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NAPOLEÓN'S

Esa noche dormí con Stevie, luego de recrear uno de mis momentos favoritos de estar con ella. Aunque no dormí mucho en realidad, el somnífero que le di como pastillas de dolor de cabeza la mantuvo dormida durante horas; no fue hasta que terminé por tercera vez que ella se movió un poco. Realmente son efectivos, ¿por qué no le daba de estos cuando éramos novios? Me levanté de la cama y caminé al baño para orinar; no había podido conciliar el sueño desde hace treinta minutos, a pesar de que estaba cansado por todo el sexo que tuve. Extraño, porque normalmente luego de coger duermo como un bebé. Salí del baño y me detuve en el marco donde se supone debería haber una puerta, mi vista se fue directo a Stevie. Estaba profundamente dormida, sin rastros de que iba a despertar pronto; de largo se le veían sus heridas aún... aunque debo admitir que la más asquerosa es la que tiene en el vientre. Cuando la estaba follando por primera vez no la note hasta que le quité la camisa, porque se la estaba cubriendo, me dio asco verla, así que lo único que hice fue voltearla y tener la vista gloriosa que me daba su espalda; a pesar de tener cicatrices igual, eran mucho más digeribles que esa cosa asquerosa que tenía en su vientre.

A pesar de que no es ni la mitad de bonita que era antes, me seguía gustando. El sexo seguía siendo bueno, su silueta nunca la perdió... y puede que hasta siga siendo tan amable a como lo era al inicio de nuestra relación. Sonreí al recordar a Stevie cuando tenía su hermoso cabello rubio; ese año fue el mejor año para ambos, tanto personal como profesional, yo no podía dejar de sentirme el hombre más afortunado del mundo cada que la veía en cualquier lado: revistas, anuncios, posters, pantallas publicitarias, en casa, en el trabajo, en la cama. Cuando la veía me sentía tan poderoso, porque tenía a una mujer tan hermosa conmigo y ambos nos veíamos tan bien en las fotos... pero el punto donde supe que no había retorno fue cuando descubrimos que congeniábamos más allá de nuestro trabajo, cuando supimos que nos llevábamos mucho mejor en privado que en público, sabíamos que íbamos a durar bastante.

Todo se fue a la mierda desde que se tiñó el pelo de ese blanco asqueroso. Absolutamente todo cambio: no iba a pasarelas por su pelo, pocas marcas estaban interesados en ella, ya no tenía la misma demanda de antes, a pesar de que éramos la pareja del momento no estábamos haciendo sesiones juntos porque mis marcas no la contrataban a ella; a nadie le gusto su cambio de look, sobre todo en la familia, pero ella estaba encaprichada con eso. Pasó del amarillo al blanco y solo jodió todo. Y yo, de imbécil, seguía siéndole fiel a pesar de todas las mujeres que querían estar conmigo, incluida mi propia manager. Mi equipo me aconsejó un millón de veces que la dejara, que sería lo mejor para imagen... pero me encapriche con ella que no quise hacerlo. La elegí sobre mi trabajo, sobre mi vida y sobre mis oportunidades... y luego ella me lo paga dejándome por unas estúpidas peleas.

Me hierve la sangre de recordarla así... fue una maldita malagradecida. No me había movido ni un poco de mi lugar; continuaba observándola y una idea se vino a mi mente: entiendo que Stevie no recuerda las cosas que pasaron, su mente quedó estancada en la primera pelea que tuvimos... puedo usar eso a mi favor. Si ella y yo volvemos juntos a la ciudad, la gente pensara que la encontré y obviamente las investigaciones hacía mí desaparecerían. Bueno... eso haré, pero tengo que idear la historia para hacerlo creíble y que ella también se lo crea.


LAUGHING JACK'S.

No despegaba mi vista del reloj, desesperado por que fueran las tres de la mañana para estar seguro de que Stevie dormía e intentar entrar en su mente. Faltaban quince minutos para las tres, no podía estar más nervioso de entrar en la mente de alguien con el miedo de matarlo sin querer.

Tenía en mis manos el dibujo que hizo Stevie de nosotros, para así tener algo más fuerte que me dejara entrar en su mente más rápido. Si la llevo a mi mundo, nadie más que yo puede intervenir sobre ella; solo yo mando ahí y ella saldría de ahí en el momento que yo quiera, sin restricciones, siempre y cuando se mantenga dormida. Me sentía desesperado porque el reloj marcara ya las tres, quería saber que estaba pasando con Stevie en este momento... estaba desesperado. Aún faltaban diez minutos... agh, maldito tiempo que iba tan lento. Escuché que la puerta de la casa fue abierta, de inmediato escondí el dibujo en mis bolsillos, me sumergí en la oscuridad para que no me vieran y me quedé a observar quién había entrado. Eran dos policías. Qué raro, ¿por qué vendrían a una casa prácticamente abandonada a las casi tres de la mañana?

Box. | Laughing JackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora