Capítulo 1

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Llegue a mi edificio y encontré mi cuarto fácilmente, lo primero que vi fue un muy relajado chico en la litera superior, de cabello rizado, rebotando una pelota en la pared, aclare mi garganta para hacerme notar y el rubio perdió el control del rebote pero atrapo la pelota casi cayendo de la litera, luego de un brinco bajo y se acerco a mí.

-Hey, tu eres el otro transferido… Cool. – dijo estirando la mano para saludarme-.

-¿el otro?-respondí- Mmm por lo menos no soy el único que había estado en otra universidad antes, soy Nathan Sykes ¿y tú?

-James Noah Carlos McGuiness… o Jay haha.

-creo que Jay haha ¿de donde vienes?

-de Londres, y por tu acento supongo que tu también…

-si, de hecho yo…

-¡¡hey hey hey!! –otra voz irrumpió- ¿Comparto mi cuarto con ustedes, no?

- ¿TU cuarto? –Acentué en “TU” para dar a notar que no estaba de acuerdo- ¿Y este quién es? – pregunte dirigiéndome a Jay.

- ¿Así me recibes? Y eso que seremos compañeros de cuarto por lo menos todo el próximo año – hablo como decepcionado- … que lastima. Hey afro woow ¿Qué onda con tus tatuajes? Están a ma… perdón están muy cool. 

-eeh si ¿verdad? –Jay murmuró- Me los hice cuando…

- woo oow espera ¿Qué? tu vas a ser nuestro compañero, entonces mínimo dinos quien eres antes de llegar con tanta confiancita.

-Soy Tom, pero ustedes me pueden decir Tom haha.

-hahaha –Jay rio con muchas ganas de su comentario, el cual a mi me había parecido desagradable- Jay, un gusto y el amiguito que te tira mal plan es Sykes.

-Nathan.

-Sykes –completó el rubio.

-si bueno, Nathan Sykes, y no te tiro mal plan pero de una vez te digo que el cuarto es de los tres, no solo tuyo – Dije con cierta autoridad que asumí, me correspondía. Venia de una ciudad chica pero que estaba llena de tipos como este que se creían los dueños de todo lo que pisaban, los conocía, y los conocía muy bien y como en casa, no deje que ellos tomaran parte de mis cosas… aquí tampoco lo iba a permitir.

-mira Sykes…

-Nathan – corregí.

-Nathan Sykes, mira, relájate ¿sí? Vinimos a pasarla bien, estudiar mucho para llegar a ser alguien en la vida y esas cosas, pero mientras somos “alguien” – Hizo comillas con los dedos a la vez que dejaba sus maletas en el piso de la habitación- vamos a pasarla bien y ver qué bien están las chicas de este campus porque el pasado estaba lleno de…

- otro transferido ¿somos los únicos transferidos aquí? – Jay participó una vez más en la conversación.

-no se Jay pero Tom, instálate como quieras pero la cama individual no se te ocurra tocarla ¿entiendes? – Dije mientras le daba un pequeño empujón para se quitara de la puerta y me dejara pasar a la salida. 

Escuche como Jay y el celebraban estar en la misma litera en lo que yo iba saliendo de la recamara, no sé que era pero ese tipo no me agradaba en lo más mínimo.

Camine sin rumbo solo para conocer el campus, veía a los de soccer, a las porristas… Las porristas, no pude evitar el lanzarles unas miradas coquetas a lo que ellas respondieron con sonrisas nerviosas mientras se aconsejaban y me miraban, sobretodo una muy bella a la que vi con más detalle, era en definitivo la más guapa (con todas las letras de la palabra) de todas las porristas, pero estaba lejos de ser la capitana pues solo seguía lo que las demás hacían… Le siguieron los de americano con quienes sentí la pesada mirada de otro sujeto que supe que me iba a desagradar (algo así como con Tom) solo que la sensación en este caso era mutua, no le baje la mirada y el tampoco a mí, los dos la sostuvimos de una forma retadora, lo vi caminar hasta la chica que había estado observando antes, él la beso intensamente, más de lo que seguro la besaba diario, en ese momento me quedo claro que ella era de él por así decirlo, ese era el mensaje que ese rapado me había querido dar y no batalle para captarlo.

Continué recorriendo el campus y de pronto se cruzo frente a mí una cara extremadamente familiar, todo pareció como en cámara lente cuando vi a esa chica caminar despreocupada como si conociera todo a la perfección, yo me quede quieto tratando de analizar cada facción de su rostro pero nada, no la recordaba de ningún lado, solo sabía que la conocía.

Iba de regreso a mi edificio cuando escuche mi nombre a lo lejos, era Karen que venía hacia mí, espere a que alcanzara mi paso para caminar juntos. 

-hey Nath ¿ya te inscribiste a algo?

-algo ¿Cómo qué? – no sabia de qué hablaba.

- ya sabes, americano, natación, a menos que seas de los profundos intelectuales que prefieren ciencias, poesía, política.

- ¿no hay como música o algo por el estilo?

-pues esta la banda de la universidad pero no creo que encajes en ella, un hombre tan atractivo como tú no va con el tipo de gente que usualmente entra a la banda. Igual si te interesa te puedo ayudar, Daniel es el encargado del edificio de hombres pero jamás hace su trabajo, el siempre se la pasa viendo a las estudiantes y no sabes lo desesperante que es ver cómo mientras yo hago mi trabajo el divaga platicando con cualquier muchacha que se cruza en el camino, en serio, ve una falda y corre detrás de ella, bien la podría usar un hombre y no se daría cuenta hasta verle la cara, Daniel es un desobligado, un bueno para nada, un amargado, un engreído y…

-te gusta. –mire su expresión de asombro ante mis palabras.

-bueno, no es como que me guste… Pero, pero… Pero ¡por favor! Jamás podría, ¿Cómo crees? El y yo jaaaaaaa ¿Si quiera lo has visto? Dime Nath.

Trate de resistir pero se me salió una pequeña risa lo que hizo que Karen se confundiera un poco, luego ella regreso a su edificio mientras se repetía “el y yo, Daniel y Karen… No, no, que raro. JAMAS”. Yo me quede pensando en las dos caras que vi, por un lado estaba la porrista divertida, relajada y buena onda y por otro la chica confiada, común, que me resulto familiar.

Llegue a mi cuarto, platicaba con Jay y de vez en cuando miraba a Tom incluirse a la conversación, pero en todo ese día, y aun en la noche no pude sacarme de la cabeza a esas dos mujeres.

Kiss...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora