Capítulo 29 - Cara a cara con el demonio

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Es momento de volver a casa, y enfrentar al mal que la envuelve: el cuadro, el demonio de ojos brillantes, y a su propia madre. Quien diría que ella se aliaría a tal ser abominable para destruirla por completo. Mas ahora posee las herramientas adecuadas para enfrentarlos uno por uno. En su hogar, hay un total de ocho espejos repartidos por la vivienda, aun así, el espejo elegido es el de su propia habitación; aquella que ha presenciado todos sus intentos de ayuda y escapatoria del infierno.

La noche se avecina con ansiedad, como si quisiera presenciar el espectáculo dantesco al que Nina se verá sometida estando frente a sus propios temores. Sin embargo, ella podrá parecer muy valiente, pero en su interior, un miedo recorre sus venas erizándole la piel, su corazón bombea con mayor agitación mientras la penumbra tiñe al lugar de peligro. Es un momento difícil, puede resultar o no, por lo que fue una gran idea la de Carol de acompañarla durante el proceso. Eso sí, Nina debe enfrentar al demonio sola, aunque, si todo sale mal, ya sabe a quién puede acudir. Laura, en efecto no está de acuerdo con todo esto, ni siquiera tolera la presencia de Carol, debido a que está convencida que ella tiene un plan macabro contra su hija, y a pesar de saber que ha regresado —sana y salva, dentro de lo posible—, la preocupación aún la invade. Le parece un absurdo haber acudido a una vidente y hacer todo este teatro en la oscuridad, mas no le queda opción, debe acompañar a Nina hasta el final.

—Le dije a Nina que debería confiar más en vos... honestamente, yo no creo que quieras hacerle algún mal —Le asegura Carol a Laura, intentando romper el silencio incómodo que reina en la sala, donde deben permanecer bajo el umbral de una minúscula vela, aguardando ante cualquier eventualidad que ocurra con Nina.

—Justo... yo, honestamente... creo que vos no querés su bien —responde Laura con un temblequeo en las manos debido a la ansiedad—, saquémonos las caretas, ¿sí? ¿Cómo es posible que quieras ayudarla tanto después de que intentó matarte? ¡Es que no tiene ningún sentido! —brama entre iracundos susurros.

—¡¿Yo?! Me estás ofendiendo, vos me conocés, sabés cómo soy, ¿cómo podés pensar así? —Ante la impetuosa señal de Laura para que baje su voz, Carol continúa—, esos mensajes que Nina jura haber recibido de mi parte acusándote a vos, yo no sé de dónde los sacó ni quién carajos los envió. Yo no quiero hacerle mal a Nina porque sé que está mal, sé que no me atacó de forma intencional, sino... que se estaba defendiendo. Ya pasé por algo similar a esto, y por más que a vos no te guste, la vidente me ayudó muchísimo, y sé que lo va a hacer con Nina también —argumenta molesta—. Y antes de acusarme de algo, mejor deberías revelarle a tu hija el dichoso secreto, que hasta en las cartas salió que vos le escondés.

—Ya veo que sos una gran amiga, ¿no Carol? —Su sarcasmo eufórico esconde una incontenible tentación de darle una cachetada bien merecida a esa atrevida chica con el ímpetu de enfrentarla—. Si sabés que está mal, ¿por qué alimentás sus fantasías con estas estupideces de los espejos; de los demonios; el infierno; el cuadro maldito y qué sé yo qué mierda más le han metido en la cabeza? ¿No ves que esto empeora la situación, que la desestabiliza aún más?

—Cuestión de perspectivas... yo creo que tu indiferencia la desestabiliza mucho más emocionalmente.

—¡Basta, Carol! —Laura se levanta furiosa tras el alarido que perturba cada rincón de la casa—. No voy a permitir que me hables de esa manera.

—A ver, ¿cómo explicás que el cuadro haya regresado de forma mágica? —Carol insiste como dedo que hurga en la herida hasta hacerla retorcer de dolor—, ¿te parece que ella lo hizo? O en todo caso, habrás sido vos.

—No, no, no, no... —Una risa cínica en Laura se burla de lo que Carol acaba de decir—, la del cuadro fuiste vos. Se lo dejaste en su cama ese día que viniste.

El Monstruo Interior © WATTYS 2020 (Universo Monstruoso # 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora