–Vamos, ____. Anímate.–Eddie me jalaba suavemente del brazo, lo cual le costaba un poco debido a su yeso.
Caminando por la feria del pueblo, encontramos la tienda de una supuesta vidente. Eddie quería entrar, pero la verdad yo nunca creí en ese tipo de cosas, simplemente quería seguir paseando por el lugar.
–No seas malhumorada ¿es que no quieres saber cómo será nuestro futuro?–
–Saber que mi presente es una mierda ya es suficiente.–me quejé.
–Si no fueras mi amiga te dejaría sola por amargada...–
Amiga... justo en la friendzone.
Después de insistir demasiado, terminé accediendo por cansancio.
°•°
Entramos a la tienda, la cual estaba totalmente ambientada como esos típicos refugios de brujas. Es más, me recordaba a cierto capítulo de los Simpson en el que Homero tenía problemas con una bruja.
–Bienvenidos, jóvenes curiosos.–una mujer joven nos recibió con una sonrisa bastante fingida a mi parecer–. ¿qué desean saber?–
–Usted es adivina, se supone que ya debería saberlo.–me gané un codazo por parte de mi amigo.
–Vaya, veo que tenemos una escéptica. Aunque siempre has sido así ¿o no, ____ Barton?–
Casi me ahogo con el chicle que tenía en la boca.
–¿cómo...?–
–¿ahora vas a escucharme?–asentí rendida sentándome junto a Eddie–. Empecemos contigo, muchachito.–miró al castaño–. Tienes un serio problema con tu madre, deberías comenzar a plantearle límites o ella manejará tu vida.–no pude evitar reírme ante aquello–. Te recomiendo que aprendas a decirle que no, Eddie.–volvió a sorprenderme al saber el nombre de mi amigo–. Una última cosa, has estado teniendo una gran duda últimamente. Te cuestionas si arriesgarte a decirle cierta cosa a alguien importante para ti. No lo dudes más y hazlo de una vez, no te defraudarán los resultados.–
Eddie se sonrojó por completo y yo estaba, allí mirándolo sin entender una mierda qué estaba sucediendo.
–Y tú, pequeña escéptica.–miré a la mujer-. Tienes un serio problema con tus sentimientos. Temes mostrarle a los demás la verdadera ____ y que los defraudes o que te lastimen. Pero no debes dudarlo, linda. Siempre habrá una persona que estará allí cuando la necesites.–no pude evitar mirar a Eddie, quien me dedicó una leve sonrisa–. Y por último, esto se lo diré a ambos...–la mujer nos tomó a ambos de los hombros–. Déjense de estupideces y acepten lo que sienten el uno por el otro.–
Sentí mi rostro arder. Eddie y yo nos miramos, pero apartamos la mirada enseguida. La mujer no quiso cobrarnos, insistiendo en que era un regalo para ambos. Eddie y yo salimos de la tienda en completo silencio.
–Eddie/____ yo...–ambos hablamos al mismo tiempo.
–Tú primero.–solté divertida.
–¿recuerdas cuando... la adivina mencionó aquello de una gran duda que yo tenía y que no quería arriesgarme a arruinar las cosas? Pues... esa duda era si decirte o no lo que... yo siento por ti.–lo miré sorprendida–. Me gustas, ____. Desde aquella vez que me asustaste en preescolar con esa historia de terror, no pude quitarte de mi cabeza. Al principio era del miedo a tus supuestos fantasmas.–sonreí–. Pero luego comenzó a volverse imposible dejar de pensar en ti y... me di cuenta de que estaba perdidamente enamorado.–
Eddie trazaba las lineas del marcador en su yeso avergonzado.
–Eddie...–el chico sonrió.
–La mujer dijo que no me defraudarían los resultados pero... ya estoy comenzando a arrepentirme.–
–Tú también me gustas, Edds.–le di un beso en la comisura de los labios, haciéndolo sonreír inmensamente.
–Eso es... genial, increíble, asombroso... espera ¿yo te gusto?–reí mientras me aferraba a su brazo.
–Me encantas, niño de mamá. Ven, sigamos recorriendo el lugar.–
Ambos nos echamos a andar. Al final la vidente tenía razón, debíamos dejar de lado nuestros miedos y comenzar a vivir la vida al máximo junto a la persona que amábamos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
