Supergirl; Hija de Kryptón

Circunstancias y Decisiones

Cada que me veo en el espejo puedo aún sentir a mi madre, viéndome la espalda a través del reflejo, con su típico sentido de protección y comprensión, el punto es que ni yo sabía cuales eran las interrogantes, estoy tan saturada de información, tan confundida, con ideas querido ocasionar que mi propia mente estalle. Nunca me he considerado una mujer valiente, fuerte, eso ni siquiera llegué a pensarlo, aún cuando ya contaba con los poderes que el sol amarillo de la Tierra me da, tan sólo pensar que todo ese discurso de mi madre, el traje y la espera de Kal fuese una insinuación a ser algo similar de lo que mi primo ya es en este planeta, hace que cada partícula de mi ser se erice advirtiendo peligro.

Desde que llegué a casa hasta ahora no he recibido el tan acostumbrado interrogatorio de Alex, supongo que quiere darme un espacio para pensar, y yo sólo me cuestiono, ¿realmente hay algo que pensar? Es decir; ser un héroe, no está en mi lista de pendientes, ni en mi carta para está navidad, mucho menos he lanzado plegarias a Rao por eso, nunca lo medité, jamás cruzó por una posibilidad entre mis ojos. Quizá el traje me quedaría demasiado grande, y no lo pienso literalmente. ¿Y si no lleno las expectativas? No quisiera que hicieran una comparación entre mi primo y yo, no quiero ser más que él o su sombra, sólo quiero ser yo.

-¡Kara, saldré por cerveza, ¿quieres algo?!-se escucha el grito de Alex anunciando su breve ausencia.

No quiero responder, y no lo hago, conociendo a mi hermana debió haber tomado mi silencio como una negativa y salió. Sólo el sonido de la puerta me lo confirma, o eso pienso antes de verla ahí, recargada en el borde de mi puerta con los brazos cruzados y una mirada preocupada.

-Creí que irías por cerveza-murmuro con la frente puesta contra mi propio reflejo en el espejo, mi aliento caliente forma un ligero paño sobre este.

-Sí, lo sé-contesta-Pero no puedo evitar pensar que estás así por mi culpa. Tal vez debí decírtelo antes y lo siento.

Sonrío sin mucho animo de sonreír.

-Créeme, si lo hubiese sabido antes, estaría rumbo a la zona fantasma de vuelta-pronuncio con ironía

Veo cómo mi mirada azul ha decaído en un profundo oscuro, quiero gritar, golpear, discutir con quien se cruce en mi camino, llorar tal vez, sin embargo no tengo la fuerza ni la decisión para hacerlo, sólo un vacío confuso. Me veo a mí misma sola, desnuda ante el frío suelo cubierto por las sombras de mis temores, de mi pasado y lo que sería mi futuro, voces taladrar mi cabeza, quebrando mi desnudez en posición fetal. Me siento perdida, ¿Qué se supone que deba hacer?

-¿Quieres contarme?-la voz de Alex me trae de regreso a mi habitación del departamento y mis ojos puestos a mi reflejo-¿Sabes? Hablar suele ser una de las mejores terapias, aquí y en Kryptón. Posiblemente en todo el universo.

De mis labios sale un soplido fuerte que pretende ser una tenue risa que se extinguió con mi voz. Curiosamente me remonto a esa vez en la que una Alex más joven lloraba en nuestra habitación que compartíamos tras enterarse de la desaparición de papá, esas palabras fueron tan similares a las que yo le dije después de varias veces en las que me echó de la habitación. Sorprendentemente con esas pocas palabras cedió y me abrió la puerta, fue la primera vez que conectamos, cuando pensé que la que consolaba era yo a ella, pero no. Fuimos ambas.

Giro sobre mis talones, si bien apenas puedo realizar esa acción cuando me colapso en el mismo lugar cayendo de rodillas. Espero que haya lágrimas, algún gimoteo, pero nada.

-No estás sola, Kara-susurra una fraternal Alex aproximándose a mi hasta tenerme en sus brazos y envolver mi aquejado ser-Nunca más.

Sorbeteo mi irritada nariz, asiento sin despegar mi rostro un sólo centímetro del hueco entre su cuello y hombro, donde no pueda ver mi debilidad, mi confusión e impotencia. Sé que ella me entiende, siempre lo ha hecho desde mucho antes que yo la viera caer, no sé yo qué haría sin mi hermana, podría con todo menos con su falta en mi vida.