Capítulo 15

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Al instante se separo de mí con el que sonó un mal pretexto para zafarse de mis brazos.

-          Tenemos que nadar para que se nos quite el frio –dijo mientras sumergía la cabeza y pasaba las manos frotándose los brazos.

-          Yo no tengo frio.

-          Pero estamos en una piscina bastante grande, tenemos que nadar un poco.

-          ¿Y si solo jugamos con el agua?

-          Como niños pequeños, anda, nademos.

-          Está bien, con ese tono creo que convences a cualquier, pero luego hacemos guerritas de agua.

-          Perfecto… el primero en tocar el otro extremo y de regreso gana ¿te parece? Y el ganador le debe un favor al otro.

-          Perfecto… -imitando su acento.

Nadamos como  5 vueltas sin parar pues sentía que realmente me quería ganar, sin embargo, en esta ocasión pelearía para no dejarla ganar, tenia que hacer que ___ me debiera un favor, me lo cobraría con alguna cita o algo por el estilo, pero después de la cuarta vuelta, debo admitir que estaba agotado, los golpes aun dolían y nadaba sumamente despacio.

Cuando ___ notó mi retraso en el agua, supongo que recordó los golpes que me habían propinado horas antes y regresó para asegurarse de que estuviera bien, como solo necesitaba un descaso, cuando llegó a donde yo estaba y después de sentir sus cálidas manos rodearme, hice una pequeña ola con mis manos y la salpiqué.

Primero dio un paso atrás yse quedó quieta completamente, temí que se hubiera molestado, pero rápidamente su gesto cambió a una gran sonrisa e hizo una ola mayor que la mía para empaparme completamente y dejar un mechón de mi cabello cubriendo mi frente totalmente. Así comenzamos a jugar y nuestras risas pasaron de ser leves a enteras carcajadas al ver los rostros del otro cuando nos sorprendíamos con otra ola frente a nosotros. Reíamos a mas no poder cuando escuchamos una puerta abrir, vimos que el sol ya había salido y con él, los hombres de seguridad.

-          ¡Hey! ¡¿Qué hacen ahí?! Es contra las reglas, salgan ahora.

-          ¡Demonios! Esta prohibido estar aquí fuera del horario permitido, corre Nath.

Una vez mas la sensación de deja vu me seguía, ése “corre Nath” ya lo había escuchado, pero no pude concentrarme porque ___ ya estaba afuera de la piscina recogiendo nuestra ropa y gritándome que saliera del agua pues el vigilante se acercaba.

-           ¡Demonios___! En verdad eres una chica mala ahora – dije en cuanto salí del agua con un brinco y a toda velocidad terminé de tomar nuestra ropa para correr y cerrar la puerta desde afuera antes de que el vigilante nos atrapara y corrimos acelerándonos hasta que por fin explotamos en una risa sonora, fuera del alcance de cualquier guardia – sabias que estaba prohibido y aun así quisiste estar ahí – mis palabras salieron un poco entrecortadas a causa de la huida - Chica rebelde, eres mala influencia para mi, hoy ya rompiste dos reglas al salir del campus a la madrugada y al entrar a la piscina fuera del horario.

-          No es necesario que me lo repitas, sé que estuvo mal –se lamentó un poco.

-          ¿Ah sí? Dime una cosa ¿te divertiste?

-          Si, como no lo hacía en mucho tiempo.

-          Entonces ya está.

-          ¿A qué te refieres Sykes?

-          A que si te divertiste entonces valió la pena, es como una inversión; No puedes obtener una ganancia sin haber hecho primero una inversión,  te arriesgaste, y por lo que acabas de decir, lo aprovechaste ¡Te divertiste! ¡Reíste! Entonces que no te importe lo demás, pasamos un buen rato y es lo que cuenta – para ese momento los dos nos estábamos vistiendo empapando toda la ropa –esto se tiene que repetir ¿Qué dices?

