5.

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Sigo congelada, sigo congelada, sigo congelada. No sé que hacer, ¿qué hago, qué hago, qué hago? No te muevas, quieta, no te muevas, quieta, no te muevas, quieta. Respira, respira, respira Stevie, no dejes de hacerlo.

—¿Stevie? – Su enorme mano estaba en mi hombro, tocándolo.

Se la quite y salí corriendo al lado de la ventana. Mi corazón palpitaba a un millón de latidos por segundo, temblaba, sudaba y tenía los ojos muy abiertos.
Tenía miedo.


LAUGHING JACK.


Ella temblaba, sudaba y sus ojos estaban muy abiertos. ¿Y si se atrevía a saltar por la ventana? No quiero que se haga daño.
En otras circunstancias, estuviera disfrutando de la reacción de otro, que me demuestre miedo y terror, que me suplique por su vida, que grité hasta morir, pero en está no. Quiero que deje de tener miedo de mí, yo solo quiero hablarle y saber si aún me recuerda.

—Stevie, aléjate de la ventana – le pido.
—¡NO TE MUEVAS! – me grita… ¿me grita?
—Stevie, no te… no te quiero hacer daño – respiro y pienso antes de hablar –, así que no me grites.
—¡TOOOBYYY! – grita frenética y desesperada. ¿Qué mierda le pasa? – TOBY, SACAME DE AQUÍ.
—Stevie.

La llamo repetidas veces, pero ella sigue aterrada y sin querer hablarme. No sé que hacer, estoy impresionado con su reacción hacía mí. ¿Qué se supone que debo hacer? ¿Irme? ¿Quedarme? ¿Insistir? ¿Asustarla? ¿Calmarla? ¡¿Qué mierda debo hacer?!
Me acerqué a ella lentamente, más y más, y ella se alejaba más y más. Tenía miedo, lo sentía, y sabía que Toby lo sentía. Se arrincono y se sentó en el piso, gritaba con más fuerza cada vez que me acercaba más a ella. Agarro la lámpara de la mesa, usando está como un bate y defenderse (entre comillas); se la quité de las manos y la tire al otro lado de la habitación. Quería hablar con ella ahora que no estaba sentada.

—Stevie – la llamo y pongo mi mano sobre su hombro.

Grave error.
Ella comenzó gritar muy fuerte, aterrada, con las manos sobre sus orejas, lágrimas en sus ojos y su cara roja. Quitarle la mano no sirvió de nada, alejarme de ella tampoco, decirle miles de veces que se calmara tampoco, ella no para. No sé si estoy hablando con ella, si me escucha o no, si está conmigo mentalmente. No sé nada, solo sé que sigue gritando imparablemente.
Di dos pasos para llegar a la puerta y tratar de abrirla, pero no se puede. Sus gritos me están volviendo loco y me estoy comenzando a desesperar… no quiero hacerle daño y estoy tratando de calmarme para que ella no tenga razones de tenerme miedo.
De un momento a otro me desespero y camino hacía ella para taparle la boca y que deje de gritar tan malditamente fuerte de una vez por todas… pero la situación empeora.
Ella levanta el tono de los gritos mientras me acerco más y más, las luces comienzan a titilar mientras ella grita, me impresiono y me quedo quieto viéndola, hasta que la luz de la habitación explota, Stevie se calla y luego se desploma al piso.

—Toby – lo llamo levantando un poco la voz.
—Ya voy. La puerta está atascada y no puedo abrirla – me explica con tono desesperado.
—Rápido – exijo sin paciencia.

Veo a Stevie tirada en el piso, sudada y pálida, como si hubiera puesto resistencia antes de que la matarán. Me acerco de apoco hacía ella, sutil y tratando de que la madera del piso no chille para no despertarla y volver a lo mismo de antes. Creo que después de este incidente es más que obvio que no puedo hablarle de ninguna forma… eso me desanima porque me hace saber que ella no me recuerda; y si me recuerda en su subconsciente, tiene una imagen muy desagradable y terrorífica de mí. No sé porque, yo nunca me comporte mal con ella.
Toby entra a la habitación y se adelanta unos pasos frente a mí, se nota su intención de ayudarla. De la nada, Stevie comienza a temblar leve, muy leve, casi nada… hasta que Toby la toca y comienza a convulsionar.
¿Convulsionar? ¿Por qué mierda está convulsionando? No recuerdo que de pequeña ella haya convulsionado, nunca lo hizo, no sé que le pasa, pero… me asusta.

—¡JACK! ¡MIERDA, DESPIERTA! – escucho los gritos de Toby. ¿Qué paso? – ¡AYÚDAME, MIERDA, AYÚDAME!
—¿Qué quieres que haga? – le pregunto mientras no muevo ni un solo músculo.
—Llama a Bryan, dile que consiga una maldita inyección y que le inyecte algo para calmarla, ¡ahora!

Obedezco y salgo con grandes pasos (más de lo normal) hasta la habitación de Bryan. Entro a su habitación y le digo todo lo que Toby me dijo, consiguiendo nada.

—Dile que iré por un auto, que salga del bosque con ella en brazos y que este listo para actuar.

Dicho eso, Bryan sale por la ventana del cuarto y yo salgo a la habitación de Toby y Stevie. Ella sigue igual, sus convulsiones no paran. Con miedo por Stevie, le cuento a Toby todo lo que me dijo Bryan; de inmediato sale corriendo de la habitación con Stevie en brazos y una mochila negra en la espalda. Lo veo salir por la puerta principal, ahora con Stevie inmóvil y no los veo más.
Sabía que era mala idea obligarla a estar conmigo a solas, obligarla a hablarme, sabía que iba a ser malo… pero no me lo imagine tan así. Suspiro y me voy al sótano por la parte de atrás.
Es muy desalentador que Steeven no se acuerde ni por casualidad de mí. Se que nos conocimos cuando ella era una bebé y seguimos juntos hasta que cumplió cinco, pero me arde y me da rabia que no sé acuerde de mí. Sin embargo, no la culpo, es la primera vez que no la culpo a alguien por olvidarme; se por todas las cosas horribles por las que paso Stevie y puede que esa sea la excusa perfecta para no acordarse de mí y haber llegado hasta aquí.

—Hey, Jack – escucho a Jason llamarme y le doy mi atención. –, ¿cómo te fue con tu amiga de la infancia? – me pregunta burlón.
—Muy mal.
—¿Por qué? ¿Te asustaste con las luces cuando ella gritaba?
—¿Cómo sabes lo de las luces? – pregunto molesto esperando la respuesta.
—Jack, si yo la "repare", ¿no te imaginas que le hice unas modificaciones?

Me contuve mucho las ganas de enterrar mi mano en su rostro y sacarle los ojos por la estupidez que hizo. Si él le puso esas cosas a Stevie es porque piensa manipularla y quedarse con ella, pero sabe que no dejaré que haga eso.
Me voy a mi habitación con todo el enojo que pueda contener dentro de mí y con mis manos tomando mi pierna para no hacerle nada a Jason, quiero ahorrarme una discusión con él. Me siento en mi cama y saco de mi camisa una foto vieja… se ve tan pequeña con su trenza a un lado y su lazo violeta, su vestido amarillo y sus botas violeta que siempre se ponía. Recuerdo perfectamente su sonrisa, con un diente faltante al frente y sus hoyuelos decorando sus mejillas con tonos rosa.

—¿Por qué tuviste que olvidarme, Vievie?

Box. | Laughing JackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora