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Lo primero que hice en ese entonces fue, sin duda, respirar profundo y tratar de calmarme. El peso que había sentido los otros días de camino a casa volvió a nacer en mi pecho, inundándome y haciendo que mis piernas temblaran debido a las descargas eléctricas que se sentía en el ambiente. En blanco estaba mi mente, parecía una hoja de papel pálida y sin escritura alguna. Mi mandíbula cayó y mi cerebro al fin reaccionó al cabo de segundos después.

Y es que había sido tanto, sentía que los ojos de Hoseok estaban apunto de salir de sus órbitas cuando Taehyung  clavaba su mirada en aquellos labios corales. Una sola posición y lo diré simple para que ustedes pudiesen entender siquiera a que me estaba refiriendo cuando mi corazón bombeaba dentro de mí pecho tan rápido:

Taehyung estaba practicamente acorralando a Hoseok contra la mesada, sus manos sujetas a cada lado del cuerpo de mi mejor amigo y su mirada penetraba en los labios del pelinegro.

El rostro de Hoseok estaba pálido, severo con la confusión a flor de piel. Sus manos temblaban, su pecho subía y bajaba rápidamente. El estaba estático y parecía no reaccionar. Era como si estuviera bloqueado de alguna manera y como si hubiera apagado el botón en su sistema. Sin embargo, la tristeza recorría su rostro de escarlata y los nervios lo consumián de sobre manera haciendo que sus manos temblaran mientras sujetas estaban estas en el dobladillo del suéter marrón. Tragó saliva y  su labio inferior tembló cuando Taehyung acercó su rostro de repente. El corazón seguramente se le paralizó y el mío también. 

Mi boca estaba abierta y mi mano derecha aún apretaba fuertemente el umbral izquierdo de la puerta. Mis dientes estaban siendo presos de mis labios y la respiración entrecortada de Jimin detrás de mí, me hacía poner aún más impaciente. No entendía que me estaba pasando y la sensación de querer correr hasta Hoseok y protegerlo eran inmensas.

Pero sucedió antes de que yo pudiera darme cuenta y me detuve en mi lugar. Allí.

Justamente allí. 

Taehyung cerró los ojos y acercó su cara por completo, su boca se abrió. Con los ojos abiertos par en par y el cuerpo estático como una piedra, Hoseok recibió un casto beso por parte del castaño en frente. Cálido y despacio, sus labios apenas se juntaron y segundos después Taehyung con sus ojos entreabiertos puso fin a su encuentro.

Apreté fuertemente el metal que tenía sujeto entre mi mano y vociferé en mí mente.

En el momento que estaba apunto de levantar mi pie izquierdo para dar un paso hacia adelante, la mano de Jimin me jaló hacia atrás haciéndome chocar con su pecho firme y que saliéramos de la coyuntura del umbral de la puerta y nos adentráramos nuevamente en la sala.

-Déjalos. - murmuró en mi oído derecho.

Lo miré por el rabillo del ojo y con mis cejas juntas, suspirando. Sin embargo, eso no había funcionado y Jimin apretó mi cintura, me atrajo aún más a su cuerpo abrazándome por la espalda y poniendo su mentón en mi hombro derecho. Fue como si un balde de agua fría cayera encima de mi cuerpo, sintiendo como esta era helada y el viento húmedo que entraba por la ventana me hacía temblar. Entonces también me encontraba temblando después. Era impresionante como todo mi cuerpo se tranquilizó en el momento que sentí el corazón de Jimin golpeando contra mi espalda y como este acariciaba mi cabello. Pero un sollozo fuerte hizo que bruscamente me separara de Jimin y corriera hacía la cocina.

-Taehyung...- Hoseok dijo entre lágrimas. Ambos se encontraban en la misma posición. Hoseok negó con su cabeza, lamentándose por algo y Taehyung lo miró atento, la desilusión le recorrió el cuerpo y tiempo después asintió, dejando libre a mi mejor amigo.

Hoseok hizo un puchero y rápidamente salió corriendo con la cabeza hacia abajo. Pasó por mi lado sin siquiera notarme. Taehyung quedó allí y Jimin miraba tras la puerta.