45 •

24.3K 3.1K 1.9K
                                        


No escuché nada más que mi acelerada respiración, fue como si todos los sonidos a mi alrededor se hubieran callado en un azar de milisegundos. El viento cálido corría a mi alrededor y mi boca estaba entreabierta. De mis ojos, lágrimas caían recorriendo mis mejillas y descendiendo en la cerámica debajo de mis pies.

-¿Qué?- había sido lo único que pronunciaron mis labios después de haber asimilado todo en mi cabeza. Estaba tan confundido, tanto que no sabía en que momento comencé a temblar como si fuera que el ataque de pánico estaba atacándome otra vez, como si fuera que mi corazón anhelaba latir de nuevo y llenar el vacío de mi cuerpo. La saliva se me atoraba en la garganta y el caos se armaba en mi cabeza.- No entiendo.- dije seguido, una sonrisa intranquila nació en mis labios, que los pobres, resecos se habían puesto por tanta angustia.

El silencio reinó del otro lado de la línea, parecía que no había nadie allá, en medio del bosque donde las hojas de cerezos seguramente estaban cayendo a su alrededor y el viento hacia mover ese cabello azabache, y rozaban esa piel blanca, suave como el cielo, y tierna como un algodón.

-Dejaré la academia.- dijo después.

Debía estar soñando, lo sé; nada de esto debió ser real porque la única cosa que había pasado por mi mente fueron esas palabras. Negué con mi cabeza caminando hasta el gran ventanal de la sala. Hoseok besó mi frente, haciéndome saber que se estaba yendo y le agradecí internamente por la privacidad de mi demencia. Aunque no tenía porque hacerlo, el pelinegro de mi mejor amigo me conocía enloquecido más que nadie.

-¿Por qué? ¿Qué pasó? ¿Dónde estás?- pregunté de repente.- ¡¿Jimin por...

-Jungkook, silencio por favor.- susurró.- Te extraño, yo ya no puedo seguir aquí sin ti. No puedo pasar un miserable día sin extrañarte, sin pensar en ti y sin anhelar tenerte en mis brazos.- escuchar las palabras saliendo de su boca había sido el punto clave para que atacaran mi corazón como un misil y hundiéndolo como un triste barco náufrago en medio del mar.- No soporto esto.- Jimin estaba llorando, sus lágrimas traspasaron el teléfono y se mezclaron con las mías, o solamente eran las mías.- Quiero llegar a casa y verte ahí, pero no estas. El vacío me consume. Siento que ya no hay nada, yo...

-Jimin, amor...-susurré.

-Ya no hay nadie cerca mío, Jungkook. Papá se fue, Jihyun y...tú.- el hizo un silencio.- No puedo seguir así, te amo maldita sea.- del otro lado se sintió como si el hubiera golpeado algo, ya que el sonido de hojas y ramas crujiendo se escucharon.

-Yo también te extraño Jimin.- murmuré.- Perdóname por esto, perdona por llegar a tu vida cuando no tenías intención de....

-No, cállate.- el dijo de repente.- No quiero oírlo, le agradezco a Dios de que te pusiera en mi camino cuando fui un demonio, te agradezco a ti por cambiarme el mundo y enseñarme a querer otra vez. Te necesito tan mal.

Limpiando mis lágrimas, tomé aire y apoyé mi cabeza contra el vidrio de la ventana. Suspiré recordando las palabras de Jihyun y me estremecí con ellas ya que eran el punto clave de mi preocupación y estado de ánimo.

"Jimin no está bien." "Pregúntale que es lo que le está pasando" "No dejes que cometa ninguna locura"

-Jimin, no me mientas más por favor.- nuevas lágrimas nacieron en mis ojos. La angustia creciendo en mi pecho.- No me digas que estas bien cuando no es así.- murmuré.- Dime lo que te está pasando, acordamos en decirnos todo. Desahógate conmigo...Jimin.- rogué con súplica.

-Jungkook...-el se lamentó.- Lo siento. Me cuesta todavía.- bufó. -Papá es una mierda, lo detesto tanto. No entiendo como pudo olvidar a mamá tan rápido. El dijo que la amaba mucho y que nunca iba a amar a nadie como la amó a ella. Y el dijo que amaba a esa Japonesa, en tan poco tiempo la embarazó y se fue como si nada hubiese pasado ¿Por qué el puede lograrlo y yo no? ¿Por qué todavía sigo estancándome en el pasado? Yo... - y rompió, rompió en lágrimas cuando yo estaba escuchando sus palabras atentamente. Me aferré en un abrazo escuchando sus lamentos sin cesar.- Extraño a mamá, extraño todo de ella. Extraño cuando sonreía para mí, cuando éramos una familia feliz hasta que ese hijo de puta la mató. Odio ese día, odio haber ido de compras con ella, odio que me haya salvado, odio como su cuerpo estaba sin vida en la acera.- sollozó.- Odio todo. Odio que me haya dejado para siempre. Odio que todo sea de esta manera. Odio...- el suspiró.- Odio que las personas que más quiero se estén yendo de mi lado tan rápido, estoy tan maldecido.- el rio con sarcasmo.- Odio no poder avanzar. Me siento tan débil y frágil, tan pequeño.- hizo una pausa.- Sigo sin entender como hiciste para enamorarte de mí, tú...una persona tan bella y yo tan feo. No puedo más.

Home • JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora