la vida, Christopher lo trajo pero necesita sangre, perdió mucha. Richard quedate con él, yo iré con ellos, tengo el mismo tipo de sangre que Erick, voy a ver si puedo donar.— y sin mas salio de la habitación.
—Necesito verlo.— trate de pararme de la cama, pero no pude gracias a toda la cantidad de aparatos que tenia conectados.
—No puedes pararte, le hablare al doctor, quizás te pueden llevar o algo así.— Richard también salio de la habitación.
Minutos después entró de nuevo junto con un doctor.
—Hola, Joel. ¿Como sigues?— cuestionó.
—Me siento bien.— conteste, lo único que quería hacer era ver a Erick.
—Tu amigo ya me contó lo que paso, lo siento mucho. Pero te estamos haciendo unos estudios si todo sale bien te podremos dar de alta mañana temprano. Ahora descansa.
Esa noche fue horrible, Richard se quedo a mi lado, pero aun no teníamos noticias de Erick, los chicos no habían llamado y nadie nos decía nada. Yo no podía dormir de solo pensar que algo malo le pudiera pasar a Erick. El resto de la noche me la pase leyendo sus cartas.
A la mañana siguiente el doctor me dijo que ya podía irme, que todo estaba bien conmigo. Me pase de esa camilla en la que estuve por cinco meses, y fue raro, hace mucho tiempo que no caminaba y se me estaba complicando.
Me vestí lo mas rápido que pude y fuimos a donde estaban Christopher y Zabdiel, nos explicaron que toda la noche habían estado en el quirófano, la transfusión de sangre había demorado muchas horas, que Erick ya estaba fuera de peligro pero aun estaba inconsciente, pero que pronto despertaría.
Parte de la mañana y de la tarde estuvimos en la sala de espera, pues aun no pasaban a Erick a una habitación pero en cuanto esto sucedió, yo fui el primero en entrar.
Y ahí estaba él, recostado sobre la camilla, con los ojos cerrados, su piel estaba pálida y sus muñecas estaban vendadas. Me dolía tanto verlo así y pensar que todo esto era mi culpa me ponía aun peor.
Ya quería que despertara y poder decirle cuanto lo amo y cuanto agradezco que aya estado conmigo todos estos meses.
Me acerque a él y deje un pequeño beso en sus labios, tome una de sus manos entre las mías y dejo otro beso sobre las vendas que se encontraban manchadas de sangre.
Quería abrazarlo y hacerle saber que todo estaba bien y que de hoy en adelante estaríamos bien y juntos.
—Te amo.— dije aunque sabia que no me podía contestar.
Voten y comenten 💙