Supergirl; Hija de Kryptón

Cumpleaños Kriptoniano.

-Hasta que llegas-saluda Alex desde el sofá-No sé qué te tiene más ocupada, si el trabajo o Lena Luthor.

Sonrío sin dejarme ver por ella ya que voy a la cocina para tomar una manzana y clavarle el diente. He estado más hambrienta que de costumbre y eso sólo puede significar dos cosas; mi nueva actividad entrenando junto a Lena provoca mi apetito o, está por ser mi cumpleaños. Cierto.

-¡Alex!-exclamo sacando mi cabeza de la nevera-¿Y el calendario?-exijo al no verlo en la puerta de la nevera.

-Ya sé para dónde va esto, y descuida que lo tengo todo arreglado-asegura sin moverse del sofá-Mañana a primera hora llega mamá y una pila de tus alimentos favoritos, como siempre.

Vaya, tan rápido ha llegado, ya es mañana.

-En realidad...-intervengo avergonzada. Lo había olvidado por completo-Mañana tengo una...junta, eh...almuerzo...trabajo-balbuceo indecisa. ¿Cómo se supone que lo debo llamar? Oye Alex, mañana quedé con Lena para entrenar en el sótano secreto bajo L Corp. Suena pésimo.

Mi hermana ríe.

-¿Y no puedes hacer tu junta almuerzo trabajo en casa?-me mira y nuestros ojos conectan. Lena no es la única que se burla de mi torpe manera de ser, pero la tolero más que a Alex. Ella alza ambas cejas de manera juguetona y puedo descifrar lo que está pensando.

-En realidad-intento decir.

-Calla-ordena-A mamá le va a encantar conocerla-asegura guiñándome un ojo.

Rao, ¿por qué mi hermana es tan tonta?

-¿Recuerdas esa vez que fuimos de campamento con mamá?-ella asiente confundida-Creo que ese pescado de golpeó muy fuerte la cabeza.-sonrío triunfante al verla corrugar la nariz y girar sus ojos fastidiada.

-En mi defensa, era el pez más grande sobre la tierra-arremete.-Le diré a mamá que invitaste a alguien más-murmura dirigiéndose hasta la nevera y sacar una botella de su tan amada cerveza.

Vuelven sus ojos a mi y le sonrío aún más sin moverme de mi lugar, con ambas manos detrás de mi espalda y ese sentimiento de plan maquiavélico surgiendo en mi rubia cabeza. Mi hermana lo puede adivinar, me conoce demasiado bien como para no negar repetida veces con su cabeza viéndome amenazadoramente como ahora.

-Dile que serán dos invitadas-digo ladeando la cabeza con inocencia fingida-A la detective Sawyer le deben gustar los macarrones y las empanadas. En especial las empanadas-rio para mi propio chiste sexista-Tiene cara de que le gustan.

Y ahora soy yo la que levanta ambas cejas de manera juguetona y Alex, con su típico mal humor de ser vencida en su propio juego, sólo promete que algún día se las pagaré todas.

Eso me recuerda que debo visitar a Lena y explicarle el motivo de porqué nuestros planes se han cambiado de manera repentina. Seguro me espera mucho más maltrato de su parte, no me molesta pero nunca puedo ganarle, no como le hago a Alex. Su inteligencia me sobrepasa.

Salgo a toda prisa a L Corp, por obvias razones no vuelo, dejé mi traje en L Corp, lo veo más seguro ahí que en el departamento, si Alex o mamá lo ven se irán de espaldas y no quiero eso, sobretodo mañana. Le he hecho la parada por lo menos a tres taxis y ninguno se ha querido detener, comienzo a fastidiarme, el tráfico nunca ha sido de mi agrado y según las personas a mi alrededor, está haciendo frío y yo sólo llevo conmigo una blusa blanca demasiado ligera, falta poco para que me comparen con una loca que ha escapado.

Llego por fin a L Corp, dejo una identificación al guardia de la recepción y él me entrega un gafete de visitante dándome el paso de subir con Lena. A los empleados de L Corp se les ha hecho costumbre verme entrar y salir de aquí como si se tratase de mi propia casa, pero lo que les llama la atención es que siempre visito a Lena y, quiero pensar que no es por las mismas razones sucias que piensa Alex.