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-¿Entonces, te gusta Jimin?- yo le había preguntado a Sumin uno de los tantos días en los que ella había estado presenciando en la casa.

-Sí.- respondió, sus mejillas poniéndose rojas a no mas poder y ocultando su rostro con ambas de sus manos. - No es gustar. - aclaró con sus ojos fijos en los míos. - Yo lo amo.

La respuesta había quedado atascada en mi cabeza, no salía de allí y cada noche que pasaba parecía torturarme de una manera inimaginable para mí mente. Y pensar que semanas atrás yo mismo había juzgado el comportamiento de la chica cuando había escuchado sus gemidos en la habitación de Park. Pero había tenido bastante tiempo para conocerla mejor, ella era una buena chica y estaba claro que amaba a Jimin, lo amaba demasiado. Estaba loca por el.

Ella me dijo que estaba consciente de que Park solamente la utilizaba para el sexo, pero Sumin no se sentía así cuando ella quería ser utilizada por el, porque lo amaba. Yo podía ver en sus ojos la felicidad que estos emanaban cuando Jimin entraba a la casa en esos días de fin de su entrenamiento, la chica dejaba nuestra charla a medias y sin despedirse corría hacia a él. Horas después bajaba con la mochila puesta en su espalda y solamente saludaba sin ningún interés, llendóse para volver los dos días siguientes. Se había vuelto una rutina. Una rutina que con el pasar del tiempo para mí se iba siendo peor porque seguía sin entender el sabor amargo en mi estómago cada vez que los veía besándose en su encuentro, cuando el llegaba.

Sumin era cariñosa, a lo lejos se podía ver que le gustaba ser mimada y se decepcionaba cuando Jimin no podía mirarla de la forma en la que ella requería. Entonces yo me le reía en su cara diciéndole que no fuera una estúpida, que Park no era más que un ogro hambriento por sexo y que jamás se comportaría como un romántico. Ella negaba con la cabeza y entonces decía "Algún día se enamorará de mí, no me voy a dar por vencida hasta que lo haga." Tiempo después yo asentía, sintiéndome mal de repente ¿Pero porqué?

Sí, Sumin era hermosa y yo no era ciego. Si yo no hubiese sido...Si yo no hubiese sido de la forma decepcionante en la que era, quizás ahora estaría babeando por ella. Pero Jimin realmente no la valoraba, y sí...hace tres días volvimos a tener una discusión sobre el tema. Jimin sabia que ella lo amaba pero él, estaba siendo un hijo de puta. No entendía ese significado de amor pero...¿Yo lo hacía también? Nunca había amado a alguien, solo había leído mangas shojos desde que tenía memoria.

"No te metas, Jeon." me había dicho, empujándome contra la pared y sujetándome el cuello de la camisa. "No debe importarte ni una mierda a quien yo follo o no." sus ojos clavándose en los míos, ambos nos mirábamos como si fuéramos a deborarnos unos al otro, apunto de perder la paciencia.

"Jimin, déjalo." Hoseok había llegado, la escuela estaba al tanto de nosotros, todos mirando la pequeña discusión que habíamos tenido en el pasillo y haciendo una ronda a nuestro alrededor. Hoseok lo sabía. " No se meterá más ¿Entendido?" me había mirado de repente, su boca echa una línea. Estaba furioso y gruñendo yo le había dicho "Entendido" entonces, me había ido furioso hasta mi salón de clases con mi mejor amigo detrás.

Suspiré, esto ya me estaba cansando de sobremanera. Esto de sentirme impotente, de sentirme irritado y cansado cuando Sumin hablaba de lo mucho que ella quería a Jimin, de lo mucho que anhelaba ser correspondida por el y de lo hermoso que se sentía estar debajo de él.

También estaba cansado de mi pequeña relación que tenía con el pelinegro, esa relación donde nosotros mismos nos habíamos puesto de acuerdo con llevarnos bien mientras estuviéramos viviendo en el mismo techo, era un tipo de conexión demasiado confundible y yo no podía con ello. No podía.

En la escuela, yo era el señor nadie para el y este seguía siendo el chico frío, malvado y serio, famoso entre las chicas de los demás salones. En la casa, pasábamos de discutir por temas realmente estúpidos a pelear puño contra puño, destrozándonos la cara y las costillas; que por cierto, tenía la mejilla inflamada por sus recientes golpes.

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