20.

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— ¡TOBY!


Salí corriendo escaleras arriba en cuanto Stevie grito mi nombre, en su voz se notaba mucho el gran espanto que tenía. Yo estaba lleno de dudas y enojo por no saber que mierda estaba pasando en la cabaña. Llegué a las escaleras y vi que todas las puertas de los 6 cuartos estaban abiertas y cada loco estaba afuera del cuarto, claramente no fue algo pequeño o algo que produjo mi imaginación.

Llegué a la puerta y no pude abrirla… la empuje, la golpee con mi hombro rogando en mi interior que se abriera, pero no se abrió… mierda, estaba atascada o bloqueada… y yo no tenía mis hachas para botarla. Es que la mierda se esta acumulando tanto aquí.

Los gritos de Stevie se transformaron en sollozos llenos de miedo, se escuchaban más fuertes y el ruido de las cosas cayéndose también sobresalía, pero nadie se movía para ayudarme a abrir la puerta, algunos incluso volvieron a sus cuartos y otros salieron de la casa. Tampoco espero que ellos me ayuden… realmente no espero nada de ellos ni ellos de mí.

— Aléjate… te lo suplicó. – Stevie le suplicaba a alguien en la habitación. – Te lo pido por favor… no me hagas nada… ¡por favor!
— ¡Stevie! – grite su nombre para que supiera que iba por ella. – ¡Stevie, abre la puerta!


Pateaba, trataba de forzar la puerta pero nada la movía. Me rendí y me fui corriendo a la cocina en busca de un cuchillo grande, en cuanto lo tomé salí de la casa y busque la ventana de mi habitación para poder entrar por ahí.


— ¡Toby! – escuche que gritaban mi nombre pero lo ignoraba por completo.

Comencé a trepar por la pared de afuera lo más rápido que podía para llegar rápido donde Stevie. Los gritos de ella se intensificaban cada que me acercaba más a la ventana, podía escuchar como si estuvieran golpeando algo, no sabía que era. Llegué a la ventana, que estaba rota y entré a la habitación lo más callado que pude… lo que estaba viendo me parecía irreal.

Stevie estaba dentro del armario, escondiéndose, mientras un… un payaso gordo estaba tratando de abrir. Wow… me podría haber imaginado todo menos eso.

Me acerqué rápido a él y lo jale de su pelo colorido para poder alejarlo del armario. El horrible payaso gordo era fuerte, me toco jalarlo con los dos brazos y ayudarme con mis piernas hasta que logre hacerlo retroceder. Volteó a verme, llevaba una máscara de un payaso no amigable en su cara y en su mano tenía mi hacha vieja, podía sentir su mirada pesada y molesta sobre mí. Hijo de perra, tomo mi maldita hacha y con ella quería matar a Stevie.

Yo me quedaba quieto con mi rostro neutro y fijo en él, con un cuchillo en mi mano listo para meterlo en su cráneo. El payaso gordo fue el primero en atacar, quería agarrarme pero me quité rápido de ahí y ensarte el cuchillo en su espalda. Increíblemente no soltó ningún quejido, ni se asusto ni nada… era como si no lo hubiera sentido. ¿Este asqueroso mugriento de mierda tampoco siente?

Saque el cuchillo de su espalda y seguí apuñalándolo muchas veces en está, pero seguía sin reaccionar… ni siquiera sangraba. Antes de que reaccionará le arrebate mi hacha y lo golpee en la cara con esta… pero solo se cayó y se quedó tirado en el piso.
¿Estaba muerto ya? ¿O se estaba haciendo el muerto? Es que… no logró entender nada.

Para asegurarme que ese imbécil no iba a levantarse, le pegué tres hachazos en la cabeza, que quedó aplastada en el piso. Dejé el cuchillo y el hacha en la cama y caminé rápido al armario para ver a Stevie… ¿Jack?
Jack tenía a Stevie abrazada a él, y ella estaba con los ojos abiertos, en shock. Pero no entiendo que hace Jack aquí… estaba en la mente de Stevie. Que hijo de puta, se aprovecha de su debilidad mental para sacarle información… exactamente como yo lo hacía.

Box. | Laughing JackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora