La fiesta de fin de año iba viento en popa. Los chicos, Max y yo llevábamos mucho tiempo planeando todo y ver que estaba saliendo todo tan bien, me ponía demasiado feliz.
–Hey, Will.–Dustin llamó mi atención–. Mira quién esta ahí.–
Sin mucho cuidado, volteé en la dirección señalada, encontrándome con una ____ sonriente que justo miraba en mi dirección. Volví la vista al frente, completamente avergonzado.
–¡va a pensar que la estaba mirando!–exclamé enojado, pero sin elevar la voz.
–Pero eso hacías ¿o no?–rodeé los ojos mientras me encaminaba a la mesa de aperitivos.
–Que bueno que llegaste, Will.–el señor Clarke me recibió con una sonrisa–. ¿Podrías repartir estos bocadillos entre los presentes?–asenti mientras recibía la bandeja.
Tras unos minutos repartiendo comida, volví a la mesa principal a dejar las bandejas. Sentí mi rostro arder al ver a la chica que tanto me gustaba ahí.
–Hola, Will.–soltó sonriente al verme.
–Ho-hola, ____.–sonreí nervioso mirando a todas partes menos a su rostro.
–Linda fiesta, los chicos y tú han hecho un gran trabajo.–
–Gracias...–
–¿Qué tienes ahí?–dijo acercándose bastante a mi, haciéndome trastabillar un poco.
Su pequeña risita me hizo poner muy nervioso.
–E-es comida... Para c-comer.–
En ese momento, quise darme una patada interna. ____ rió sin contenerse.
–Comida para comer, mi favorita.–exclamó tomando uno de los tantos bocadillos–. Esta comida para comer ¿esta buena?–asenti algo apenado.
La chica se llevó el bocadillo a la boca sin borrar su sonrisa.
–Debes pensar que soy un idiota...–negó.
–Para nada, creo que eres genial.–
Ya en estas alturas, me era muy complicado mantenerme tranquilo.
–¿de...verdad?–
La chica me miró fijamente y, tras terminar el bocadillo, sacudió sus manos.
–¿quieres... bailar conmigo?–
–Sí... ¡Claro que sí!–
____ tomó mis manos -las cuales estaban completamente sudadas- y me arrastró hasta la pista de baile. Todavía no terminaba de creerme todo aquello, era demasiado perfecto para ser verdad.
–¿puedo decirte algo?–soltó la chica de la nada.
–S-sí.–respondí algo asustado de lo que me diría.
–Creo que... eres un chico genial.–apartó la mirada apenada.
–¿De verdad, verdad?–la chica me besó la mejilla.
–De verdad, verdad.–
Volvió a rodear mi cuello y está vez, se acercó más a mi. Miré sobre el hombro de ____, donde Dustin y Steve me felicitaban en silencio. Sonreí y volví a centrarme en la hermosa chica que tenía frente a mi.
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