Supergirl; Hija de Kryptón

Héroe Anónimo

Todas las motivaciones que pudieron surgir en mi a lo largo de mi vida son nada comparadas con la que ahora vivo. Y comenzó así como ahora, en una calle solitaria, tipos malos con malas intenciones y mi sentimiento de protección, sólo que esa vez Lena estaba conmigo, se podría decir que fue mi motivación personal para hacer lo que ahora estoy haciendo. ¿Qué si me arrepiento? No. Parte de esto me llena de una emocionante adrenalina aunque nadie lo sepa, y por más extraño que suena, puede que este estilo de vida no vaya con el de Kal, pero sí con el mío. Me siento parte de la sombra anónima que protegerá a todos los ciudadanos de Ciudad Nacional y eso sí importa.

No sé si tiempo después seguiré con esto como lo estoy haciendo, por el momento quiero enfocarme en el ahora, y el ahora es; yo, el traje de mi madre con el escudo de la familia, una sudadera vieja de color azul, y claro que he cambiado las botas del traje original, me niego a llamar demasiado la atención, en fin. Tengo más el aspecto de un maleante pero no me importa, hago cosas buenas hasta ahora, de lo contrario tendría otras de esas charlas incomodas con Kal, que le incomoda que le llame así y no Clark, yo lo sé.

Percibo el ruido de la camioneta al detenerse y observo todo detrás del contenedor de basura. No es un buen lugar pero son gajes del oficio. En especial esta camioneta ha estado siguiendo a una mujer y su hijo desde cinco calles atrás, algo demasiado sospechoso y yo no creo en las casualidades, no en las malas, sólo necesito que me den un motivo y entraré en acción. Mientras tanto pienso en el articulo que Snapper me encargó hacer está tarde, debería estarlo escribiendo justo ahora, hacer las investigaciones previas y demás, pero no, estoy en un sucio callejón detrás del contenedor de basura vestida como maleante, a excepción del traje que llevo debajo. Pienso que cuando mi madre me encomendó el traje no llegaría ni a pensar que sería para utilizarlo por debajo de la ropa, y es que tengo mis razones. Pongámoslo de este modo, el traje es de una sólo pieza, es lindo y trae consigo mucha historia pero me incomoda tenerlo tan ajustado de las piernas, debería pensar seriamente en cambiarlo, sin embargo, lo utilizo porque ningún otro compuesto soporta la velocidad a la que voy, mucho menos es resistente a las balas como yo, es decir, no se rompe.

-¿Va a algún lado, señora Thorne?-exclama una voz gruesa y rasposa.

¡Ya casi es mi entrada!

Detrás de este hombre algo y corpulento, con músculos inflados y barba voluptuosa, salen cuatro más con los rostros cubiertos por pasamontañas. Muy inútil a mi parecer porque puedo ver a través de esas cosas. La camioneta abre las puertas traseras a la par y un sexto participante sale de ahí, la diferencia es que este trae un traje sastre puesto, debo suponer que es el jefe de esos matones, mi pregunta sería, ¿qué conexión tiene con una madre soltera?

-Te lo advertí Nora-habla el sujeto de buen vestir-La deuda sigue aunque tu sucio y haragán esposo esté en prisión. Aunque si quieres pagarme de otro modo, puedo darte varias ideas-su tono tan asquerosamente lujurioso hace en mi nacer una furia indescriptible.

Y no necesito más para comenzar, ¿cierto? Ahora sí es mi entrada.

A gran velocidad puedo ver a los seis sujetos en cámara lenta. Como el de barba abundante está sacando un arma del bolsillo de su sudadera, como los otros cuatro hacen el ademán de querer rodear a la mujer y su pequeño hijo, y lo lento que puede verse el hombre a cargo cuando enciende un cigarrillo que sostiene con sus labios. Por mala suerte para ellos se toparon con alguien diferente, y tan pronto como el cigarrillo y el encendedor caen al suelo debido a la velocidad con la que he pasado, el resto de los hombres ya se encuentran desarmados y noqueados con un simple golpe en el costado del cuello.

-¿Quién demonios eres tu?-exclama el único en pie, casi atragantándose con su propia saliva. Tiene miedo y debería, ¿cómo se atreve a atormentar a la pobre mujer?