Obedezco a su orden y entró a la habitación. La única luz es la de la ventana abierta… y no es mucha que digamos. Aquí siempre está nublado y la luz es muy… extraña, no sabría como explicarlo.
Veo que Helen está sentado en la cama con la máscara puesta, siento que me observa y no me gusta eso. Toby me tomo del brazo y me hace sentarme en la cama al lado de Helen.
— Acepto ayudarte – Me explicaba Toby. –. Quiero que lo hagas lo más rápido posible – Le dijo a Helen.
— No me presiones – Reclamó el de máscara blanca. –. Me tardaré lo que sea necesario.
— Como sea, solo… solo ayúdala.
— Bien.
Hay un silencio de unos 5 segundos en donde ambos se quedan viendo fijamente hasta que Helen voltea su rostro a mi dirección y se quita la máscara. Me observa por otros segundos, de arriba hacía abajo, hasta que vuelve a mirarme directo a mis ojos. Me muestra una sonrisa de lado, muy sutil y me impresiona eso. No se la correspondo.
— Muestra tus manos.
Obedezco y estiro mis manos hacía él. Las toma y les da vuelta hasta ver la parte superior, donde están las heridas. Pasa uno de sus dedos por mis heridas, a penas rozando la sangre que todavía sale de ellas. El ardor que provoca su roce me hace fruncir el ceño. Supongo que lo nota, bueno… lo nota.
— ¿Dolor o ardor? – Me pregunta.
— Ardor.
— Bien – Se para de la cama y trae un botiquín de primeros auxilios. Saca algodón y alcohol. –. Esto te va a limpiar las heridas. ¿Dices que golpeo la pared? – Le pregunta a Toby y él, en respuesta, asiente. – Los cortes no deberían de ser profundos, probablemente tengas un montón de moretones por un largo tiempo.
— Espero que solo sea eso – Susurro para mí.
— Ardera, así que ten cuidado de cualquier reacción.
Me advierte de eso y de inmediato pasa el algodón por encima de mis heridas; el ardor no tarda nada en aparecer y me obliga a tomar mi pierna y apretarla lo más fuerte que puedo. Helen ni se inmuta por mi reacción y sigue en lo suyo. Termina con la primera mano, una vez limpia y vendada, pasa a la otra haciendo el mismo procedimiento.
El ardor es limitadamente soportable y se puede decir que mi tolerancia al dolor físico es casi nula. Para tratar de distraerme veo a Toby, él solo ve fijamente todo lo que hace Helen en mis manos, como si estuviera verificando que lo está haciendo bien… o quizás está en su mundo, no lo sé.
Helen terminó de “curar” mis manos y Toby me dijo que nos fuéramos de inmediato; según él, Helen no es de confianza para él y mucho menos para mí. No voy a decir que Helen me provoco confianza absoluta y que le creería a muerte, pero tampoco me intimidó tanto como yo esperaba.
Toby camina a mi lado serio, como usualmente lo hacía, pero no estaba solo serio… no sé que tiene y espero no haberlo hecho enojar de una forma u otra.
— ¿Por qué le tienes miedo? – Me pregunta en cuanto entramos a nuestra habitación.
— ¿Miedo? – Pregunté desconcertada. – ¿A quién o a qué?
— A Jack, Laughing Jack – Demanda firme y seguro de lo que dice. --. ¿Tú le tienes miedo a Laughing Jack?
— No… no para nada – Digo tratando de convencerlo a él y a mí. – ¿Por qué crees eso?
— No lo creo, lo sé. Siempre estás tratando de evitarlo, haces como si el no existiera o algo así.
— ¿Y? También hago como si Jeff no existiera y ni siquiera lo veo.
— Él no vive aquí. Además, los gritos que pegaste cuando estabas sola pensando en él, no eran gritos de emoción, ¿o sí? – Me reta acercándose a mí e intimidándome con su estatura y mirada. – ¿Ajá? Estoy esperando tu respuesta, Stevie.
