Capítulo 45 - Macabra impunidad

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La noche va apoderándose de los cielos, y adueñándose de cada rincón que tenga la osadía de esconderse de su presencia. Las sombras que hace unas horas atrás, desfilaban por las calles de la ciudad disfrazadas de inocentes corderitos, ahora se escabullen por la oscuridad. Dejando salir su lado más maquiavélico, pero ocultando aun así, su verdadero rostro detrás de las vallas y muros nocturnos. Tras uno de esos murales, se termina de orquestar un plan mórbido que piensan llevar a cabo Katherine, Bárbara e Isabella. Una estrategia que podría salir bien, como podría acabar en una tragedia mayúscula. Por fin, la hora perfecta llega, y en un momento de descuido absoluto, Bárbara le da un golpe rotundo a Isabella. El cual le deja el ojo envuelto en llamas de dolor, causadas por tal impacto.

—¡¿Qué te pasa?! ¡¿Estás loca?! —grita Isabella, amenazando con devolverle el golpe si Katherine no se interpusiera entre ellas—. ¿No se supone que me ibas a avisar cuando me golpearas?

—Yo nunca dije eso. Tiene que ser lo más creíble posible, Isa, perdón —responde Bárbara alzando los brazos, y demostrando una vez más su cinismo y poca importancia por los demás—. Ahora, cuando el ojo te quede más moreteado, vas a ir a la comisaría y la vas a denunciar. Nosotras ya vamos a estar ejecutando nuestro plan para cuando lo hagas. Katherine, apenas yo entre, llamás a la policía, ¿entendiste? —Les explica, repasando por enésima vez el plan, mientras toma el puñal que les mostró hace unas horas—. Tomá Isa, ahora tenés que hacerme un tajo acá, en el brazo. Hacelo rápido —Isabella se hace del cuchillo, titubeando y sin saber bien qué hacer, se tapa los ojos y desgarra el brazo de Bárbara con aquel filo, sin medir bien cómo lo hace. Simplemente un corte rápido, del que tiene poca noción hasta que escucha el alarido de Bárbara, y al abrir los ojos, observa brotar la sangre como un mar que se forma en lo más alto y desemboca en el abismo—. ¡No tenías que ser tan brusca, Isabella! Pero así creo que está bien, dame el cuchillo.

Ambas parecen asentir ante los mandatos de Bárbara, una lucha por tomar conciencia del grave problema en el que se están metiendo, y la otra, parece más pendiente de la evolución que presenta su ojo, el cual se vuelve más rojizo con el pasar de los minutos.

Ya entrada la medianoche, Katherine junto a Bárbara, emprenden su camino a la casa de Nina. El silencio entre ambas es bestial, Katherine en su mente se cuestiona sobre las gravísimas consecuencias que podría traer semejante osadía. No obstante, le causa pavor imaginar la reacción de sus padres si se enteran que su hija es una fracasada. "Tal vez sea mejor que sigan pensando que soy la mejor de mi generación, y después de esto, esforzarme por serlo", reflexiona Katherine, tratando de convencerse a toda costa, de que esto es lo que más la beneficia. Luego pensará alguna forma de librarse de Bárbara. Al llegar a casa de Nina, las luces se encuentran apagadas. Seguro se acostaron más temprano, teniendo en cuenta los ánimos en aquel lugar. Empero, hay algo que las sorprende a ambas: la puerta principal se encuentra arrimada.

—¿Estás viendo lo mismo que yo, Katy? ¡Está abierta, la puerta está abierta! —susurra Bárbara, no entendiendo quién podría dejar la puerta sin llave a esas horas de la noche—. ¡Esto nos viene bárbaro! Voy a entrar sin hacer ruido... ya sabés, una vez que entre al sótano, llamás a la policía.

Una vez indicadas las instrucciones, se da paso por el hogar de su enemiga, entrando en cuclillas para no ocasionar ningún ruido que llegara a alertar su presencia en la casa. En aquel sitio no parece volar ni una mosca, salvo algunas cortinas que se mueven al compás de la brisa que las guía en su andar. No obstante, detrás del silencio, la paz, y la oscuridad combinadas, siempre aguarda el mayor de los peligros. Aquello inesperado que eriza la piel de quien se encuentre en el lugar. Eso es lo que sucede con Bárbara al escuchar el sonido de una puerta al final del corredor, lo que la obliga a esconderse detrás de un sillón.

El Monstruo Interior © WATTYS 2020 (Universo Monstruoso # 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora