Kiss...

Capítulo 13

CAPITULO 13

La acompañé al edifico en el que había estado minutos antes, por alguna razón Karen me inspiró confianza y le conté todo lo que había sucedido, entonces me propuso permitirme entrar al edificio y llevarme a la habitación de ___  que estaba al lado de la de ella y completamente separada de la de Taylor. Me enviaría con la misión (pretexto) de pasar a ver a ¿Petra? Y llevarle unos juguetes de parte de Karen.

Podría parecer ridículo que a ésa hora fuera precisamente yo a llevarle unos juguetes a su mascota. No era un buen pretexto pero era eso o esperar hasta el próximo lunes ya que ese fin de semana sería abierto y la mayoría visita a sus familiares, en fin. Era esa noche o… la próxima semana.

Toqué la puerta de la habitación de ___, lo primero que escuche fueron unos olfateos detrás de la puerta, en seguida encendieron la luz.

-          - ¿Quién puede ser a esta hora, Pancha? –ése era el nombre que siempre olvidaba, Pancha – mmm supongo que alguien conocido, no estas haciendo escandalo… ya voy – abrió la puerta como si nada, luego la cerró rápidamente y solo asomó la cara – Sykes ¿Qué rayos estás haciendo tu aquí?

-          - Hace cinco minutos eras toda adorable conmigo y ahora me dices “rayos”. No se a donde llegaremos ____.

-        - ¿Qué? No, es que ya es tarde, no esperaba verte a ti.

-           - ¿Esperabas a alguien más? Porque si quieres me puedo ir y...

-           - No, no, no, mejor dicho, no estaba esperando a nadie, me sorprende que estés aquí.

-          - Tengo algo que entregarte ¿me vas a dejar pasar?

-          - Pero Karen puede verte y no le va a agradar que un chico este en mi habitación, veras, yo me quedo sola en el cuarto, de otra manera no podría tener a Pancha conmigo.

-          - En realidad no creo que le moleste, ella me envió.

-          - ¿Ah, sí? Bueno, entonces pasa. Pero no enciendas la luz aun.

-          - Quieres tener una velada conmigo ¿cierto? Esta bien, no lo haré, pero tu tendrás que guiarme, no veo nada.

-          - Ay  por favor, Sykes, no es para nada lo que dijiste, es que tengo puesta mi pijama.

-         - ¿Y es de florecitas con maripositas y vaquitas y cosas de ese tipo?- pregunté con un tono divertido.

-          - Emmm… si, es de esas, muy aburrida, no la querrás ver, deja que me ponga algo mejor ¿si?

- Como había dicho antes, nunca he sido y sigo sin ser de aquellos que acatan muy bien las reglas… Si, yo si encendí la luz.

-          ¡NATHAN!

Fue lo que salió de su boca al instante que la luz iluminó su cuerpo y su para nada ridícula pijama, es mas, si era ridícula, ridículamente opuesta a lo que había creído, no soy muy bueno en lo de ropa y esas cosas de mujeres, pero esto si lo conocía, un baby doll color lila que me permitió visualizar si perfecta silueta y dejó visible su abdomen tan solo cubierto de una delicada tela transparente que caía hasta la cadera, las demás partes de la tela eran solidas. Agradecí que fuera así pues de otro modo no me hubiera contenido.

Después de un gran esfuerzo para no decir ninguna tontería y unos segundos después apagué la luz nuevamente, claro esta que ella ya había corrido a su cama a arroparse con la manta que cubría su cama.

-         -   ____ lo siento, solo te quería hacer una broma, en verdad creí que usabas esa pijama de flores y vacas… Pero ya vi que no.

-         -  ¡Sykes!

-          - Ya, ya, tranquila, no pasa nada, mejor espero afuera a que te cambies.

-          - Si, mejor.

Unos minutos después ella salió con una pantalonera, blusa, sudadera y pantuflas. Yo estaba sentado en el suelo del pasillo, medio recostado en la pares justo al lado de su puerta.

-          - lista.

-           - ¿Ya puedo ver o sigo tapándome los ojos para que la señorita no se moleste?

-          - Yo te dije que no encendieras la luz, tu no me…

-          - Tranquila, es juego. Tienes que aprender que no todo en la vida es en serio.

-         -  Lo que es en serio es que es realmente tarde y tu sigues aquí ¿seguro que Karen te envió? Su cuarto esta a dos puertas del mio, que raro que no haya venido ella.

-          - Sí, que extraño, supongo que es un misterio mas de la vida que nunca se resolverá.

-       -   Si, supongo- dijo sonriendo- ya hablando en serio ¿Qué sucede? – la miré con una sonrisa también… sus labios. Sonrió aun mas cuando vio mi sonrisa de bobo - tenias algo que darme ¿no?

-           -¿Quién?

-          - Tu.

-           - ¿De qué hablas?

-          - Sykes, basta. – ahora había entendido que era un juego pues sostenía la sonrisa.

-          - Está bien, ya, traigo unos juguetes para… ¿Pe…tra?

-          - Pancha, dije su nombre hace como cinco segundos, no puedo creer que ya lo hayas olvidado.

-          - Sí, bueno, soy pésimo con los nombres, perdona.

-          - Haha ya me di cuenta, no te apures, no hay problema. Creo que le caíste bien, no ladró ni nada, por eso pensé que era alguien que ya conocía.

-          - Bien, eso es un punto a mi favor.

-          - ¿Y para que acumulas puntos?

-          - Para nada, solo es un decir ¿te gustaría salir un rato a tomar aire?

-          - Emmm –cerró su sudadera mientras mirada alrededor- ya es tarde, de seguro estas cansado.

-        -  No para nada, no tengo nada para es… ¡Auch! – tocó el costado de mi ceja, no recordaba que hacía unas horas atrás había tenido dos peleas, y en la primera realmente me habían golpeado duro.

-       -   ¿Seguro que no estás cansado?  En verdad esos golpes sonaron horribles desde donde yo estaba.

Para ser honesto el dolor de los golpes en la cara había pasado rápido, solo dolía si tocaba o ejercía cierta presión, pero los de las costillas me dolían cada vez que me ponía de pie o respiraba solo que resulta que sé manejar bien el dolor. También debo de confesar que ése mismo dolor había pasado a ser una simple incomodidad pues me concentré en ___.

-          - Si, en serio, estoy bien y no tengo sueño… Vamos, ____ no hay nadie, nadie te va a acusar o a regañar. No te preocupes, yo no diré nada – la miré con los ojos entrecerrados - ¿no que ya eras toda una chica rebelde? –Mi comentario le causó cierta gracia y la convenció.

-        -  Está bien, Sykes. Tú ganas de nuevo, vamos.