-          Supongo que tienes razón.- una sonrisa se formaba en su rostro- Me divertí en verdad pero creo que será difícil que algo como lo que ha pasado desde la fiesta se repita.

-          Bueno, podemos omitir los golpes – guiñé hacia ella.

-          Eso sería estupendo –hablaba entre risas al traer a su mente todo (supongo) – todo estuvo increíble, y pensar que… nada.

-           ¿Pensar qué, nena?

-          No, nada importante.

-          A ver ¿qué no quedó claro que es importante lo que opines, pienses, tengas que decir? –de la misma manera que ella, hablé entre risas - ¿qué? ¿Por qué estamos riendo?

-          No lo sé, solo sé que ya olvide lo que te iba a decir –no lo dijo muy convencida, pero pienso que si no dijo nada es porque no quería que yo supiera, así que no insistiría, si lo tenia que saber llegaría el momento para que me lo dijera.

-          Está bien, luego lo recuerdas ¿Quién diría que las mañanas aquí son frescas? Y tu mojada, por favor, toma mi chaqueta.

-          Tengo mi sudadera, no te preocupes, además, tú también sigues empapado.

-          Entonces…. ¿eres de las chicas a las que les molesta que sean caballerosos porque les quita independencia y esas cosas? De las que creen que al abrirles la puerta pretendemos que son incapaces… Discúlpame, pero ese es un pensamiento tonto, las mujeres son tan o más capaces que nosotros, y el que hagamos cosas por ellas solo significa que las respetamos, además creo que la caballerosidad no debería desaparecer jamás.

-          No, -contestó rápidamente- pienso igual que tu.

-          ¿Entonces por qué no tomas mi chaqueta? ¿Acaso es porque se trata de mí?

-          Emmm Sykes, claro que no, es solo que… Lo que iba a decir unos momentos… Es raro para mí que alguien se comporte de esta manera conmigo.

-          Los hombres de aquí están locos. Yo apenas te vi y me caíste bien, me dije “mira Sykes – mi tono fue en broma ya que ambos sabíamos que justo en esa universidad me habían comenzado a llamar por mi apellido -  esa chica que busca a su mascota fue la misma que te empujó en el edificio de chicas, háblale, se ve que es agradable”.

-          Oh por Dios ¿eras tú el pervertido que estaba viendo a las escandalosas?

-          Qué bien, yo te dijo chica agradable y tú me dices pervertido.

-          Pues eso parecías haha ¿qué quieres que diga?

-          Tengo que limpiar mi imagen contigo porque en primer lugar no las estaba viendo a ellas… específicamente, solo estaba sorprendido de… de… esta bien, solo fue un pequeño vistazo, pero lo mas importante es que además de eso, la primera vez que hablamos te besé – arrastré las palabras y aun no había terminado de hablar cuando un rubor natural cubrió su rostro.

-          Entonces yo también tendría que hacerlo, limpiar mi imagen contigo, quiero decir, porque ese día te golpee… Oye, al parecer los golpes de persiguen.

-          Sí, bueno, ya me acostumbre, de chico era lo que hacía.

-          Bien, pervertido, tengo que ir a mi edificio. Es el fin de semana de visitas y creo que nuestro padre esta en la ciudad, nos ha pedido que vayamos a verlo a las oficinas que tiene aquí… Ojala no insista en lo de la imagen, por suerte siempre hay modelos cerca tratando de conseguir ese puesto así que cuando me rehúso, ya hay mil de chicas buscando ser mi remplazo, a ellas se les da mejor. Creo que él lo hace por ser nuestro padre.

-          Yo creo que lo hace porque ve el potencial que tienes y que tú no quieres ver.

No tengo la menor idea de cómo lo haya tomando, pero me miró con ojos abiertos como si hubiera dicho algo increíble (literalmente hablando) me refiero a que no sé si lo creyó, si dije una verdad que ella se había negado o si dije algo que ella jamás había escuchado. No lo se, lo que si se es que mi comentario despertó algo en ella.

Kiss...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora