Supergirl; Hija de Kryptón

Entre tu y yo; Gracias.

Ella me mira como si quisiera destruirme, como si yo fuese la causante de sí misma, de su tan trágico aspecto, de su odio en el rojo de sus ojos ardientes, de lo negro de sus ojeras y la curva retorcida de una sonrisa rota. De su, ya pajoso cabello, y su piel demacrada y lechosa. No, ella no podía ser yo, esto debía ser una especie de alucinación, algún truco que puso Reign en práctica para dejarme fuera del juego y confundirme aún más. Porque yo jamás me convertiría en ella, entonces y si es verdad lo que dice, debería derrotarla para poder irme, mi ciudad, todas esas personas cuentan conmigo y yo no debo perder el tiempo. Pero es que ella parece tan fuerte, como si leyese cada uno de mis movimiento por anticipado, ella esquiva cada de unos y logra golpearme más veces de las que quiero admitir. Se parece a mi pero no soy yo. No puedo ser yo.

-¿Qué pasa Supergirl?-chista en tono burlón, enfatizando con ironía cuando me llama por Supergirl. No sé a quién iría dirigido su enojo pero claramente parece ser hacia mi alter ego.-¿Esto es demasiado para ti? ¿Algún comentario estúpido y positivo que se te ocurra para esta ocasión?

Me pongo de pie, después de ser la quinta vez que caigo al agua helada debido a sus golpes. Me duele el cuerpo pero no puedo renunciar, eso no sería yo.

-¡Qué estúpida eres, Kara Zor-El!-exclama riendo para acercarse a mi en menos de un microsegundo, tomarme de los cabellos y hundirme en el agua, después sacarme y repetir la acción unas cuantas veces más hasta que termino exhausta.-Es tu noble espíritu lo que me enferma-susurra en mi rostro antes de darme otro golpe en este-Siempre pensando en los demás, nunca en ti. Así que dime, ¿quién piensa en la bondadosa Supergirl?

-No sabes nada-contesto volviéndome a poner de pie-No me conoces-demando molesta-Tal vez tu ya te haz dado por vencida y lo lamento demasiado pero yo no soy tu.

Su rostro se endurece, formando más grietas sobre su piel lechosa, sus pupilas rojas son aún más redondeadas por el negro de sus ojeras y ella vuela contra mi estampándome en el muro.

-¡Es hipocresía!-grita-¿Quién estuvo cuando murió papá? ¿Quién te consoló cuando mamá te obligó a tomar una nave de escape e irte de Kryptón para cuidar de alguien más? ¿Quién sintió la pérdida del planeta que más amas y te escuchó llorar en la soledad de tu mente mientras dormías una eternidad incierta sobre el espacio?-vocifera dejándome estupefacta-Cuando tu sólo querías a alguien que te abrazara y dijera que todo estaría bien, que ya no estarías sola nunca más, el único familiar que te quedaba te dio a otras personas para que fueras su problema.

Mis ojos se abren al tope con esas palabras. Todas aquellas preguntas, todo absolutamente lo que sale de su boca era tan descriptivo a lo que pensé por tantos años a lo largo de mi vida. Aquellas frases tan cargadas de dolor y odio eran mías. Era yo, en verdad era yo, ahora lo sé, cuando me quiero negar a reconocer las lagrimas cayendo de los ojos rojos que me miran con furia.

-Todos esperaban a que tu te volvieras parte de un ambiente, a que te acoplaras a ellos, a que olvidaras todo lo que sabías y querías para continuar tu vida como si nada de lo que nos pasó hubiese existido-grita a voz quebrada, llevando su mano derecha al pecho. Inmediatamente me di cuenta que yo imitaba su acción, sintiendo el dolor en cada cosa que ella recordaba, volviendo a saborear el amargo odio de todos esos pensamientos que decidí por un tiempo echar a la basura y no querer sacarlos nunca más-Teníamos que ser como ellos, debíamos ser como ellos, parecernos a ellos sin siquiera saber que no lo queríamos. Entonces te pusiste esto-levanta con su mano libre un dobles de su rota y oscura capa corrugada-Porque si no podíamos ser como ellos, queríamos ser algo que ellos aceptaran, que veneraran. Nos convertimos en una mentira.-chilla... O al menos eso puedo distinguir, un hilo de tristeza asomarse por su mascara de rencor.