Con un vestido floreado y un suéter ligero color piel y su característico collar de perlas, mi madre giró y caminó hacia mí dibujando una sonrisa en su rostro. Daniel nos dejó solos pero realmente no me importaba si estaba presente o no, yo la cargué haciendo una pequeña voltereta con mi madre sosteniéndola por la cintura. Una de las personas más importantes en mi vida estaba junto a mi después de tres meses conformándonos con simples llamadas telefónicas que iban en menor frecuencia de mi parte, pero ella y Jess jamás me dejaron olvidar que tenía unos ángeles esperando en casa. Me llamaban cuando yo no lo hacía, incluso mi madre había hecho una perfil en el famoso Facebook para poder platicar conmigo cuando no estaba a ganas de telefonear.
Sin duda su presencia me alegraba, pero una punzada en mi estómago –más mental que física- creó una pausa en mí, ¿qué es lo que estaba haciendo ahí sin previo aviso? ¿Mi padre y mi hermana sabían que estaba allí? Era bien conocido por todos que mi madre era la representación de la independencia pura (don heredado a mi) por lo tanto, existía la perfecta posibilidad de que en Gloucenter nadie supiera que ella había volado a verme.
-¡que gusto me da verte!
-¡querido! Dios, ya extrañaba esta carita y estos ojos de gatito – dijo mientras posaba sus delicadas manos sobre mis mejillas como si yo aún tuviera 5 años.
La bajé y después de los clásicos saludos que uno espera después de tres meses, me ofrecí a mostrarle la ciudad. Encantada accedió, pero antes quería asegurarse de que su hijo mayor, el primero en dejar “el nido” estuviera en las condiciones adecuadas o a lo menos, las necesarias. A pesar de vivir con cierto estilo de vida que nos permitía ciertos –o varios- lujos, todos en casa teníamos la plena conciencia de que somos perfectos humanos mortales, justo como todos los demás. El dinero nunca nos hizo sentir diferentes, debo agradecer que mis padres siempre nos educaron de esta manera. Odié, odio y odiaré a las personas que se sienten superiores solo porque unos cuantos ceros de más adornan sus cuentas bancarias. Realmente eso no dice nada de una persona, solo que o lo había conseguido desde nada (que era de admirarse) o que no conocía el verdadero valor de las cosas ya que se limitaban a estirar la mano para pedir cuando quisieran.
Estaba mucho más familiarizado con la segunda opción. Costumbre adquirida gracias a mis preciados ex compañeros de colegio que normalmente lo hacían.
Al llegar a mi habitación, luego de hablar sobre el viaje de mamá y enterarme de que solamente Jess, mi hermana menor, sabia que había ido a verme y enviar un texto a Siva diciéndole de la visitante extraordinaria que teníamos, abrí la puerta dejando ver un ordenado espacio en el que Tom, Jay y yo vviviamos,
Mi cama parecía la única cosa por encontrar en un juego de “encuentra el error”, la única cosa fuera de lugar. Inmediatamente Karen, mi madre, señaló esa desordenada cama como la mía. Asentí. Casi 20 años viviendo conmigo la hacían perfectamente capaz de adivinar ésa y muchas cosas más sobre mí.
Seev había contestado que después de ésa clase iría a encontrarse con nuestra visita ya que para él era como su segunda madre, igual que para mí lo era la suya.
La razón por la cual nuestra habitación estaba en perfecta armonía era ésa bola de rulos con pies llamada Jay, que aunque era distraído en muchas cosas, la limpieza y el orden era algo que lo caracterizaba – excepto en su imagen.
En vista de que ya me había perdido varias clases y que no tenía cabeza para las demás, decidí tomar a mi madre y llevarla a beber té y bocadillos como lo hacíamos los sábados en casa. El lugar a donde la llevé era bonito y había estado ahí una vez que Tom moría por un frappé.
- ¿y bien?- pregunté.
-¿Bien?
- Sabes a lo que me refiero. No estás aquí solo para asegurarte de que viva bien y con las necesidades básicas cubiertas. Te conozco, ¿Qué pasa?
-¿Ya no puede una madre común visitar a su hijo en la universidad?
- Tú lo has dicho… Una madre común, ambos sabemos que tu no lo eres.
- Perfecto, 19 años viviendo juntos, hijo. Imposible no conocernos ¿cierto?
- En efecto, ¿cómo están todos en casa? He hablado con Jess bastante seguido, pero jamás menciona a papá, ¿Cómo sigue?
- Aaah – dejó escapar un suspiro cargado de presión- de eso quería hablarte y no lo podía hacer vía telefónica, necesito verte a los ojos cuando te lo diga y ver si estás dispuesto. Sé que la última vez que viste a tu padre fue cuando habías hecho lo del campamento en tu antigua universidad y su enfermedad hizo que sobre estimara las cosas. La neurosis muchas veces lo obliga a hacer exageraciones en cosas diferentes. Ésta vez, fue mandarte lejos de casa. Aquí. Pero te juro que después de haberte enviado, tu padre se sintió terriblemente desolado sin ti en casa, escucha… Tu eres su orgullo, tiene grandes expectativas puestas en ti, junto con todas sus apuestas apuntando a tu favor. Sin embargo, él no ha sido capaz de levantar el teléfono y hablar contigo, cree que le tienes cierto rencor por haber hecho lo que hizo.
- Yo estoy perfecto, y papá no tiene que sentirme mal por haberme enviado aquí, de hecho si él no lo hacía, yo mismo me hubiera transferido de universidad. Y Con respecto a lo que dijiste… ¿dispuesto a qué?
La mirada de mi madre no alcanzó la sonrisa que las comisuras de sus labios mostraron. Algo la preocupada. Algo la estaba molestado y no sabía cómo arreglarlo, ella creía en apoyarse en familia pero pocas habían sido las veces en las que ella nos había pedido ayuda a Jess o a mí. La duda de lo que tenía en mente me inquietaba de una forma exorbitante. Mi mirada se transformó a una inquisitiva.
- ¿qué es lo que está mal, mamá? Necesito que seas honesta y me lo digas, tu sabes que haré todo lo que este en mis manos para ayudarlos, porque, lo sabes… ¿verdad?
- Lo sé, querido, lo sé. –tomó mis manos acusándolas entre las suyas, haciendo nuestras tazas de té a un lado- Nath, no sé cómo decirte esto, es… Algo complicado. El doctor Flynn ha estado viendo a tu padre, su neurosis está tomando un curso diferente al que esperábamos, - una ola de preocupación recorrió todo mi ser, se trataba de mi padre, mi ejemplo a seguir e ideal del hombre en el que me tenía que convertir, ése icono fuerte y estable, estaba siendo controlado por la neurosis que se había metido en su piel casi imperceptiblemente, restándole fuerza y voluntad propia- Tu padre ha estado mostrando síntomas de manía y de desorden de somatización… Palabras rimbombantes para decir que se está haciendo compulsivo, ligeramente agresivo y obsesivo del trabajo y todo esto le causa molestias físicas, ésa es la parte de somatización.
- Si el doctor Flynn está a cargo de esto supongo que ya tienen una solución, él es de los mejores especialistas, tu misma lo has dicho.
- Ciertamente, pero…
- ¿Pero…? – la invité a continuar al notar que no encontraba las palabras, luego levanté mis cejas para darle a entender que estaba esperando su respuesta.
- La… manía, ha causado un par de deslices en su vida… Nathan, hemos perdido mucho dinero, capital que teníamos invertido en la empresa familiar, estamos a punto de ir a la banca rota, Le he estado dando vueltas al asunto. Sin dinero no podemos pagarle al Dr: Flynn, y se lo hemos dicho, aun así muy amablemente se ha ofrecido a seguir con un generoso descuento, por el cariño a la familia, pero no podemos costear las medicinas de tu padre… Insisto, le he dado vueltas al asunto junto con tu padre, él me ha dicho de una posible solución, y me reveló que veía venir todo esto y por eso te ha enviado aquí, él lo tenía planeado.
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Kiss...
FanfictionHistoria vista desde la perspectiva de Nathan. “Estaba con la chica que muchos deseaban, pero yo sabía dónde quería estar. Hundiéndome en el cuello de la mujer que amaba.” En los juegos del amor nadie conoce las reglas, solo una cosa es cierta, cuan...