Nota: Pos me pediste algo sádico y no sé muy bien cómo arreglármelas con esto. Hay una delgada línea entre lo sádico y lo ridículo, intentaré que salga lo menos exagerado posible. Vamo' a intentarlo.
°•°
Hoy era mi cumpleaños. Durante los últimos 12 años no le di importancia a esta fiesta, pero hoy... Hoy era diferente. Mi novio Richie me había prometido que hoy sería el mejor día de mi vida y tenía fe en él, después de todo, era la persona más importante que tenía, sabía que no me defraudaría. Caminaba tranquilamente por el parque de la calle Neibolt cuando un lejano recuerdo me llegó.
Flashback
–¿no les duele?–
–No lo sé, ojalá que sí.–un Patrick de 8 años disfrutaba incendiar hormigas en el patio de la casa–. ¿tú no quieres intentarlo?–negué asustada.
–¿y si las demás se enojan y me comen mientras duermo?–
–¡yo te protejo de las hormigas, para eso soy tu hermano mayor!–
El chico sonrió ampliamente mientras me ofrecía la lupa.
Fin del flashback
A pesar de que todo el mundo pensaba que era un poco desalmado, debo decir que se equivocan. Patrick era muy bueno, al menos conmigo. Me sentía sola, pero desde que conocí a Richie, eso cambió. No solo ya no estaba sola, sino también me sentía completa. El de gafas me había enamorado por completo desde la primera vez que se acercó a mi y me preguntó dónde había conseguido mi remera de Street Fighter. Hablamos un rato y tras arreglar juntarnos a jugar el día siguiente, nuestra relación comenzó. Pasábamos todo el tiempo juntos, me encantaba escuchar sus bromas e imitaciones mientras paseábamos por Derry.
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Mientras sonreía recordando algunas cosas, vi a Richie entrar en la heladería, de seguro estaba preparando las cosas para mi cumpleaños. Tras debatirme si realmente quería arruinar mi propio cumpleaños sorpresa, decidí seguirlo. Crucé la calle y me asomé por el gran cristal de la ventana. Richie estaba charlando con una chica que se encontraba sentaba en una de las tantas mesas del lugar, al parecer se conocían. A pesar de que me molestaba un poco, traté de no enojarme, pues podría tratarse de su prima, amiga o símplemente su conocida. Pero todo ese buen pensamiento se fue a la mierda cuando vi a Richie sentarse junto a la chica y tomar su mano sonriente. Ella no era ni su prima ni su amiga, ella era una zorra... una zorra que se atrevió a meterse con mi novio. Controlando mis impulsos de entrar y reventarle la cabeza contra la mesa, decidí esperar a que Richie se fuera, pues extrañamente mi ira estaba enfocada más en la chica que en él.
Eso no quiere decir que Richie se saldrá con la suya...
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Me senté pacientemente en un banco cercano a la heladería, esperando que ambos salieran, lo cual tardó unos 30 minutos. Seguí a la chica de cerca luego de que se despidiera de Richie y cuando dobló en un pequeño callejón, solté todo lo que tenía guardado.
–Hey tú, zorra.–la chica se dio vuelta y me miró.
–¿a quién llamas zorra, idiota?–
–Acabas de tener una cita con mi novio, eso te hace una zorra.–
–No sabía que era tu novio... en todo caso, él fue quien me buscó. Tal vez, se cansó de ti.–
Sentí la furia apoderarse de mi.
Ese "lado Patrick" que consistía en querer herir a los demás que tanto había reprimido ya no pude controlarlo. Aquello que me identificaba como Hockstetter finalmente salió. Me acerqué violentamente a la chica y la empujé, haciendo que cayera bruscamente al suelo.
–¿sabes lo que siempre quise hacer pero nunca me atreví?–la chica me miró algo asustada–. Patear a alguien en el estómago. En las películas lo hacen ver como algo divertido, así que... averigüemoslo.–
Antes de que la chica pudiera decir algo, le acesté la primera patada, que erróneamente terminó en su quijada. No tenía palabras para describir lo bien que se sintió aquello. Tal vez el fuego era lo de Patrick, pero esto... esto era lo mío. Una lluvia de patadas impactó en el abdomen de la chica, quien apenas podía soltar gemidos de dolor. No me detuve hasta que vi que la chica no se movió más. Aún con la respiración agitada y algo de sangre en mis zapatillas, me alejé de aquel lugar, pues todavía no estaba del todo satisfecha.
Me faltaba el culpable número uno.
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Cuando Richie llegó a mi casa y tocó la puerta, lo recibí con una gran sonrisa.
–¿cómo se siente la cumpleañera más linda del mundo?-–soltó exageradamente.
–Pues, no estoy segura.–Richie me miró confundido-. ¿debo sentirme feliz por mi cumpleaños? ¿triste y enojada porque me engañaste? ¿o satisfecha porque esa zorra me las pagó?–le arrojé en la cara la estúpida vincha de moño que traía la chica, la cual estaba manchada con algo de sangre.
–¿qué... hiciste?–Richie dio unos pasos hacia atrás.
–¿sabes algo? Siempre sentí esa curiosidad de saber qué era lo que tanto disfrutaba mi hermano al hacerle daño a ustedes.–le quité las gafas a Richie–. Él siempre me decía lo mucho que disfrutaba romperte las gafas...–
Antes de que Richie pudiera quejarse, doblé con fuerza los lentes, sintiendo cómo se quebraban los cristales y el marco de plástico.
–Vamos, ____. Esta no eres tú...–
–Te equivocas, esta siempre fui yo.–
Le acesté un puñetazo en la cara, pero por mi falta de fuerza, creo que me dolió más a mi. Sin darme por vencida, pateé su entrepierna, sonriendo victoriosa al ver cómo se retorcía de dolor.
–Piérdete, Tozier. No quiero volver a ver tu estúpido rostro en mi vida. Ve a revolcarte con esa zorra... si sigue viva, claro.–le cerré la puerta en la cara y volví a la sala.
Feliz estúpido cumpleaños para mi.
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Ash, no lo sentí muy bien. Eso de la rayis loca no me convence mucho (después de tantos fanfics de creepypastas una ya sabe lo que no se ve bien). Pero bueno, lo prometido es deuda.
