Capítulo 12

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No, Taylor ¿Cómo crees? – dije mientras suspiraba resignado a que la poca distancia que había logrado entre nosotros no regresaría…

Por lo menos no esa noche.

Y tenía razón pues tuvieron que pasar solo unos minutos para que Taylor convenciera a ___ de entrar a su edificio y dejarme ahí, solo.

No era la soledad a plena madrugada lo que me incomodaba, si no el haber estado tan cerca de sus labios  y a la vez tan lejos. De igual manera, no es que ella me interesara, solo que… Nuevamente la había tenido ahí, frente a mí y ella no me besó, no se acercó más, no hizo nada ¿por qué no lo había hecho? ¿Le resulté tan poco atractivo? Y si así fuera ¿Por qué permitió que yo me acercara tanto a ella?

Estos son los juegos mentales a los que me refería, estoy seguro que ella no los hacía consiente (o eso creo) pero parecía que sí, era una manera en la que me mantenía enganchado a ella, no era su rostro, un rostro tierno, alegre, pero también habitaba una pizca de sensualidad que ella trataba de esconder, o su cuerpo que había comprobado que era bastante… Espera Nathan ¿desde cuándo me gustan las chicas con su estilo? (me dije al darme cuenta de lo que estaba notando de ella).

Siempre, desde que comencé a salir con chicas, había tenido un estilo muy definido del tipo de mujer con quien compartía mis ratos libres, aun así fuera solo para pasar el rato, ellas siempre tenían algo en común, ése factor que las unificaba y las encasillaba de alguna manera. Cosa que yo no podía ver en ___, había algo diferente en ella, era por eso mismo que yo no me permitía pensamientos pretenciosos hacia ella, pues sabía que no era el tipo de mujer con quien solía entablar relaciones a pesar de que estas no fueran duraderas. Y ni siquiera se me ocurrió relacionarla con aquellas chicas con las que solo me divertía ¿eran agradables? Sí ¿eran hermosas? Bastante ¿eran únicas y autenticas? Algunas veces…

Todas habían tenido un sello que las definía, las recordaba a todas, habían tenido ese “algo” que capturaba mi atención, ese factor común que tanto me llamaba, ése factor que en ____ no lograba encontrar, pero lo que ella tenía me capturaba de una forma diferente porque no sabía qué era lo que me interesaba de ella… Tal vez mi mente jugaba conmigo otra vez.

 Estaba consciente de que la constante interrogante que ella me causaba era la culpable de mi interés por ella, esa pregunta tan fácil y sencilla que no me atrevía  a mencionar, era particularmente fácil, una simple pregunta casual, pero había un motivo que hacía que me olvidara de eso cuando estaba cerca de ___.

Solo lo recordaba después de haber convivido con ella, o de que alguien más la trajera a colación, esa cuestión… ¿Por qué siento que la conozco?

Llegué a mi habitación, Jay y Tom aun no estaban ahí, era prácticamente temprano para regresar de una fiesta, así que no me preocupé por ellos, no habían salido del campus así que no había razón para hacerlo. Espere lo que fueron unos 45 minutos pensando en todo el nudo que ___ me provocaba cuando un sonido de algo topando con la pared hizo que saliera de mis pensamientos.

Al instante me puse en pie y salí de la recamara para ver qué era lo estaba pasando, para mi tranquilidad solo eran Tom y Jay que veían un poco mareados a causa de nuestro “premio” por  aquel innecesario acto en la fiesta. Tom parecía un poco más consiente que Jay, entonces me dirigí a él

-          La pasaron bien supongo… -me acerqué para ayudarlo a sostener a Jay quien perdía el equilibrio de sus pasos.

-          Así es Sykes ¡la mejor fiesta de todas! ¡WOOOOOOOOO! – grito alzando las manos, haciendo que Jay perdiera el soporte de su lado, por suerte yo ya lo sostenía del otro.

Kiss...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora