-¡Maldición!Furioso, golpeé el volante del auto apretando varias veces la bocina. El mediodía estaba siendo una completa locura. El tráfico estaba detenido y el ruido del claxon era lo único que se podía escuchar. La furia inundó mis sentidos por completo. Habían pasado más de quince minutos que yacía detenido en la avenida principal de la ciudad de Seúl. Apreté mis dientes y limpié el sudor de mi frente negando con mi cabeza varias veces. Esto no estaba teniendo sentido, no iba a salir jamás de aquí y el aroma de los caños de escapes comenzaban a hacerme doler la cabeza.
Sin más remedio, apreté mis puños en el volante maldiciendo al espantoso tráfico. Cerrando los ojos, me apoyé contra el espaldar del asiento y suspiré profundo. Sonreí de medio lado, Jimin me mataría. Hacía más de media hora que el pelinegro había llamado a mi teléfono celular en la oficina de trabajo diciéndome que ya estaba de regreso y que yo pasara a buscarlo en el aeropuerto. Salí de inmediato, sin embargo aquí me tenían detenido como un imbécil. Mi estómago gruñía con hambre y el reloj marcaba las doce y media del mediodía; la hora maldita como Hoseok solía decir siempre.
No había tenido más opción que descargar mi molestia sacando mi cabeza por la ventana y gritando como un idiota. Estaba siendo el típico automovilista que se quejaba por todo y sí, siempre había sido así.
-¡¿Podrían avanzar, malditos?!- grité al mismo tiempo que apretaba la bocina.
-¡Cállate imbécil! ¡¿Qué no ves que un camión se detuvo a principio de la calle?!- contestó alguien.
-¡No me callaré ni un demonio!- exclamé, metiéndome nuevamente dentro del auto y apretando la bocina con rapidez, furioso.
No tenía remedios. Sonreí con sorna y apoyé mi cabeza contra el volante, cansado. Apreté mis labios y cerré mis ojos. Debía ser paciente y esperar, pero era imposible cuando la persona que hacía más de tres meses que no había visto estaba esperando por mí en el aeropuerto. Hacía un buen tiempo que Jimin había partido por trabajo a Japón y recién hoy estaba volviendo. Había sido el viaje más largo que tuvo desde que tenía memoria y demasiado cansador para mí. Aunque ya me había acostumbrado a sus viajes desprevenidos de último momento, no evitaba extrañarlo en cada segundo que pasaba y echaba de menos su presencia al lado de la cama.
Con el sol puesto en su punto máximo y la brisa que apenas corría, el tráfico comenzó a avanzar. Me sentí aliviado luego de haber estado esperando durante una hora. Definitivamente sería hombre muerto al llegar al aeropuerto y cuando lo había hecho minutos después, lo primero que hice fue trotar hasta la parte en donde el pelinegro había dicho que estaría. El pantalón de vestir y la camisa apretaban mi cuerpo al correr y mi estómago gruñía por probar algo. La comida siendo preparada por Jimin en nuestro departamento podía olerla desde aquí.
Las personas descendían y se movían por todos lados, el ruido del altavoz anunciando el próximo vuelo y el llanto de felicidad de algunos que recién se encontraban, bañaron el recinto. Encontré a Jimin sentado en una de las bancas mientras miraba su teléfono celular. Sonreí con entusiasmo y me moví hacia aquel rápidamente.
-Mi amor...- murmuré llegando a el.
Segundos después, Jimin levantó su cabeza y me observó por un largo momento. Arrugó su nariz y luego negó poniéndose de pie. Mi sonrisa se esfumó cuando aquel ni siquiera había abierto la boca para saludarme. Mi corazón palpitó en mi pecho, desesperado y hambriento por un beso. Jimin me fulminó y soltó un bufido.
-Lo siento...no era mi culpa, el tráfico estaba detenido y no pude llegar a tiempo.- dije sujetándolo por los hombros.
-No importa.- dijo el entre dientes, mientras que se acomodaba el saco verde, junto a la corbata negra y peinaba su cabello. Miré su pecho y luego las estrellas en su hombro. El número de aquellas y la insignia llamaron mi atención durante un tiempo. Abrí mi boca sorprendido y mi corazón latió.
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Home • Jikook
Fiksi Penggemar"¿¡Vivir bajo el mismo techo de la persona que más odio!? ¿¡Estás demente papá!?" Jeon Jungkook detesta con toda su vida a Park Jimin, su compañero de clases quien únicamente es un chico popular más; pero todo eso cambia cuando al padre de Jungkook...