Bill: *el chico caminaba apresurado a casa de su amiga y amor secreto, ella tenía algo importante que contarle*
Toqué la puerta con suma felicidad.
¿qué tenía ____ para decirme?
–Ho-hola.–saludé emocionado a la chica, pero al ver su rostro serio me preocupé–.¿s-sucede algo?–
____ frunció los labios, mientras sus ojos comenzaban a aguarse. Rápidamente se lanzó a abrazarme, sin dudarlo le correspondí.
–____, m-me preocupas.–
–Me iré, Billy.–soltó sin dejar de abrazarme.
–¿a-a dónde?–
–A Nueva York.–
Sentí una sensación espantosa en el pecho.
–¿p-por qué?–
La chica se separó un poco de mi, mirándome fijamente.
–Debo contarte algo.–tomó mi mano y me guió hasta el sillón–. Tengo... Una extraña enfermedad hereditaria, la misma que mató a mi padre. Y... que me está matando a mi ahora. No era tan grave, parecía que estaba desapareciendo pero se puso peor y no pueden tratarla aquí, necesitamos mudarnos y conseguir una mejor atención médica.–
Aún procesando lo que acababa de escuchar, llevé ambas manos a mi cabeza.
–S-si te mudas, ¿p-podrás curarte?–
–Eso dicen los doctores.–
Volteé a verla, una sonrisa algo forzada adornaba su rostro. Me lancé a abrazarla una vez más.
–P-por favor, no m-me dejes.–____ se aferró con fuerza a mi espalda.
–Tengo que mudarme, Billy. No puedo-
–No m-me refiero a eso, ____. Tú no puedes... irte, d-debes vivir.–
La chica se separó un poco de mi y me miró a los ojos. Tomó mi rostro entre sus manos y plantó un dulce beso sobre mis labios.
–NUNCA, te librarás de mi. No pienso dejarte, ni ahora ni nunca.–
Sonreí mientras pequeñas lágrimas se me escapaban.
°•°
Los días pasaron y ____ se fue a Nueva York. A pesar de la distancia, yo la llamaba todos los días sin falta por la tarde, conversando incluso por horas de cosas sin mucha importancia. Ya había pasado un mes y según ____, estaba mejorando rápidamente.
°•°
Era hora de llamar a ____, corrí hasta el teléfono y marqué el número que ya sabía de memoria. Su madre me atendió, diciéndome algo que no me esperaba para nada. ____ me había mentido, no se estaba curando. Ella no estaba mejorando, ella no estaba feliz, ella... No se quedaría conmigo. Los primeros días me enojé con ella, me había mentido con algo muy importante. Pero luego entendí que lo hizo para no hacerme preocupar, porque así era ella, siempre pendiente de que todos estuvieran felices, incluso si ella debía mentir para lograrlo.
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💀
Mike: *una fuerte discusión surgió por un malentendido entre Mike y su novia, por lo que la chica abandonó la casa del chico y partió rumbo a su casa.*
Vi como ____ se alejaba en su bicicleta a toda velocidad y por primera vez, no pretendía perseguirla. Entré a casa y azoté la puerta, realmente no entendía el comportamiento de ____ en cuanto a mis compañeras del colegio, no tenía nada de qué preocuparse, yo solo la amaba a ella. Unos minutos después, ya estaba acostado en mi cama mirando el techo fijamente, cuando de pronto el teléfono comienza a sonar.
Debe ser ella.
Con una sonrisa en el rostro me levanté corriendo a tomar el teléfono, tropezándome con media casa.
–¿hola? ¿____? Lo sientolosientolosiento. Soy un idiota, prometo...¿hola?–
Una mujer sollozando se escuchaba del otro lado de la linea.
–Michael, soy Sharon.–era la madre de ____–. No sé cómo decirte esto pero... ____ fue arrollada por un auto camino a casa y... No lo logró... ¿Michael?–
Solté el teléfono y corrí hasta la calle, sin saber muy bien qué hacer. Lentamente me desplomé sobre la acera, todo esto era mi culpa. Acababa de perder a la chica que más amaba y todo por unos estúpidos celos.
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💀
Ben: *____ y beverly habían sido capturadas por Eso, así que el grupo de los perdedores habían ido a rescatarlas*
Tras bajar por el pozo, corrimos por los húmedos pasadizos del lugar buscando con desesperación a nuestras amigas, o en mi caso, a la chica que tanto me gustaba. Llegamos a lo que parecía ser la guarida de Eso, donde decenas de cuerpos flotaban por todo el lugar y a lo lejos pudimos ver a Bev, flotando a una altura media. Pudimos bajarla con algo de dificultad y tras darle una pequeña bofetada, la hicimos reaccionar.
–¿¡dónde esta ____!?–pregunté exaltado.
–No lo sé... Eso nos tenía y... No lo recuerdo.–
Comencé a recorrer el lugar con suma rapidez, buscando entre los múltiples cuerpos que había allí. Cuando comenzaba a darme por vencido, pude ver aquel vestido floreado que yo mismo le había regalado para su cumpleaños. Corrí hasta su cuerpo y, con algo de dificultad, pude bajarlo y recostarlo en el suelo. Cuando comenzaba a ver cómo despertarla, noté la gran herida que tenía en el estómago. Ya no respiraba.
–Oh, no no ¡NO!–la sacudí levemente–. No puedes morir, no... mueras.–
Abracé su frío cuerpo, sin importarme mancharme con su sangre.
–Te amo, ____. Debí decírtelo antes... Te amo... Te amo...–
¿Qué sentido tenía derrotar a esa maldita cosa, si no logré proteger a la única persona que realmente me importaba?
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