— Mi-mira, Toby – Trató de hablar sin que me tiemble la voz. –, creí haberte dejado en claro que no le temo a nadie…
— ¡Ay, mierda, Stevie! Deja de fingir que el miedo para ti no existe. Le tienes miedo a casi todos aquí, ni siquiera puedes dormir en las noches porque crees que me voy a volver loco y te voy a matar… ¿sabes? Me se controlar ahora, por lo menos contigo lo hago… Stevie, no te voy hacer daño, créeme – Me dice casi de forma suplicante. –. Entiendo que me temas, hasta yo lo hacía, pero no entiendo que creas que te voy a matar.
— No creo eso – Afirme sin temor a que me gritara.
— ¿Entonces por qué estás temblando ahora?
— Porque me estás intimidando, ¿qué crees? ¿Qué no tengo sentimientos?
— Bien… ahora dime porque le temes tanto a Jack.
— ¡No le tengo miedo a Laughing Jack!
— ¡Perfecto! Entonces si no le tienes miedo, no te importará dormir con él está noche, ¿verdad?
— Si que me importa. En el único en el que confió es en ti, únicamente por eso es que duermo contigo – La puerta de la habitación se abrió y dejo ver a Hoddie parado en medio del pasillo. No sé que cara tenía, el pasamontañas se la cubría por completo.
— ¿Qué quieres, Hoddie? – Le pregunta Toby con notable molestia.
— Stevie – Ambos voltearon su rostro hacía mí. Toby me veía con el ceño fruncido. –, ¿irás conmigo?
— ¿A dónde? – Pregunta Toby de golpe.
— A donde…
— A dar una vuelta por el bosque – Me adelanto a Hoddie para que no le conteste mal a Toby. –. Toby, te dije que quería salir de aquí, despejarme un poco. Eso voy hacer – El chico con tics pasaba su vista de mi al chico con la capucha. No tengo ni idea de lo que está pensando.
— No – Dijo al fin. –. Irás conmigo – Cerró la puerta en la cara de Hoddie y comenzó a buscar su chaqueta. –. Tú necesitas salir con alguien que estés segura o por lo menos en que confíes, y hasta donde yo sé, soy el único en quién confías. ¿O no?
— Sí, eres el único en que confió – Acepté.
— Perfecto. Vamos a dar un paseo por el bosque.
Toby salió de la habitación y me espero en el pasillo hasta que me digne a salir del cuarto. Movió su cabeza hacía las escaleras, indicando que camine primero, yo obedezco.
Salimos de la casa gigante esa y de inmediato el aire frío me golpeó los ojos, sentí como mis mejillas se ruborizaban de golpe y no tengo idea de porque paso eso. Toby se puso al frente mío y con las manos en los bolsillos de su chaqueta me volteo a ver con el ceño fruncido.
— ¿Por qué estás sonrosada? – Pregunto.
— No lo sé, solo me sonroje.
— Ajá, como digas – Dijo pasando las manos por sus cara. –. Camina. El bosque es lo suficientemente grande como para pasar todo un día dentro de él.
— Bueno.
Caminé al lado de Toby con las manos cruzadas en mi pecho. Mi cabello blanco – realmente, es gris algo claro – se mueve por culpa del viento frío que hay en el bosque. Jamás había sentido tanto frío como lo siento ahora, casi no es normal ese frío.
Toby iba caminando tranquilo, viendo hacía el suelo y pisando pequeñas ramitas, parece que le gusta el ruido de ellas rompiéndose. Yo únicamente lo veía y notaba como su actitud se iba pareciendo más y más a la de un niño pequeño jugando y sintiéndose libre en el bosque, nunca lo había visto así, es tierno pero a la vez extraño.
Vaya día para que Toby se comporte así.
— Oye, Stevie.
— Dime – Le respondo reprimiendo una risa.
— ¿Te parece si vamos a saludar a Laughing Jack?
ESTÁS LEYENDO
Box. | Laughing Jack
Random❝Te juro que haré que tu repugnante vida sea la más horrorosa de tus pesadillas, lindura.❞