Poco después de ese fatídico suceso, cuando las nubes se disipan y su madre yace dormida en el sofá, Nina también sucumbe ante el sueño, hasta que la luz del sol vuelve a penetrar la habitación e impacta en su rostro, despertando exaltada por lo que ocurrió anoche. Las palpitaciones van disminuyendo a medida que se percata que todo está tranquilo a su alrededor. Por alguna extraña razón, la claridad del día logra apaciguar sus nervios, como si la misma le otorgara un mayor control de la situación, y la confirmación de que nada malo ocurrirá.
Nina consigue reponerse y se sienta sobre su cama, el dolor de las heridas ha disminuido. En ese instante, Laura entra con un doctor y la enfermera que ya la había atendido antes.—¿Cómo se encuentra la bella paciente hoy? —Le pregunta el simpático señor.
—Bien, tengo mayor movilidad en el brazo, y ya no me duele tanto.
—Eso es muy bueno, las lesiones van cicatrizando, dejame ver un poco.
El médico remueve el vendaje e inspecciona el estado de los cortes...
—Ya no se ven tan mal —asegura la enfermera con asombro.
—La verdad que no, te estás recuperando más rápido de lo que esperábamos Nina. ¡Eso es muy bueno!
—Entonces, ¿ya puedo irme?
—No creo que tus heridas corran mucho peligro si no hacés esfuerzos que puedan abrirlas de nuevo.
—No se preocupe doctor que yo voy a cuidar bien de ella —interviene Laura.
—Perfecto, entonces hoy mismo podrá irse. Va a tener que seguir con las vendas hasta que todo cicatrice totalmente, y por nada del mundo se deben mojar.
—Vamos a cuidar de todo eso, quédese tranquilo.
La noticia de que hoy saldrá de ese hospital anima un poco a Nina, aunque no logra quitarse de la cabeza aquella incertidumbre sobre la investigación que está llevando la policía, y además de eso, el estado de su amiga es un misterio que ni Dios ni el Diablo se lo pueden develar.
—Después me gustaría pasar por la habitación de Carol Dennis, quiero saber cómo se encuentra. Ella es como mi hermana y no puedo dejarla sola en este momento.
—¡Ah, sí! Si querés te ayudo a aprontar todo para irte, y te acompaño a verla —propone la enfermera.
—Muy bien, entonces yo me voy con la madre para resolver algunas cuestiones administrativas, usted sabe... políticas de la institución —explica el doctor.
—Perfecto. Yo luego te alcanzo hija, también me quiero despedir de Carol.
Mientras tanto, al hospital llega Jonathan, novio de Carol, un chico alto, carismático, de cabello castaño claro y ojos tan celestes como el mar Egeo, acompañado por una amiga en común, Bárbara, una morena con una belleza tan sensual que contrasta con su temperamento serio y malhumorado, por alguna razón, ella no quiere estar ahí.
—¡Por acá, chicos! —Les avisa Brandon.
—Perdón que vengamos justo ahora señor —Jonathan le estrecha la mano y continúa—. Apenas nos enteramos, quisimos venir a verla.
—No se preocupen, no tuve cabeza para avisarle a nadie, pero vengan... pasen. Eso sí, no se asusten si no los reconoce.
Apenas entran al cuarto, no pueden contener su asombro al mirarla, se la ve perdida, aturdida, y con los ojos ardientes, posiblemente de la angustia que le genera la situación. Aquella imagen dista mucho de la rubia llena de vida y energías para todo que hasta ahora conocían.
—¡¿Quién fue el hijo de puta que le hizo esto?! —pregunta Jonathan con una profunda impotencia.
—Todavía no se sabe, la policía está investigando —responde Brandon afligido.
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El Monstruo Interior © WATTYS 2020 (Universo Monstruoso # 1)
HorrorGANADORA DEL WATTY A MEJOR HISTORIA DE TERROR 2020 La cordura de Nina será puesta a prueba y tendrá que demostrar que es víctima de una aterradora maldición. *********** Nina recibe un hermoso cuadro de sí misma por parte de un anónimo, pero hay alg...