Capítulo 43

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Siva estaba tocando “accidentalmente” a ____ detrás del escritorio, Taylor a mi lado usó el truco más viejo de todos, en realidad estoy sorprendido de que haya elegido eso para acercarse a mí: Leer mi mano.

Luego de 10 minutos insistiendo en hacerlo, por fin le extendí la mano a Taylor pero sin dejar de mirar a ___, unas suaves manos trazaban las líneas de las mías tan despacio que era agradable, se inclinó sobre mi todavía un poco mas y luego susurro los significados de cada línea, sin embargo no lograba captar mi atención, solo la miraba esporádicamente y eso con el simple motivo de que no sintiera que la estaba ignorando del todo.

Mis ojos estaban en ella, en él, en ellos riendo, sonriendo cómplices de bromas a las que nadie más tenía acceso, decían nombres que no conocía, frases que les provocaban risas y eso me molestaba. “Habían salido varias veces entonces” supuse, ya que lo que alcanzaba a escuchar no era por charlar cinco minutos de un salón a otro, ellos se conocían, tal vez incluso mejor que yo. Tenía que comprometerme más con esto…

- Y esta tan marcada es la línea del sexo.- agregó Taylor.

- Creí que era la de la vida,-protesté-  ¿he sido engañado todo este tiempo?

- ¿De dónde crees que nace la vida?

- Ahora tiene sentido.- la verdad ni la estaba escuchando.

- Sí que lo tiene, es tu línea más marcada. Por algo será ¿no? – este es el tipo de chicas de las que estuve rodeado toda mi vida, simplemente no pude evitar pensar en ello y compararla con todas las demás encasillándola de la misma manera.

- Pues, nunca he tenido quejas –dije como si nada.

- No lo dudo. Tal vez me pueda ofrecer de voluntaria - Esta chica era directa.

Miré al frente. _____ me estaba viendo pero en cuanto notó que la veía apartó la mirada de mí y ya no sabía hacia qué punto ver, balbuceó un par de silabas sin sentido y luego regresó a su explicación con una disculpa. Me sentí todo un patán por estar como de la mano con Taylor sin embargó había dado resultado, ella me miró, me miró en realidad por primera vez desde que entró al aula y ahora solo tenía que aguantar treinta minutos más con este estúpido juego.

El resto de la clase pasó con el mismo tipo de ataque y contraataque, lanzando un golpe y regresando otro peor, un tortuoso juego de ajedrez donde cada movimiento ardía dentro de mi desatando celos que nunca había sentido, envidia de Siva porque era quien la tocaba, rabia porque lo hacía deliberadamente, en plena conciencia de lo que me causaba y con una felicidad frenética porque sabía, me daba cuenta de que ella sentía lo mismo que yo, los mismos celos, la misma envidia, la misma rabia, todo ardía en ella tanto como en mí. De pronto las miradas a Siva dejaron de existir, las miradas a Taylor aunque ya escasas, dejaron de ser, ahora éramos solo ____ y yo, mas acompañados de un par de sombras casi invisibles a nuestro lado y aún así no nos importaban, simplemente nos interesaba que nos provocáramos algo, fuera lo que fuera, nuestra meta –en vista de que no nos podíamos hacer sentir algo más- era ver quién ejercía más sobre el otro, como dije, un juego imposible que solo nos estaba lastimando pero juro que era mejor sentir ése dolor que no sentir nada en absoluto, era mejor que quisiera hacerme sentir celoso y enojado a que no quisiera hacerme sentir nada, ella quería hacerme sentir algo. Era lo que me importaba.

Al fin la asesoría terminó y este ridículo juego con ella, dejé todas mis cosas en la silla y me dirigí a ___, iba con la espada desenvainada, listo para hablar sobre nuestro juego y discutir lo que intentábamos probarnos el uno al otro, iba a dejarme de métodos, iba a dejar todo atrás… 

Pero el maldito destino siempre arruina lo que planeamos, casi nunca está de acuerdo con nosotros y por malo que parezca, tenemos que sucumbir ante su voluntad ignorando muchas veces, lo que nosotros queremos. Karen entró y arrastró a ____ fuera, de repente me encontré rodeado de las chicas de la clase, unas pidiendo una cita para terminar de explicarles y otras ofreciéndose a explicarme a mí. Siva colocándose a mi lado como siempre, distrajo a unas cuantas lo que me dio la oportunidad de salir del salón en busca de las dos chicas ausentes.

Kiss...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora