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— ¿De qué hablas? – le preguntó entre asustado y molesto. Stevie solo daba pasos pequeños hacía atrás, lucía asustada y pude notar que sus manos temblaban.

No tenía sentido nada de eso sí, no puede ser que ella no esté siendo controlada. ¡Yo mismo la vi cuando fingía agarrar las cosas como si estuviera en su habitación! Él me dijo que yo veía lo que ella veía, ambos veíamos la casa de ella... ¡ENTONCES NO TIENE UN PUTO SENTIDO ESTO! Que Stevie no contestará solo me estresaba más, su silencio me está otorgando la razón. Maldita zorra, arruinó mi plan... una vez más por mal agradecida. Estaba pensando en ella, queriendo evitar su muerte y así me lo vuelve a pagar. Es una desgraciada de mierda, no tiene otro destino que no sea morir.

Estrellé mi puño cerrado sobre el asqueroso desayunador que estaba ahí, haciendo que la fachada de la casa de Stevie se disolviera y dejara al descubierto la horrenda cabaña. – ¡PERRA DESGRACIADA MALAGRADECIDA! ¡¿NO PUDISTE VER QUE ESTABA TRATANDO DE SALVARTE TU ASQUEROSA VIDA?! ¡ESTUPIDA DE MIERDA, ERES UNA MIERDA MALAGRADECIDA! – En cuanto le grité, Steeven me pegó una patada en los huevos que me dejó tirado en el piso... la zorra tiene fuerza en las piernas aún. Escuché la voz de alguien más mientras estaba retorciéndome en el piso, era un hombre... ¿tiene un amante aquí? No me sorprendería de esa zorra.



STEVIE'S.


Es tu oportunidad. Corre.


Estaba aterrada... Napoleón me había descubierto... y no sabía que hacer. Jack me estaba diciendo que corriera pero sabía que él iba a seguirme, así que decidí esperar mi oportunidad para ganar un poco de tiempo. Mis manos y piernas temblaban, me había doblado el tobillo izquierdo por dar un mal paso hacia atrás mientras estaba tratando de que mis ganas de llorar no se apoderaran de mi ser. Cuando me grito, supe que era momento, así que le patee las asquerosas bolas y pensé en correr de inmediato. A penas iba a tomar impulso cuando choqué con Jason... ay, no.


— Él lo sabe todo, te ayudará. Corre.


Me quedé muda por unos segundos, con mis ojos llenos de lágrimas, sin moverme hasta que Jason me hizo reaccionar al empujarme para que siguiera corriendo para salir de ahí. No salí por la puerta principal, me fui corriendo por el balcón y me perdí en el bosque. No dejaba de correr, todo el miedo que tenía no me permitía ni voltear atrás en ningún momento. No puedo morir, ese maldito no puede hacerlo. No he llorado la muerte de mi familia, no he quemado el nombre del perro de Chris Jack en público por matar a mi hermana y mis sobrinos; mi madre debe de estar destrozada ahora mismo y no puedo dejarla sola. No dejé que Chris Jack me matara, no dejaré que el mal nacido de mi ex me mate antes de tiempo.

No dejaba de correr, corría y corría, pero no tenía rumbo. No tenía idea de donde estaba ubicada ni que me esperaba más adelante... solo corría por mi vida, literalmente. Estaba pidiendo en mi interior encontrar a alguien en el bosque, quién fuera, para pedirle ayuda y que me saque de aquí. Mi mente comenzó a dolerme nuevamente, el mismo dolor que experimente cuando había salido sola por primera vez, pero yo seguía corriendo aunque tuviera los ojos cerrados. Chocaba constantemente con árboles y me tropezaba con piedras, pero yo no me dejaba vencer. El dolor llegó a un punto que ya no seguía corriendo, si no que mis pasos eran largos pero muy pausados, porque ahora estaba concentrada a no desmayarme por el dolor de cabeza. No, no, no, no... no me iba a desmayar, ya no más.

No puedo darme por vencida... mi madre no puede quedar sola, no he llorado la muerte de Bella, Prudence y Nikolás; no he tenido hijos, no me he casado... no he ido a Francia a dejarle flores a mi papá. No puedo hacerlo... no puedo dejárselo fácil. El llanto solo me intensificaba el dolor de cabeza... pero es que estaba aterrada. Tenía tanto miedo... jamás me imagine que esto podría pasarme, nunca pasó por mi mente algo por el estilo... pensé que nunca más iba a sentir el miedo que sentí cuando encontré a mi papá: de qué alguien nos hiciera daño, de no saber quién lo hizo, de no sentirte en paz ni en tu propia casa, de no saber si algo así pasaría de nuevo... y todo eso paso, otra vez. Pero esta vez sí se sabrá quién mató a mi familia, todos sabrán que el desgraciado de Chris Jack fue el culpable, no me importa ir a la cárcel por aceptar matarlo en mi declaración... Napoleón no lo va a lograr, yo voy a ganar y nadie me lo va a impedir.

Traté de abrir mis ojos para retomar el ritmo y seguir corriendo, pero todo se veía tan borroso que parecía que estaba quedando ciega. Los tallé repetidas veces, hasta que los abrí y me quedé congelada... un camino de líneas celestes se apareció al frente mío. Eran líneas alargadas que estaban en el piso, una tras otra, formaban una especie de camino... ¿Jack me estaba ayudando?


VieVie, síguelo. Es la única forma de la que te librarás de esta pesadilla en la que te metí. – Jack habló en mi mente, reconfortándome y quitándome la duda de si seguir el camino o no.


Asentí para Jack y corrí siguiendo el camino celeste. El dolor de cabeza estaba desapareciendo mientras más camino recorría, una sensación de alivio iba tomando el lugar de todo ese miedo que tenía hace nada. Una música de carnaval resonaba... me equivoco, es una canción infantil... la reconocería en cualquier lado, es Pop Va le Belette. La melodía sonaba en mi cabeza y se sentía como un calmante. Me hacía sentir segura, en casa; sabía que Jack no iba a dejarme sola en ningún momento y si él me decía que este es el camino es porque así era.


Tout autour du banc du cordonnier, le singe a chassé la belette, le singe pensait que tout était amusant, Pop! va la belette. Un sou pour une bobine de fil, un sou pour une aiguille, c'est comme ça que l'argent va, Pop! va la belette – cantaba la letra mientras corría, quedándome en un par de ocasiones, pero sintiéndome más viva que nunca luego de meses. – Tout autour du banc du cordonnier, le singe a chassé... – Y seguí y seguí cantándola en bucle, mientras seguí el camino sin subir mi vista.


Seguí así por mucho tiempo, cantando y sintiéndome feliz, dejé de correr y comencé a avanzar dando pequeños saltos como una niña pequeña. Cantando y saltando, cantando y saltando, cantando y saltando. Todo se sentía mágico.

El camino llegó a su fin... pero yo seguía dentro del bosque, lo único diferente es que ahora estaba cerca de un lago que apenas podía ver desde donde estaba parada. Fruncí el ceño, pero me dio igual, yo esperaba por las siguientes indicaciones de Jack. Mientras tanto, yo no dejaba de cantar la canción que seguía rondando mi cabeza.


Tout autour du banc du cordonnier, le singe a chas- – Fui interrumpida por un fuerte golpe en mi cabeza que me hizo caer. Toda la atmosfera que había creado en todo el recorrido se había esfumado en un segundo.


Me retorcía en el suelo con mis manos sobre mi cabeza, sentí algo liquido en ella y de inmediato supe que era sangre... a duras penas voltee mi cara hacía atrás... ni siquiera pude gritar porque Napoleón me pateó la cara y me dejó inconsciente. 




ya casi...
an(die)

Box. | Laughing JackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora