Unos treinta minutos han pasado desde que llegó la señora y aún no se iba. Había dicho que llamaría al resto del equipo para saber cuándo se podría hacer una entrevista, de preferencia que fuera en unos días. Yo no había dicho nada porque él me dijo que me quedará callado, que esto se resolvería solo. Las únicas palabras que podía decir serían las que él vea mejor para que diga. Me agrada esto porque así me ahorro la tarea de pensar y es mucho mejor solo repetir palabras.
— Él es alguien bastante sentimental en palabras y en actos. Cuida tu tono. Tienes que realmente parecerte a él para que esto funcione. Muestra nerviosismo cuando hables, solo no dejes que se te acerqué demasiado. Aún no hueles a él.
Escuché atentamente lo que me decía. Era realmente importante que ella se creyera que soy Napoleón. Agh, odio actuar, es asfixiante.
— Philip, – Te llamas Philip, recuerdalo. – llamé a la agencia y dicen que es mejor no sacar ninguna entrevista porque puede parecer un acto desesperado. La pasaremos para dentro de máximo tres días. – Mi mirada era de niño regañado, para pretender arrepentimiento por mis actos. La mujer guardó su celular en la pequeña cartera que manejaba y volteó su vista a mí, suspiró y habló: – Sé que esto es una situación difícil para ti Napoleón, pero sabes que tienes que consultarme cada acción que vayas a hacer en público, ese es el contacto. Tu empresa es tu imagen, si la dañas estas dañando el contrato y puedes resultar multado. Por otro lado, en estos momentos tan críticos, tienes que pensar cien veces las cosas que dirás y harás porque, aunque seas inocente, la gente te tendrá en la mira y podrían pensar que eres culpable.
— Discúlpame... - me detuve porque no recordaba su nombre. Luisa, inútil. – Luisa, en serio discúlpame. – Di que encontraste el celular en una parte del bosque mientras estabas paseando para distraerte. Te emocionaste y lo primero que pensaste fue en mostrarle a la gente que tú no tienes nada que ver, como algunos creían. – Cuando fui a caminar al bosque, jamás imaginé que me encontraría algo de ella, más que el recuerdo. Pero el celular lo encontré de casualidad; caminaba tranquilo viendo al suelo cuando el reflejo de luz que venía del piso golpeó mi ojo, obviamente investigué un poco porque no es común que salga luz de la tierra. Era el reflejo de su celular que golpeó mi ojo, no lo supe de inmediato pero cuando lo saqué sabía que era suyo. Lo primero que pensé fue en los mensajes y la gente diciendo que yo tenía algo que ver con la desaparición de Stevie, así que salí corriendo a mi casa y llamé a un medio local para hacer una entrevista rápida y... eso es todo. Lo único que quería era que la gente entendiera que yo no estoy involucrado en el secuestro, por el contrario yo quiero encontrarla. – La mujer me veía con una cara entre seria y conmovida, extraña en realidad, pero sé que me creyó. Suspiró y se sentó en la punta de la cama, yo me tensé porque aún no me había limpiado las heridas que me provocó Jack. Si las ve, no sabré que decirle.
— Lamento si fui seca o estricta con lo que dije... no entiendo por lo que estás pasando pero me compadezco por ti. – Trató de acercar su mano a mí en muestra de apoyo, pero yo alejé mis pies de ella. Volteó a verme extrañada; lo que hice fue dirigirle una mirada y luego apartarla, mientras acercaba más mis piernas a mi pecho. Obviamente tratando de darle a entender que estaba triste por la situación o por alguna mierda de estas. – Te dejo. Quédate pendiente de tu celular por cualquier noticia nueva o algo por estilo. – Se puso de pie y caminó a la puerta, pero se detuvo. ¿Y ahora qué? – Puedes llamarme si quieres algo de compañía, sabes que siempre estoy disponible.
Dicho eso, la mujer me sonrió coqueta y se fue al fin. ¿Le será infiel el novio a Stevie? Porque si ese es el caso, mi tarea se complica por el simple hecho de que eso implicaría algo sexual de mi parte... y no estoy seguro de ser capaz. Espero que no sea necesario... en verdad lo espero. Cuando escuché que la puerta de la casa fue cerrada, me levanté para ir al baño limpiar las heridas que me había provocado Laughing Jack. Me impresioné cuando las vi, eran bastante largas, iban desde mi muñeca hasta casi llegar a mi codo, tenía a lo mucho tres dedos de separación, pero no se veían profundas... un poco más y me corta las venas ese payaso imbécil. La sangre fluía lento... no salía ni poco ni mucho, pero lo suficiente como para gotear. De seguro manche la cama... menos mal tenía las manos detrás mío. Mierda, de la que me salvé. Busqué en los cajones del baño para buscar algo para cubrirme; encontré un pequeño botiquín de pequeños auxilios que tenía gazas y alcohol y esas cosas, así que me limpié y luego me cubrí casi que ambos antebrazos completos con gazas.
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Box. | Laughing Jack
Random❝Te juro que haré que tu repugnante vida sea la más horrorosa de tus pesadillas, lindura.❞