Capítulo 22

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 Yo no tengo ni idea.

-       Es tan obvio… ¡tu apellido es algo común por estos lugares!

Suspiré al saber que se trataba de algo sin importancia, no es que me pusiera nervioso que me conociera por mi antigua reputación, estaba muy consciente de que lo que hacía podía afectar “mi fama” pero no me importaba, siempre había sido bastante honesto respecto a mi forma de ser, cómo era en casa, era en la escuela y con mis amigos…

A pesar de lo poco que me gustaba el ambiente en el que había crecido siempre traté de mantener los valores y educación recibida de mis padres. Nuestra familia era muy diferente a todas las demás.

-       Si, bastante común, ahora mismo conozco a otros tres Sykes en la universidad.

-       ¿Hablas en serio? Creo que soy un antisocial, yo solo te conozco a ti.

-       Jay, recuerda, el de la clase de ciencia y eso – si alguien hubiera prestado aunque fuera un poco de atención a mi tono, habría notado que lo hacía para rogarle al rizado que me siguiera en esto, de nuevo sin su ayuda no llegaría lejos.

-       Oh, sí claro, se a lo que te refieres, Felipe, el apellido Sykes es bastante común, de hecho esos tres no son los únicos en el colegio, yo tengo unos vecinos con ese apellido, común y corriente, no quieras ver más, tu sabes que esa clase de apellidos te los puedes encontrar si levantas una piedra, ¡por todas partes!, en cualquier lugar un Sykes aquí, otro allá, ya no se puede con ellos…

-       Amigo, creo que ya entendió.

-       Es que en verdad, salgo de mi casa, un Sykes, voy a la cafetería, otro Sykes…-Enfatizaba cada movimiento con sus manos como si no fuera suficiente solo decirlo y ya.

-       Hehe Jay.

-       Sí, creo que ya fue suficiente hehe –luego de su leve sonrisa hacia Felipe, me susurró – perdón Sykes, creo que me deje llevar.- realicé un movimiento que indicaba que todo estaba bien para que los nervios no se apoderaran de él otra vez.

-       Si, si, esas cosas pasan, lo comprendo, justo hoy me llamó un Sr. Sykes interesado en convertirse accionista del grupo AL.

-       ¿Señor Sykes?

-        Me cayeron bien, muchachos, pero no abusen, tratos, compartir información, vender acciones y nuevos proyectos solo lo hago con personas que se han dado el tiempo de que los conozca de alguna manera, tengo una filosofía japonesa en eso de los negocios. Si no conozco a la persona ¿Cómo puedo hacer un trato con ella?

-       En efecto, definitivamente razonable, Felipe, tienes un buen argumento – esas palabras habían sido pronunciadas por un McGuiness con aires de Aristóteles que parecía que realmente comprendía lo que decía, sin embargo sigo con la duda de si en verdad lo hacía o no.

Cambiado el tema, gracias a una formidable esquivada verbal de parte de Felipe, nos felicitó por haber hecho su sueño realidad.

-       Como les decía, ______ tiene potencial pero no lo transmite, tiene el talento pero le falta practica y Taylor ya me ha ayudado bastante, sin embargo me rijo por la filosofía japonesa familiar y no puedo hacerlo solo con una de mis hijas, necesito a las dos para que esto funcione y después de tanto tiempo, con su ayuda hicieron que todo saliera mejor de lo que me pude haber imaginado. Se los dije en el set y se los digo ahora, si así me gustaron, imagínense terminadas. Ya tengo lo que quería para iniciar la campaña.

-       Pero Felipe, bueno, me siento totalmente alagado de que reconozcas nuestro trabajo y déjame decirte que la gran aplicación de tu hija fue la que hizo la magia, pero… apenas lograste que ____ cediera a la sesión fotográfica, honestamente, ¿Crees que este feliz si promueves los perfumes sin su consentimiento? Parecía bastante decepcionada cuando salió del set. Y disculpa si mi comentario fue muy lejos.

-       Por Dios, no puedo creer que un joven me esté enseñando a ser padre después de tantos años… -Creo que había metido la pata y metida hasta el fondo- Sin embargo, Sykes, creo que tienes razón. –fiiiuuuu, alivio-  No lo puedo hacer sin su consentimiento.

-       Así es, Felipe. –dije.

-       Necesita estar totalmente convencida.- Felipe estaba tal vez hablando para sí mismo.

-       Hasta el fondo de convencimiento. -Jay me apoyaba también.

-       Y alguien la tiene que convencer de su potencial ¿cierto? – Okay, Felipe se estaba motivando.

-       Por supuesto Felipe. – Estuve de acuerdo.

-       Alguien en quien confíe para que le pueda creer. –Lo estábamos convenciendo.

-       No se diga más, ¡ya lo tienes! – Jay parecía motivador profesional.

-       Ciertamente, me convencieron, ¡los contrato!

-        ¡¿Qué?! – Jay y yo estábamos hablando al mismo tiempo muy seguido últimamente.

-       Todo lo que me dijeron, ustedes tienen razón, ustedes ganan.

-        ¡¿Qué?!

-       Ustedes se llevaron bien con ella, es obvio que de mi no va a aceptar ninguna verdad, en su mente solo la quiero aquí por ser mi hija y no porque en verdad sea buena en esto, por lo tanto ¡ustedes! Tienen el trabajo de convencerla, hacer que apruebe las fotos para la campaña publicitaria de los perfumes junto con Taylor.

¿Qué podía perder? Ahora tenía otro pretexto para acercarme a ella aun más y nada cambiaría eso. Mi amigo me miró dudoso pero finalmente se inclinó a favor al escuchar el nada tacaño sueldo que el padre de _____ nos ofrecía por al menos tratar de convencerla.

El “ricitos de oro” (Jay apodado así por parte del staff) y yo salimos del gran edificio con una sonrisa incontenible en la cara para caminar unas cuadras antes de toparnos con Tom, quien muy puntual se presentó frente a nosotros para volver a la universidad.

Durante el trayecto no pude evitar traer a mi mente todas esas escenas de películas que mi hermana Jess veía, en ellas siempre el chico hacia una apuesta, la chica lo descubría y luego rompía con él o cosas de ese tipo, el punto es que cuando había otro interés de por medio, las mujeres siempre se sentían traicionadas. 

Tomando en cuenta esto, tuve la determinación de contarle a ____ lo que estaba pasando, hacer bromas al respecto para restarle parte de nuestro interés y que lo viera de una manera divertida o por lo menos que notara que el jugoso sueldo que su padre nos daba no era lo que llamaba nuestra atención y dárselo todo a Jay,  sino mostrarle que ella era perfectamente capaz e ideal para hacer lo que su padre pedía que hiciera. Ser la imagen de su propia empresa.

Estaba totalmente determinado a contarle la verdad a aquella mujer que se había convertido en mi amiga, iniciar con honestidad cualquier cosa que se pudiera dar entre ella y yo; Llegamos al campus y lo primero que hice en nuestra habitación fue arrojarme a la cama y encender mi laptop, a decir verdad tenia la intensión de hacer mi tarea, pero como dicen “la intensión es lo que cuenta”, y si, solo tuve la intensión ya que inicié sesión en la cuenta universitaria que había creado casi en los primero días, por cierto, faltaba poco para que la olvidara solo que gracias a Jay, la recordé en el camino.

Tenia varias invitaciones de otros usuarios, estudiantes, la mayoría eran mujeres. Revisé los mensajes de la bandeja y uno llamó mi atención:

USUARIO “ASDF1234”:

Hey, chico rebelde, ¿disfrutaste romper reglas el día de hoy? 

Te tengo en la mira.

Aquel mensaje era de hacia días, precisamente el día que _____ y yo amanecimos huyendo de un guardia del campus. Alguien nos había visto aquel día y ese “alguien” me vigilaba.

Kiss...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora