–... Así que no te preocupes, Lonney. Terminaremos ese trabajo sin problemas.–le dediqué una sonrisa a mi amiga mientras salíamos del salón de clases.
–Que bueno, porque tengo algunos-
–¡Hola, señoritas!–mi amiga y yo dimos un brinco al escuchar la voz de Tozier a nuestras espaldas–. ¿Te molestaría retirarte, Tony? Quiero hablar con ____.–
–Me llamo Lonney, idiota.–
–Sí sí, como sea.–la castaña miró molesta al chico antes de marcharse.
–¿qué quieres, Richie?–solté algo cansada.
–Quiero una cita contigo, nena.–
–Ya te he dicho más de 10 veces que no ¿por qué esta vez sería diferente?–
–Porque esta vez traje estos...¡tarán!–sacó una caja de bombones.
–Pero que considerado.–solté con sarcasmo.
–Sí y sólo me comí la mitad.–una risa se me escapó–. Entonces ¿qué dices?–
No estaba muy segura de esto, pues Richie no tenía fama de ser muy "bueno" y el verlo siempre insultando y diciendo babosadas a las chicas no me hacían sentir mejor. Pero realmente no se daba por vencido en esto de conseguir una cita, así que decidí darle una oportunidad.
–Esta bien, Richie. Saldré contigo.–una gran sonrisa se dibujó en el rostro del chico.
–¡genial! ¿vamos al parque está tarde?–
–Claro.–
–Paso por ti a las 4.–soltó el chico antes de besar mi mejilla y marcharse corriendo.
°•°
Ambos imaginábamos que la tarde sería perfecta pero no, no fue así. Para empezar, una sorpresiva lluvia nos empapó por completo en pleno parque. Tras refugiarnos en un escaparate, Richie revisó sus bolsillos, notando que el dinero que tenía para comprar helados se había empapado tanto como nosotros. En cuanto la lluvia había pasado un poco, decidimos cancelar la salida y volver a nuestros hogares. Pero camino a mi casa, Richie no tuvo una mejor idea que acariciar a un perro en la acera, el cual lo salió a correr por casi dos manzanas.
–Bueno... creo que la tarde no salió como queríamos.–solté al llegar a la entrada de mi casa, estrujando un poco mi camisa.
–Salió para la mierda, ____. Diablos... yo sólo quería demostrarte que puedo hacer las cosas bien cuando me esfuerzo.–Richie agachó la mirada frustrado.
–Hey.–puse mi mano en su mejilla–. No te pongas mal, no fue tu culpa. ¿qué te parece si la semana que viene volvemos a intentarlo? No creo que tengas tanta mala suerte como para que llueva otra vez.–el de gafas me miró.
–¿de verdad... me darías otra oportinidad?–
–Claro ¿por qué no? Digo, si omitimos la lluvia, el perro y tu desgracia con el dinero... fue agradable estar contigo.–le dediqué una sonrisa.
–____ Sanders... eres la chica más fabulosa del mundo.–
–Sí, lo sé.–ambos reímos–. Entonces... ¿nos vemos mañana en la escuela?–
–Seguro, nos vemos.–Richie me saludó con la mano antes de comenzar a alejarse.
Con una pequeña sonrisa me acerqué al chico y lo hice voltear levemente, para luego plantar un casto beso en su mejilla.
–Nos vemos.–Richie sonrió avergonzado antes de volver a caminar
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