La Llegada

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"Para poder ganar debes saber lo que es correcto de lo que fácil"

La ciudad nunca se ha visto peor, el desastre, el caos, el olor a miedo invadiendo las calles, impregnadas con la sangre de los que han sido juzgados por los Worldkillers. Porque sí, así eran como se autodenominaban en el esplendor de su egocentrismo, creyéndose el pilar que este mundo necesita, aprovechándose de la ausencia de Supergirl y la nula intervención de alguien que realmente fuese rival para ellos. Pero ahí están ellas, su equipo con el que combatió antes de su partida, apoyando a la ciudad en cuanto podían pues por desagrado de todos, un equipo contra otro al que le hacía falta un integrante no es muy justo ni suficiente.

El día de hoy habían decretado la reunión a todos en el centro de la ciudad, el parque en el que antes alababan a Supergirl por sus actos heroicos no era más que un recuerdo y punto de reunión para que exhibieran las muertes más desalmadas como advertencia a los pecadores, según al punto de vista de su líder. Reign.

Reign había decretado que cualquiera que se interpusiera en su camino, cualquiera que estuviese en contra de sus dictaduras, debería ser castigado de doble manera que el pecador, sufriendo la más humillante tortura publica hasta la llegada de su muerte. Incluso advirtió a quienes ocultaran al grupo de amigas de la antigua heroína de la ciudad, sufrir las consecuencias de su rebeldía, pues en ocasiones dicho grupo asistía de incognito a esas reuniones publicas para rescatar a los sentenciados a muerte, dándoles un poco de esperanzas a los, ya maltratados, ciudadanos.

Sin embargo, este día es diferente, lo supo Zatanna oculta entre la multitud apenas puso un pie en el centro de la asamblea. Horrorizada contemplaba la cruel imagen de un conjunto de ropas colgadas como estandarte frente al grupo terrorista de alienígenas, pero lo peculiar no era el improvisado acto con las ropas, era que dichas prendas no eran cualquier cosa mas que la burla, la ofensa directa a Supergirl. Esas ropas pertenecieron en vida y hasta el día de su muerte a Alex Danvers, la hermana adoptiva de Supergirl.

-¿Están viendo esto?-murmura la joven bruja, con la mano distraídamente en su oído derecho, presionando el comunicador que trae puesto.

-Sí-contesta Shayera por el comunicador

-Por supuesto que sí-afirma Dinah en el tono más tranquilo que puede.

-Por favor díganme que no es lo que estoy pensando-vuelve a hablar Zatanna, ocultando mitad de su rostro gracias a la sucia sudadera con capucha que lleva-Es repugnante que exista alguien tan...-ella simplemente no encuentra palabras para poder describir al enemigo, eso sobrepasa los límites de cualquiera.

-Debimos acabar con ella cuando pudimos-agrega Shayera

-Hoy lo haremos-asegura Dinah-Por Alex Danvers, yo se los prometo...

El corazón de Zatanna se encoge un poco más cuando sus pasos certeros quedan a sólo unos metros de distancia del estandarte y el grupo de asesinos, sonrientes por su obra. Ellos sabían que ningún ciudadano que no conociera el secreto de Supergirl entendería la verdadera amenaza en ello, y Reign contaba con ello, sin embargo, los allegados a la kriptoniana era historia diferente.

-Hoy tenemos menos creyentes que la semana pasada-habla Reign acompañada por su inseparable espada curva y los dientes brillantes reluciendo en una sonrisa victoriosa-Pero los restantes serán afortunados, una vez que haya limpiado esta ciudad, limpiaré al resto del mundo y traeré paz a la humanidad.

El ceño de Zatanna se frunce, sus labios forman una línea recta y sus nudillos se tornan blancos por la presión que ejerce. Si tan sólo contara con la ayuda de Doctor Fate. Su magia lograría acabar con ese grupo de dementes, Alex no hubiera muerto y Kara no tendría que estar desaparecida en quién sabe dónde con la tal Luthor y la afamada Wonder Woman.

Supergirl; Hija de KryptónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora