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Narra Erick.
Después de un viaje entre platicas y risas por fin habiamos llegado al puerto de santa Mónica, era completamente hermosa, sin duda siempre será uno de los lugares favoritos en todo el mundo.
Una vez que bajamos de la camioneta Joel se fue a hablar con Zabdiel, hacia que yo me dirigí a donde estaban Christopher, Richard y Yocelyn.
Unas horas antes cuando vi a Joel tocar la pancita de Yocelyn lo supe, supe que él era la persona con la que quería pasar el resto de mi vida, de eso no había duda y ahora mas que nunca sabía lo que tenia que hacer y aun que no lo quisiera admitir eso me ponía muy nervioso.
—Chris, ¿podemos hablar?— pregunte una vez que llegue a su lado.
Él se paro y comenzamos a caminar un poco alejados del resto.
—¿Qué paso?— cuestiono.
—¿Como le pediste matrimonio a Zabdiel?
—¡No! No me digas que le pedirás matrimonio a Joel.
—¿Por qué? ¿Crees qué es muy rápido?— dije con nerviosismo.
—No, claro que no, estas enamorado de él desde que tenias 14, es justo que ya le pidas matrimonio.
—Anoche le pedi que se fuera a vivir conmigo, ¿crees qué acepte casarse conmigo?
—¿Es broma, verdad? Claro que va a aceptar casarse contigo, si ya aceptó irse a vivir contigo no veo por que no aceptaría casarse.
—Mierda. Jamás había sentido tanto miedo por algo.— conteste.
—Tú solo confía, él te ama mucho, se le ve.— me trataba de dar confianza pero aún así tenia miedo.
—¿Me podrías ayudar a preparar algo para pedírselo?
—Claro, Zabdiel y yo te podemos ayudar en lo que quieras.
—Gracias. Es mejor que regresemos con nuestros hombres, se van a empezar a preocupar.— comencé a reír.
—O quizás se pongan celosos, ¿recuerdas cuando Joel te celaba conmigo?— dijo entre risas.
—Si, era feo.
Seguimos caminando hasta que llegamos a donde estaban los demás.
—¿Y Joel?— pregunte al no verlo.
—Fue con papá a comprar los boletos para la rueda de la fortuna.— me contesto Christel.
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