Un silencio abrumador se expande en aquella escena, donde Nina y Bárbara permanecen inmóviles contemplando a su amiga en aquel deplorable estado, una sensación de culpa y de lástima les oprime el pecho.
El mutismo reinante del lugar se ve interrumpido por un irritante chirrido que se siente desde afuera. Nina alza la mirada y logra ver desde su lugar hacia el otro lado del pasillo, cómo las puertas de la sala de enfrente se sacuden lentamente en vaivén. En medio de ellas, se puede ver a un anciano calvo, con una túnica verde y un poco gastada. Su rostro luce demacrado y su sonrisa pícara es acompañada por una perversa mirada que apunta hacia ella, y que en conjunto, no parecen demostrar buenas intenciones.A medida que las puertas se van sacudiendo, Nina se queda expectante de lo que aquel anciano extraño hará. Bárbara, quien está en el otro costado de la camilla y un poco más próxima al corredor, se percata de la sensación de extrañeza que se dibuja en el rostro de Nina.
—¿Pasa algo? —pregunta sin obtener ninguna respuesta. Girando su cabeza hacia la dirección a la que apuntan los ojos de Nina, se percata también de aquel anciano, quien le resulta molesto—. Tiene cara de violador, no me gusta. —Lo observa con rechazo—. ¿Por qué nos mira así?
Una gota tibia cae sobre el rostro de Nina y perturba su pasajero estado de hipnosis. Se limpia con sus dedos y la observa, de inmediato siente una opresión en el pecho ante lo que ve, le ha caído una gota roja como la sangre, con un olor metálico y herrumbrado, definitivamente sabe lo que es. Y también que al mirar hacia arriba, se encontrará con algo terrible, pero aun así, temblando y taciturna, inclina su mirada hacia el techo y lo que está escrito ahí, la deja pálida del susto.
"¡ELLA LO CONTARÁ TODO!"
La sangre con la que está escrita esa frase adorna un escenario que cada vez se vuelve más espeluznante, y por si no fuera poco, Nina comienza a sentir el sonido de una furiosa respiración que proviene desde la camilla. Apunta sus ojos hacia la cama, y allí percibe una mirada demoníaca y trepidante en Carol, quien la mira fija y rabiosa, como si le fuera a saltar encima y arrancarle el corazón en recompensa por lo que le había hecho.
—¡Ay, ya me cansé de este viejo! —protesta Bárbara mientras se dirige a cerrar la puerta—. ¡Váyase a espiar a otro lado!
Nina da unos pasos hacia atrás chocándose contra la ventana, Carol la sigue con un mirar demencial y sin parpadear ni por un segundo.
La primera se echa a correr, empuja a Bárbara a un costado evitando que cierre la puerta del todo, y huye por el pasillo en dirección al ascensor.—¡Nina, ¿qué te pasa?! —Bárbara intenta seguirla, pero no la alcanza—. ¡Nina, pará!
El nerviosismo ya se apoderó de su cuerpo, lo único que quiere es encontrar la salida en medio de un laberinto con luces blancas y olor a tragedia.
Las personas presentes no pueden evitar mirarla, parece que estuviera huyendo del mismo demonio, y que su vida vio a la muerte a los ojos.—¡Hey, tené cuidado! —Le grita un funcionario molesto al impactar con ella y caer al suelo—. ¡Este lugar no es para correr, eh! Voy a llamar a seguridad.
Nina consigue llegar al elevador, lo llama repetidas veces, y cuando al fin llega al tercer piso, entra corriendo y presiona el botón que la lleve lo más abajo posible.
Cuando las puertas se están cerrando, consigue divisar a dos enormes uniformados que se aproximan a ella, pero gracias a su suerte, logra escapar. Un suspiro letárgico descarga toda la tensión que había vivido hace unos momentos. Trata de relajarse cuando de pronto las luces se apagan y queda atrapada en esa estrecha cabina.
Aunque intenta calmarse y extender sus temblorosos brazos en un falso convencimiento propio de que así podrá controlar la situación y lo que la rodea, sabe que algo no está nada bien.
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El Monstruo Interior © WATTYS 2020 (Universo Monstruoso # 1)
TerrorGANADORA DEL WATTY A MEJOR HISTORIA DE TERROR 2020 La cordura de Nina será puesta a prueba y tendrá que demostrar que es víctima de una aterradora maldición. *********** Nina recibe un hermoso cuadro de sí misma por parte de un anónimo, pero hay alg...