El Monstruo Interior © WATTYS 2020 (Universo Monstruoso # 1)

Capítulo 1 - Un regalo especial

Un retrato es la inmortalización del tiempo y el espacio en el momento justo, es la imagen de una persona plasmada en un plano físico o virtual, es el reflejo y una búsqueda constante de la perfección en nosotros mismos.

Eso es lo que cree Nina Varsi, una chica de veintidós años, estudiante de Bellas Artes que se obsesiona con el perfeccionamiento, con los detalles y con obtener la mejor versión de sí misma. No obstante, su baja autoestima sumada a la inconformidad con su propio ser, son elementos que la hacen sentir mal sin importarle el hecho de ser considerada una mujer muy bella y popular entre sus compañeros.
Quienes la conocen, aseguran que es una persona un tanto superficial y materialista, acostumbrada a una vida de lujos, una vida al alcance de la mano, donde puede obtener todo lo que anhela y rechazar todo lo que desprecia.

Nina vive sola en una pequeña, pero cómoda casa en un barrio montevideano casi idílico como lo es Carrasco, con su aparente tranquilidad donde los niños juegan con los perros saltando y jugando por el pasto. Frente a ellos, se posa la colosal imagen del lujoso hotel Casino Carrasco, que desde 1921 se pone sus mejores trajes para encandilar a la noche y seducir al mar con sus focos. Nina, además del estudio, trabaja junto a su madre en el negocio familiar diseñando bocetos de esplendorosos vestidos y prendas de última moda, que los han llevado al éxito y el prestigio en el que su marca se encuentra.
Entre sus ratos libres, también disfruta de realizar distintos retratos y pinturas, para ello, suele sacar todo tipo de fotos y retratarlas en lienzo. Su objetivo además de perfeccionar su técnica, es lograr el mayor realismo posible cuidando casi obsesivamente de cada detalle. En total ya tiene una colección de treinta trabajos realizados, todos con un mismo lapso temporal que los separa a uno de otro, ella suele retratar cada un mes buscando siempre una versión mejorada y perfeccionista de su talento, por cada pintura, suele tomar infinidad de fotos para conseguir la fotografía más artística y lograda, también acostumbra a emplear demasiado de su tiempo libre en la realización de cada cuadro. Según ella, el arte debe reflejar la mejor versión de lo que percibimos.

Con las clases en el instituto, y el extenuante trabajo, los días para Nina se han vuelto bastante rutinarios: desayuno, clases, dibujos, y largas horas dedicándose a pintar hasta que al fin termina rindiéndose y tirándose a la cama con los brazos extendidos y una sonrisa de felicidad después de un largo día realizando las actividades que más placer le generan.

En una de esas mañanas como cualquier otra, Nina se dirige hacia la universidad en medio de un día que resulta ideal para salir afuera a disfrutar de la rambla. Pero la mañana soleada y armoniosa a veces esconde los más impredecibles presagios, tanto es así que luego de un mal día debido a unas pésimas calificaciones, regresa a casa, yendo directo a la cocina para saciar sus penas. Su cabeza explota del dolor a la misma medida en que su nivel de frustración crece, ella siente que está decepcionando a sus padres, Laura y Daniel, quienes sueñan con que su hija se convierta en una reconocida artista de artes visuales.

Nina se prepara un café y se toma unas pastillas para su dolor de cabeza, comienza a reflexionar mientras mira por el enorme ventanal que separa a la cocina del balcón, el sol se está escondiendo y al hermoso atardecer lo acompaña el relajante sonido de las olas que acarician con suavidad a las rocas. Luego de un largo rato se hace la noche, y Nina como siempre se dirige a su taller, ubicado en el sótano de la casa, para seguir pintando, pero mientras camina hacia la puerta de dicho lugar, ve algo envuelto en papel de regalo cerca de la puerta de entrada a su casa...

—Que raro, no me di cuenta de que estaba ahí... —dice Nina con desconcierto—. ¿Cómo llegó hasta acá?

Se acerca hacia ese regalo, allí se encuentra una carta con un moño de color rojo intenso que le despierta una curiosidad inmensa. Nina abre la carta y la lee: