Decisiones.

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-¡Te tardaste!-reprocha ella en cuanto me ve llegar.-¿Dónde has dejado la máscara?

¡Demonios!

-¡Qué te importa!-gruño aventándole la libreta que me había pedido, ella la atrapa antes de que toque su pecho-Yo no soy tu maldita mascota.

Me mira y después a la libreta, abriéndola a su paso y con rapidez. Me es imposible creer que lo haya leído tan rápido, supongo que sólo quería comprobar ciertos detalles. De igual no somos las grandes amigas, ella me ha entrenado incluso más duro de lo que llegué a entrenar, no por nada era la primogénita de Ra's Al Ghul, o eso es lo que escuchaba del dichoso y orgulloso hombre. El muy idiota no podía ver que su hija le daría un golpe final. Si en algo me llego a identificar con Talia, es en su infinito odio a la persona que antes admiraba.

-¿Qué pasó con él?-pregunta ignorando mi mal humor, suele funcionarle, nunca puedo sacarla de su estado de relajación.

-Le corté la garganta.

Talia da un paso delante de mi, toma mi rostro por el mentón con una sola de sus manos y sonríe antes de darme un golpe a puño cerrado con su mano libre. Escupo sangre y agacho la mirada tragando mi orgullo.

-Te dije que me lo trajeras, ahora gracias a tus impulsos tengo una libreta vieja y un cascaron vacío-replica-Dices que no eres mi mascota y sin embargo te sigues comportando como un animal, tal vez deba motivarte un poco.

De inmediato mis ojos buscan los suyos. Siento miedo, impotencia y una rabia infinita hacia ella, tanto como admiro sus estrategias. Es una mujer sin corazón, sin emociones hacia su prójimo, sólo su propia ambición irónica de querer de este un mundo mejor.

-Tu kriptoniana amiga estaría decepcionada de ti-murmura con esa sonrisa frívola pegada al rostro-¿No ella quería hacerte una mejor persona?-se ríe.

Detesto admitirlo pero tiene razón. Kara está tan decepcionada de mi, lo sé cuando vi a sus ojos en L Corp. Ha pasado tanto tiempo sin vernos, ella llevó acabo un funeral y una ceremonia en mi nombre, me han nombrado héroe de la ciudad, sé que lloró mi muerte, la vi, lo recuerdo. Desde que acepté la propuesta de Talia me permitió ir a visitar sólo una vez a quien yo quisiera, y para ese momento era Kara a quien escogí, dispuesta a explicarle la situación, a decirle que estoy viva, pero todo salió más. Colgada sobre el techo pude escuchar a Kara llorar en la noche, prometiendo que sería mejor persona y mejor heroína, después de eso me marché de ahí, pensando que si mi ausencia causaba una mejora en ella, yo no sería quien se la arrebatara. Ahora, es una situación muy diferente, ella ya sabe que estoy viva y se dio cuenta de la peor forma. Yo no quería atacarla, yo sólo quería que se alejara, que no viese en lo que me he convertido, en lo que ella nunca quiso que fuera.

-¿Qué le pasó a tu brazo?-indaga llamando mi atención.

Veo mi antebrazo y codo. Eso dolió en su momento, por fortuna sólo me zafó el hueso y pude reacomodarlo, aunque eso no me exentó del dolor. Sin duda se ha vuelto más hábil.

-Caí mal-contesto sin más.

-¿Podrías responder algo de lo que te he preguntado con sinceridad?-insiste con fastidio-Finjamos que creo que te lastimaste al caer mal, finjamos que perdiste tu máscara en el camino y también finjamos que el cielo es rosa sabiendo que es azul.

Tenso mi mandíbula desviando mi mirada. Lo más que me puede hacer es golpearme o torturarme, no asesinarme porque me necesita y no puedo asesinarla porque la necesito. Nos encontramos en un punto muerto.

-Pero dime, ¿por qué asesinar a Fudge?

-El tipo era un dolor en el trasero-contesto encogiéndome de hombros-Me caía mal antes, me caen mal ahora.

Supergirl; Hija de KryptónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora