Capítulo 43 - Aromas de libertad

1K 137 107
                                    

Diez meses después

Un largo período ha transcurrido desde que Nina fue internada de nuevo. Laura la ha visitado todas las semanas, y ha seguido con fervor la evolución de su amada hija hasta llegar al ansiado día de su liberación. Una vez más, Nina saldrá al mundo, y se reencontrará con el roce de las flores y sus mantos de diversos aromas primaverales, que llenan de paz, y de vitalidad a quien quiera que se acerque a olerles. Es el precioso olor de la libertad al alcance de las manos, como nunca antes lo había sentido. este es uno de los días más importantes para aquella madre, empero, hay una situación que aún da vueltas en su mente, y de la que debe encargarse antes de ir a buscar a su hija...


Jefatura de Policía

—Buenos días... hasta que al fin la encuentro, ¿no? —Le dice Laura a la agente Karen, notablemente irritada por ignorarla todo este tiempo—. ¿Va a dejar de evitarme alguna vez?

—¡Mire señora! Ya le dije que no hay información... su hija ya fue absuelta por la muerte de Jonathan, no hay ninguna huella digital que la incrimine, pero aun así es la principal sospechosa. Solo tenemos eso —Le responde, ya cansada de aquella insistente mujer, y teniendo aún en su mente aquel día en que el Ministerio se llevó preso a Anthony. Mismo día en el cual, el Grupo Alma asesinó con crueldad a su compañero Marcos. Desde ese día, evitó de todas formas, hablar del asunto.

—¡Ya sé que mi hija no lo mató, fue ese tal Eduardo Müller! Hace mucho que le vengo preguntando por él y no me dice nada —Le insiste Laura, atendiendo a la agente policial, que se levanta enfurecida de su asiento. Laura por un momento, piensa que aquella mujer la va a meter presa por insistente. No obstante, simplemente ve que cierra la puerta detrás de ella, no sin antes, mirar con disimulo hacia ambos lados—. Disculpe la insistencia, pero está muy rara, Karen. ¿Qué pasa? ¿Dónde está el oficial Anthony? Quisiera hablar con él.

—Él ya no está, hay otro a cargo.

—¿Lo sacaron? —pregunta consternada, atendiendo a la posterior respuesta afirmativa de la agente, que más parece un lamento de su parte—. Pero habían excelentes referencias de él, era muy bueno en lo que hacía.

—Escúcheme con atención. No sé bien dónde está Anthony, pero se metió en un grave lío por investigar a Eduardo Müller. Es más le digo... nos metimos, a mí me dejaron libre no sé cómo. Pero me advirtieron que no hablara de esto, y no lo voy a hacer —Le afirma Karen, con un leve temblequeo en sus manos, el cual, delata el pavor que le causa hablar de ello—. No podemos hacer nada, la policía está atada hasta las manos, ¿entiende? No insista, cuide a su hija y ya está.

—Pero... ¿cómo me va a pedir eso, Karen? —demanda Laura indignada, no puede siquiera creer lo que le acaba de pedir aquella mujer—. ¿Cómo que no voy a insistir para que atrapen a quien nos ha estado acosando a mí y a mi hija? Es obvio que es el asesino que quiso inculpar a Nina, el que entró a mi casa, y va a seguir haciendo más cosas quién sabe a cuántas personas más. ¡¿Cómo no voy a insistir?! ¿Y cuál fue el problema en que se metió Anthony?

—¡Basta, señora! Por favor, me está metiendo en problemas. No le puedo contar. Le pido que por favor se retire y me deje hacer mi trabajo. No puedo hacer nada, perdón.

—Su trabajo es atrapar a ese tipo que anda suelto todavía. Y mientras nosotras estamos discutiendo, él estará asesinando a quién sabe cuántas personas por minuto. Dese cuenta y reaccione, que tenga buenos días —Le dice Laura antes de salir de un portazo de aquella oficina. Esos buenos deseos, en el fondo, sonaron a todo lo contrario. Sintiendo absoluto desprecio por esa impertinente policía.

Pasando el mediodía es que, llega al residencial psiquiátrico que alberga a Nina. Nunca llegar hasta ese lugar le ha resultado tan gratificante. Al fin Nina va a poder atravesar la fortaleza que la separa del exterior. Finalmente, parece que la vida les empieza a sonreir, sobre todo a Laura, quien también se siente felíz porque no solo Nina está volviendo, también su marido las espera en casa. Ambos parecen estar recuperados, y han sido dados de alta. Por lo que resulta la mejor noticia que le han dado en años. Ahora ella se encargará de cuidar de ellos, y de preservar a la familia de nuevo reunida, la cual yacerá junta a pesar de las adversidades que le tocó vivir.

El Monstruo Interior © WATTYS 2020 (Universo Monstruoso # 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora