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LAUGHING JACK'S.

Cuando Toby salió de la choza sin haberle puesto ni un dedo encima a Stevie, ni siquiera por esa puta curiosidad que tanto mantuvo, una rabia increíble se apoderó de mí y quise ahorcarlo en cuanto no movió ni un músculo y obligarlo a hacerlo. Perro hijo de la gran puta, es un maldito, como mi pequeña ya no tiene nada que le interese le importa una mierda lo que le vaya a pasar. Agh, no sé ni porqué me enojé si es algo de esperar... ahora mi pobre niña será vista de esa manera tan... no puedo ni describirla.

Toby se fue, un minuto después los perros se escuchaban muy cerca y se veía más luz afuera. Temí un momento que Napoleón se despertara y saliera corriendo por los ladridos de los perros que se escuchaban mucho más cerca. Cada segundo sin ver a los policías se sentía eterno... en cualquier momento todo se iba a ir a la mierda. Vi que el desgraciado se estaba moviendo; ¡Mierda! En cualquier iba a despertarte y huir... ¡¿por qué mierda tardaban tanto los policías?! Napoleón ya había despertado por completo, se paró alterado y tomó su ropa del suelo. Ese perro no se va a ir.

Moví el pedazo de madera que servía como puerta y le impedí el paso. Sabía que no podía tocarle ni un pelo a Napoleón, pero si podía manipular su entorno y en eso él no iba a meterse. El perro estaba desesperado, tratando de mover la "puerta" queriendo huir. Su terror se sentía en el aire, la atmosfera se sentía tan pesada... lo amaba, quería que su desesperación siguiera creciendo a mi antojo y seguir torturándolo. Pero los policías ya habían llegado, estaban fuera de la choza tratando de entrar y tuve que dejarlos pasar.

Entraron cinco policías armados, los que tenían a los perros estaban afuera con los perros. Napoleón se echó a llorar de rodillas, agradeciéndoles a los policías por haberlo encontrado a él y a su novia... no se va a salvar este imbécil. Puede decir lo que quiera, pero esta jodido. Los policías aún no habían visto a mi pequeña, estaban aún atentos y escuchando las ridiculeces que chillaba el pobre desgraciado. El policía que estaba esposando al otro desgraciado lo estaba callando y repitiendo la típica frase de "todo lo que digas puede ser usado en tu contra" cada vez que este tipo lloraba. El ambiente había dejado de ser pesado para convertirse en uno con más adrenalina.

Napoleón salió de la choza llorando, con solo unos boxers y una camisa. El resto de sus cosas estaban tiradas alrededor de toda la choza. Los oficiales inspeccionaron el minúsculo lugar y de inmediato vieron a Stevie. Yo veía toda la escena, desde todos los puntos de vista existentes. Mantuvieron sus linternas apuntando a Stevie, guardando silencio por varios segundos; seguro imaginaban que estaba muerta, porque lo parecía. La pesadez del ambiente regreso... de una manera que no me gustaba. Con evidente temor, un policía se acercó a mi pequeña, inclinándose hasta su altura, puso un dedo entre el labio superior y la nariz de ella esperando algo; su rostro se notaba tenso en el pequeño recorrido que hizo hasta el momento de tomar su altura, segundos después lo vi relajarse y ordenó que llamaran a una ambulancia de inmediato. No la tocaron en ningún momento, se dedicaron a tomar fotos de todo el lugar y llamar a otras personas para, supongo, anunciar su hallazgo que los iba a llevar a la televisión.

Pusieron algunas lámparas para darle iluminación al lugar, rápidamente vi que rodearon con la cinta amarilla la choza, se llevaron a los perros y recogieron la ropa de Napoleón y Stevie que estaba en el piso. Estuvieron buscando cosas en la choza: encontraron un pica hielo, un cuchillo y una arma rara que eran básicamente dos palos terminados en punta unidos por una cadena; yo sabía que eran de Stevie, pero ellos de seguro pensaron que eran del desgraciado que se acaba de ir. Algunos policías veían a Stevie como con incredulidad, como si no pudieran creer que ella vivía o que la encontraron. Luego de una larga espera de treinta minutos, la ambulancia llegó al fin al lugar. Escuchar la sirena de la ambulancia hizo que ese raro dolor en mi pecho se hiciera presente otra vez. Trataron a mi niña con mucho cuidado y cariño, la sacaron de ahí con la misma delicadeza con la que lo hubiera hecho yo.

Box. | Laughing JackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora