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—Tengo miedo de como va a salir todo esto.— dijo Erick mientras manejaba.
—Yo también, no veo a veintitrés hombres en un solo lugar.— Joel iba viéndose en el retrovisor mientras se arreglaba su bandana.
—¿Sabes con quien se van a quedar los niños?— pregunto Erick.
—Amh, creo que los demás rentaron una casa los días que estarán aquí, contrataron algunas niñeras y van a cuidar a sus hijos y los de los chicos.
—¿No vinieron sus esposas?
—Eso es lo gracioso, los dejaron venir pero con la condición de traer a sus hijos.— Joel comenzó a reír.
—Valla, ¿donde quedaron los chicos fiesteros?— Erick en negó con burla.
—Bueno, la mayoría están casados y con hijos.
—También estara Bautista, ¿verdad?— pregunto Erick.
—Si amor, obviamente.— contesto Joel sin darle importancia.
—Ah.— fue lo único que dijo.
—¿Estas celoso?— Joel quería reír por como se había puesto Erick, pero no lo haria.
—No.
—Amor, por Dios. Él esta casado y con hijos y yo te amo a ti.— Joel acarició la pierna de su novio.
Erick solo le regalo una calida sonrisa.
—¿Ya estamos cerca?— pregunto Erick sin quitar la vista del camino.
—Si, en la siguiente cuadra das vuelta y ahí esta el antro.— contesto Joel que iba viendo el GPS en su celular para no perderse.
Y así fue, en menos de cinco minutos ya se encontraban entrando en el antro, sus amigos lo habían rentado solo para ellos, solo estarían los caballeros, Christopher, Zabdiel, Richard y obviamente ellos. Seria su despedida de solteros, pasado mañana por fin seria el gran día.
Habían estado simpre en contacto con los caballeros, cuando eran jóvenes simpre salían de fiesta, pero ahora era diferente, ya no eran jóvenes, si no adultos, la mayoría ya tenia mas de 30 años, pero aun así sabían que se iban a divertir.
—Hasta que llegan los novios.— escucharon a Christopher gritar una vez que pusieron un pie adentro del antro.
Uno de los primeros en pararce a saludarlos fue Mario Bautista, que en cuanto estuvo cerca de Joel lo abrazo.
—Hola, Joel. Tanto tiempo.
—Hola, Mario.— correspondió el abrazo.
A Erick le comenzaban a dar celos, pero se calmo cuando Mario se acerco a él y también lo abrazo.
—Hola, Erick.
—Hola.— contesto Erick.
—Muchas felicidades por su boda.
—Gracias.— contestaron los novios al unisono. Mario se despido de ellos y camino hacia la barra.
Llegaron al lugar donde se encontraban todos. Y comenzaron a saludar a los demás Caballeros. Todos estaban ahí, excepto dos. Mario Ruiz y Sebastian Villalobos.
—¿Mario y Sebastian no van a venir?— pregunto Joel a RK.
—Si, ya no deben de tardar, se quedaron un rato mas en la casa, querían asegurarse de que las niñeras fueran buenas con los niños, ya sabes, padres protectores.
La musica comenzó a sonar muy fuerte, momentos antes todo había estado en silencio. El DJ había esperado a que todos se saludaran para que comenzará a reproducir la música.
Era divertido por que a pesar de que solo eran hombres, todos estaban bailando y las bebidas alcohólicas abundaban, sin duda seria una gran despedida de solteros.
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