Dedicado a muke_muffin
°•°
–¿vamos por unas malteadas?–preguntó mi primo Stan.
–¿ahora? Hace calor.–Me quejé desde el suelo donde me encontraba desparramada.
–Eres una perezosa, vamos.–me tomó de la mano y me arrastró hasta la puerta como un trapo de piso.
Al salir a las calles, el asqueroso calor me quitó las pocas ganas que tenía.
–¿dime qué tiene una tonta malteada para ofrecer a cambio de mi enorme sacrificio?–solté con una enorme pereza mientras caminaba con aún más pereza.
–Caminar 3 manzanas no es ningún sacrificio, eres una perezosa extremadamente exagerada.–rodeé los ojos–. Y la malteada tiene mucho que ofrecer. Es fresca, deliciosa y del sabor que quieras.–
–Ah, ¿y qué más?–
–También... eh... bueno es deliciosa.–
–Eso ya lo dijiste...–
–Que molesta eres... como sea, aquí estamos.–Stanley me abrió la puerta de la heladería y entramos.
°•°
Mientras el chico ordenaba los postres, me adelante y elegí una mesa junto a la ventana.
–Diablos, aquí viene el pesado...–susurré por lo bajo al ver a Tozier entrar al edificio.
–¡Stan, el galán!–soltó el chico pasando el brazo por los hombros de mi primo–. ¿qué haces aquí solo, solín, solito?–
–Apártate, Richie.–Stan lo empujó–. No estoy solo, vine con ____.–
A pesar de que le hice señas desesperadas, Stan le señaló mi ubicación a Richie, quien sonrió ampliamente acercándose a mi.
–Pero miren a quién tenemos aquí... señorita ____.–hizo una reverencia exagerada, a lo que rodeé los ojos.
–¿siempre estás cerca para molestarme?–solté cansada.
–Para molestarte no, para apreciar tu hermosura sí. ¿cuándo aceptarás que te vuelves loca por mi?–
–Tú sí me vuelves loca, tanto como para querer matarte.–
Stan llegó con los batidos y lamentablemente, Richie se sentó con nosotros.
–¿todavía no te rindes? Mi prima no aceptará nunca salir contigo.–dijo Stan antes de darle un sorbo a su bebida.
–¡sí que lo hará!–
–¿y cómo piensas hacerlo?–
–A la antigua, con flores y chocolates.–
–Oh no, nada de flores. Las flores son para los muertos.–solté tomando la malteada.
–O sea que si no te doy flores, me darás una oportunidad.–
–Yo no dije eso.–
Stan reía al ver la cara de Richie.
–¡ya verás, mi judío amigo! ____ será mi novia.–el de gafas se puso de pie–. Nos vemos, futura esposa.–Lo saludé sin demasiadas ganas mientras seguía bebiendo mi malteada.
–¿por qué lo rechazas?–soltó Stan apenas quedamos solos. Enarqué una ceja.
–¿además de que es un acosador, pesado y súper baboso? No lo sé.–solté con sarcasmo.
–De verdad se esfuerza mucho en llamar tu atención y créeme, él nunca se esfuerza para nada.–
–Por favor, Stanley. Estamos hablando del chico que le mira el trasero hasta a la idiota de Greta, no creo que realmente sienta algo verdadero por mi. Y tú sabes mejor que nadie que ya no me tomo eso de las relaciones tan a ligera.–solté poniéndome algo melancólica.
–Hey, no te pongas mal. Ese idiota de Jack no te merecía.–Stan tomó mi mano, haciendo que sonriera.
–Sabes que te quiero muchísimo ¿verdad?–
–Lo sé.–sonrió orgulloso–. Ahora, termina esa malteada.–
°•°
Al otro día, me encontraba en el centro de Derry, comprando algunas cosas para la cena.
–¿cómo es posible que no tenga nada de zanahorias ni lechuga?–me quejé con el señor de la tienda.
–Lo siento, señorita. Un muchachito raro compró lo último que tenía.–bufé molesta mientras me daba la vuelta y salía del lugar.
–Estúpido verdulero, arruinó la ensalada de mamá...–murmuraba por lo bajo mientras comenzaba a alejarme.
–Hola, señorita.–
Tras maldecir por lo bajo al escuchar la voz de Richie a mis espaldas, me di la vuelta.
Me sorprendí al encontrarme al chico con un "ramo de zanahorias" decorado con lechugas.–¿qué... haces?–enarqué una ceja.
–Dijiste "nada de flores".–sonrió
–¿por qué te esfuerzas tanto?–solté con demasiada curiosidad. Richie se encogió de hombros.
–Simplemente me gustas y ya. Desde que te vi en casa de Stan aquel día yo... me volví loco por ti. Sé que crees que soy un idiota baboso y tal vez lo sea.–reí–. Pero por ti, soy un maldito caballero.–
Richie se veía sumamente avergonzado, mirando nervioso a todos lados. Sonreí levemente antes de tomar las verduras que me ofrecía y meterlas en mi bolsa.
–Está bien, señor. ¿quieres venir a almorzar a mi casa?–el chico sonrió esperanzado mientras asentía repetidas veces.
Ambos comenzamos a caminar rumbo a casa.
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~° One shots y otras cosas de "IT"
Ficción GeneralEn este libro escribiré one shots, preferencias y otras cosillas que se me irán ocurriendo, espero que les guste.