Beverly

3.9K 316 89
                                    


Cada vez que miraba a la pelirroja, algo fallaba conmigo.
Mis manos temblaban, las palabras no salían de mis labios y mi rostro ardía más que las cachetadas que mamá me daba.
Tras consultarle a mi abuela estos síntomas -sin decirle quien me los provocaba, claro está-, ella me dijo que se trataba ni nada más ni nada menos que de amor.

–Ay, querida. Eso que sientes es tan bonito, recuerdo que a tu edad estaba enamorada de un muchacho de mi escuela. Es lo más normal del mundo enamorarse.–

Sí, pero ¿si se trata de una muchacha?

Durante toda la semana intenté evitar a Beverly, lo cual fue complicado ya que éramos buenas amigas.

°•°

Tras la clase de gimnasia, y antes de que la colorada me encontrara, salí al patio y me senté detrás de un árbol.
Mientras sacaba un sándwich de mi mochila, alguien apareció a mi lado.

–Sabía que estarías aquí.–una Beverly sonriente se sentó a mi lado–. ¿se puede saber porqué me ignoras?–

–¿yo? ¿ignorarte? Para nada.–solté nerviosa sin mirarla.

–A mi no me engañas, linda.–pellizcó con ternura mi nariz–. Dime qué te sucede.–

Algo insegura de lo que iba a decir, procedí.

–Bueno... la cuestión aquí es que...–suspiré–. A mi me gusta... ¿alguien?–sonreí nerviosa–. Pero no sé si yo le gusto a esa persona y eso es lo que me trae tan mal.–

Bev sonrió tiernamente.

–Linda, ¿ese es el problema?–asenti avergonzada–. Es una tontería, ¿qué tonto rechazaría a la chica más bonita del mundo?–no pude evitar sonrojarme frente a aquello–. Ve y dile de frente lo que sientes.–

–No es tan simple...–

–Dime algo, ¿esta persona te gusta mucho?–asenti–. ¿cada vez que la miras sientes que todo lo demás no importa?–volví a asentir–. ¿y sientes que su sonrisa alegra tu día?–la miré confundida.

–Estás describiendo a la perfección lo que siento cuando la veo...–

–Entonces sí es amor, linda. Escucha, si estar con esa persona te hará feliz, ve y hazlo. Verás que valdrá la pena arriesgarse.–

–¿tú crees?–

–100% segura.–

Miré a Beverly a los ojos, esos orbes azules que tanto me gustaban.
Reuniendo coraje, tomé las mejillas de la chica y planté un dulce beso sobre sus labios, separándome casi de inmediato.

–Tú... eres lo que yo quiero, Beverly.–

La chica sonrió ampliamente antes de posar sus manos en mis mejillas y volver a besarme.
Por esos breves segundos, me olvidé de todo lo ajeno a nosotras dos y sólo me enfoqué en disfrutar la cercanía de la chica que me había hecho conocer lo que era el amor.

Por esos breves segundos, me olvidé de todo lo ajeno a nosotras dos y sólo me enfoqué en disfrutar la cercanía de la chica que me había hecho conocer lo que era el amor

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
~° One shots y otras cosas de "IT"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora