Capítulo 31

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- Está bien, voy para allá.- cortando la llamada.

- ¿Qué pasa, hay algo mal?

Por más que quisiera salir corriendo para ver lo que los chicos tenían para mí sobre el asunto del stalker, no quería dejar a ___. Por otro lado ya era tarde y esto tenía sabor a una inminente despedida. Sostuve su rostro entre mis manos y besé su cabello, justo arriba de la frente, en la corona de su cabeza para tranquilizarla, ella puso su mano izquierda sobre la mía y abrío los ojos, aquellos ojos negros que solo mostraban el marrón escondido en el iris cuando un brillo tan cálido como su piel y el sol los iluminaba, esos perfectos ojos que se habían cerrado en el momento en que mis manos tocaron su piel. No dijo nada, dejó sus labios en silencio y me limité contestar tiernamente.

- Nada está mal, nena, es solo un asunto que los chicos y yo tenemos, Tom se siente espía y jura que tiene cosas que decirme de algo que le pregunté, todo bien.

- Y con esa duda que te acongoja, ¿es algo serio?

Puede que su interés sea por educación y cortesía o que realmente se preocupe por lo que me pasa, sea como sea sé que ella no va a presionarme para que lo diga, supongo que no quiere parecer entrometida, aunque si me lo hubiera preguntado podría haber sabido qué era lo que tenía que responder. Esperé unos segundos y decidí que ____ no merecía mis preocupaciones, eran mías y nadie más tenía por qué cargarlas. A duras penas las había compartido con Tom y Jay.

- No es nada serio ___, relájate. Me la pasé muy bien hoy, un gusto pasar tiempo contigo, como siempre.

-¿También con Max y Taylor? – le brota una sonrisa inocente en el rostro.

- Bueno, podemos omitir ese pequeño detalle – ahora recuerdaba todo, las palabras pronunciadas, los enfados, la llegada de mi amigo Siva. La cercanía de los labios de ___. Su aliento sobre el mío-… No, mejor no, fue divertido.

Revindiqué el veredicto del día y bajé mi mirada para sostener la suya, una sonrisa que alcanzaba mis ojos apareció contagiosamente en mi cara; su boca ya sin lápiz labial y con un rosa natural reflejaba mi sonrisa. Una vez más las risitas tontas que me impacté de tener, hicieron acto de presencia en ambos.

-Tus chicos te esperan… Nath. – Determinó al final.

- Sí… Nos vemos mañana – reprimí mi ser para no mostrar lo bobo que me sientía en ese momento. 

- ¿Misma hora, mismo lugar y mismo trabajo?

El trabajo, cierto, casi lo olvidaba.

-¡Por supuesto! Mañana nos vemos- besé su mejilla y esperé hasta que ____ se perdiera en las escaleras y ssaber que ya estaba a salvo.

Una vez en mi edificio, vi que Siva permanecía en el lobby. Me acerqué y él se puso de pie para decir que me había estado esperando. Juntos tomamos sus maletas y subimos en busca de la habitación B205. Como mi cuarto es el A201 pasamos frente a él forzosamente. Le dije que hicieramos una escala en mi cuarto para presentarle a mis ahora amigos.

-Esta es mi habitación, bro, pasa. Puedes dejar tus maletas en el pasillo mientras tanto. Nadie las va a tocar, vamos.

Entonces pasamos y vimos a Jay casi sobre los hombros de Tom quien estaba atento en su inseparable Macbook, pensé que estaban haciendo algo relevante acerca de nuestro caso y en dos segundos avanzamos hacia ellos solo para darnos cuenta de que los dos estaban con auriculares y viendo videos de bebes riendo… Ppppfff, ¡vaya amigos-espías-serios que tengo! Di un ligero puñetazo a la espalda de Jay, solo con la fuerza suficiente para que se diera cuenta de que había llegado.

-Sykes, tienes que ver a estos babys! ¡¡Aawww son tan tiernos!! – dijo el afro con los auriculares aún puestos, por lo que gritaba, típico de cuando estas aturdido por la música o sonidos con volumen demasiado alto.

- No tienes por qué gritar, man. – su acción me causa gracia y a Siva también.

- Oh, si – se quitó los audífonos- hey, Sykes ¿Quién es el nuevo? ¿no me digas que es otro roomie transferido?, Hola soy Jay McGuiness, por desgracia vas a tener que compartir la cama con este hombre porque es la más grande.

- Hey, soy Siva Kaneswaran, otro transferido, igual que Sykes, pero no voy en esta habitación, igualmente muchas gracias – claro, nuestras familias habían crecido juntas del mismo modo que nosotros dos, por este motivo, compartíamos bastantes cosas como el tipo de educación sobremarcada y arraigada hasta los huesos- mi habitación es la B205, cuando gustes y para lo que se les ofrezca, búsquenme ahí.

Luego Jay alertó a Tom de nuestra presencia para en seguida hiciera la misma rutina de presentación, recamaras diferentes y todo eso, me sorprendió lo parecido que Tom y Jay actuaban a veces.

- Con que B205. – murmuró Jay.

- ¿hay algo especial en esa habitación? – preguntó Tom cruzando los brazos, parándose y hablando con su postura de investigador privado cuestionando a un sospechoso. El pobre de Jay se puso nervioso ante el tono de voz de Tom y comienzó a mirarnos a Siva y a mi. – Mira ricitos, te hice una pregunta, esto te puede recordar algo importante que ayude a la investigación.

-¿Investigación?- se preguntó Siva.

- No es nada, Tom. Tranquilo, bro, no tiene importancia, no tienes por qué presionar a Jay.- Dije.

- Eee… puede ayudar, sé que sé algo de ese cuarto, hay algo, yo lo sé… Ya viene, ya viene, lo tengo aquí. – Jay cerró los ojos y aceleró su voz.

-Vamos, Jay, puja, puja, sácalo de donde quiera que este ¡puja!

- Me estoy esforzando, Tom viene, viene… No vino, nada. Pero si hay algo yo te digo.

Siva y yo dejamos salir de nuestro pecho una risa a carcajadas, Tom no parecía tan divertido, creo que se tomaba el trabajo de investigador demasiado en serio, más de lo que me imaginaba, sin duda alguna, mi decisión de dejarle el cargo a él había sido acertada, en realidad yo no hubiera prestado tanto de mi tiempo y esfuerzo en investigarlo, ni siquiera tratándose de mí.

En todo este show nos habíamos olvidado de la razón de la llamada así que lo metí a colación en la conversación para ver a Tom retomar su papel como los agentes que suelo ver en la serie CSI.

- Debo decirte, Sykes, que lo que encontré es de vital importancia, relevante al grado en que si no lo hubiera descubierto, no tendría modo de saber la identidad de la persona… detrás del asunto.

Eso parecía importante, grande, posiblemente Tom era mejor de lo que me imaginaba y ya tenía el nombre de mi stalker que solo me ha enviado unos pocos caracteres pero que en ellos ha demostrado que estaba pendiente de mí, para bien o para mal. No hay duda de que tengo que saber de quién se trata.

- Adelante, ¿ya sabes quién es?

Kiss...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora