6.

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TICCI TOBY.


Maldita sea mi mente por hacerme creer que está era una buena idea.
No entiendo como mierda me convencí de que encerrar a Stevie con Jack, teniendo muy claro que ella le tiene un miedo horrible a él, era una buena idea. Si no hubiera sido por mi culpa, probablemente ella no estaría inconsciente y convulsionando repentinamente; y yo no estaría corriendo desesperado por el bosque para llevarla a un hospital.

Espero que Hoodie tenga alguna idea de como ayudarme.

Escuchó el claxon de un auto cerca, lo que me obliga a voltear a ver a todos lados. El ruido viene de la carretera, de un auto estrellado en árbol… ya te vi, Hoodie.

En la ambulancia solo íbamos Stevie, dos paramédicos y yo. Me dijeron que íbamos a ir a un hospital que no está en el centro de la ciudad, que estaba cerca de los límites con el bosque y que podríamos irnos pronto (no sé como saben eso si a penas y vamos a llegar al hospital).

Hoodie se quedó en el bosque, me dijo que me esperaría si es que no lo envían a una misión y tiene que irse. Yo, en cambio, ya estoy en la sala de un hospital esperando porque Stevie se sienta mejor.

Claro que no le dije el nombre de ella, le dije que se llama Olivie. Me invité una historia creíble y poco sospechosa (junto con Hoodie, claro): yo soy diabético, vivimos en la misma casa y ella es enfermera, estaba practicando con unas naranjas las inyecciones de insulina (Stevie… bueno, Olivie) y accidentalmente se comió la naranja con la que practicaba. Listo, una historia.
Espero no pasar todo el día aquí, estar disfrazado todo el día no es cómodo.

— Timothy Black – me llama por mi nombre falso un enfermero. –. Su compañera de casa está estable. Las convulsiones las causaba el exceso de insulina junto con un episodio de estrés postraumático de un evento que vivió ella, obviamente. En tres horas podrá irse sana y salva.
— Muchas gracias.
— Señor Black – me llama cuando me iba y volteó a verlo. –, ¿cómo choco en su auto?
— Ya le dije, iba conduciendo desesperado por la situación de mi compañera y por eso choque. Ella no se lastimó, yo solo recibe pequeños golpes.
— Fue muy afortunado – me dice con mirada sospechosa. –. Que tenga buena tarde.

No le respondo y me voy a sentar mientras espero las tres horas para irme de una vez con Stevie. ¿Será que la barba no me tapa mi cicatriz? ¿Qué hice para que sospechara? Creo que le pareció muy extraño lo del choque… pero no me interesa.

Tres horas después puedo pasar a la habitación de Stevie. Ella está sentada en la cama con una bata y una enfermera quitándole una aguja de la mano. Registro rápidamente la habitación con la mirada y en la mesa al lado de la cama estaba una vela.
Toby, no quemes nada. Contrólate.

— Ella ya está bien – habla la enfermera –, solo tengan más cuidado de lo que comen – dice “chistosa"
— Claro, eso haremos… – Stevie estaba confundida, pero seguía la corriente. La enfermera salió y nos dejo solos. Ella no me reconocía aún, así que quite un pedazo de barba para que viera mi cicatriz y finalmente me reconociera. – Hay que irnos ya, es tarde.
— Claro. – Se levanta de la cama, se pone los zapatos y nos vamos del hospital.

No piden dinero porque es un hospital público, así que de inmediato nos salimos y caminamos a paso veloz hasta el bosque. Eran unos seis kilómetros de camino hasta la cabaña gigante esa dónde vivíamos y Stevie estaba muy cansada y atontada. Es obvio que esté así, se desmayo en la cabaña y se despertó en un hospital.
Luego de cuatro kilómetros (estando ya bosque adentro) Stevie se sienta en el suelo y me pide que descansemos.

— Toby, esperemos un rato – me pide entre suspiros –, estoy muy cansada.
— No me importa. Camina, estamos a nada de llegar.
— Toby, por fa…
— No. Camina o te quedas.

Sin decir nada más seguí mi camino, sin esperar a que se pusiera de pie o sin voltear a ver si venía atrás. Sí, se que la estoy tratando mal sin razón, pero no tengo tiempo para descansos y esas cosas. Descansare cuando llegué a la cabaña.

— Que irónico que tú me estés tratando mal. Yo debería de estar molesta por lo que me hiciste. – Escucho su voz molesta atrás de mí.
— Lo que yo hice fue para ayudarte. Que tu reacción fuera otra, no está en mis manos.
— Que ayuda tirarme directamente a la boca del lobo.
— No te tiré a la boca de ningún lobo – digo confundido.
— Ay, que idiota. Es una expresión.
— Oh… de todas formas no hice nada malo.
— Te perdonó, estúpido.

No respondo nada. Ella sigue caminando detrás de mí en silencio, igual que yo. El ambiente se siente algo pesado, pero no me importa.

Lo que hice con Laughing Jack fue para ayudarla a ella y porque él me lo pidió. ¿Por qué me lo pidió? No me interesa saberlo, por lo tanto no lo sé. No me esperaba esa reacción de Stevie. Creí que iba a saltar por la ventana, pero no, decidió convulsionar y desmayarse (se que ella no lo controla, pero igual).

Iba sumido en mis pensamientos (me imagino que Stevie también) cuando comienzo a escuchar pasos, estaban largos pero no lo suficientes para ignorarlos. Tomé el brazo de Stevie haciendo que se detenga, saco una de mis hachas y comienzo a buscar al provocante de esos pasos. Escuchó voces y una sirena…

— Corre.

Box. | Laughing JackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora